ORRIOLS ERA ANFIELD
-
Orriols era Anfield
El martes el capitán de la nave granota, Quico Catalán, nos confesaba que sólo con pensar en ganar al Hércules y ponerse en zona de ascenso a falta de siete jornadas le temblaban las piernas. Fue durante el emotivo acto de celebración del 40 aniversario del Nou Estadi Antonio Román. El tembleque es más que razonable: el Llevant UD ha dejado de ir de tapado para convertirse en uno de los más sólidos aspirantes al ascenso.
FELIP BENS. 03 maig 2010
No olvidemos de donde venimos, ni que el club está en ley concursal (aún) ni que tiene uno de los presupuestos más bajos de la categoría. Es el momento de decir bien alto —sea cual sea el desenlace de esta mágica aventura— que la gestión social, económica y deportiva de este club durante toda la temporada es modélica y que sus responsables, del primero al último, están llamados a hacer historia… A cambiar más bien el rumbo de nuestra historia, a dotarnos de aquello de lo que siempre hemos adolecido: austeridad, humildad, estabilidad, respeto por nosotros mismos, por nuestra historia y por nuestra afición, sensatez, determinación, orgullo.
En la matinal del domingo, con nuestras gradas vestidas de almas blaugranas y de determinación —honor i glòria—, a los once granotes que saltaron a Orriols también les temblaron las piernas, como al presidente. Ya en el túnel de vestuarios sintieron el aliento y la ilusión que inundaba el coliseo granota. Y al saltar al césped decano del fútbol español —40 años y como nuevo— tuvieron la sensación de que plantaban los tacos en el tapete de Anfield. Habían sido acompañados, con los pelos como escarpias, hasta la puerta cero por un séquito de granotes con tracas y cánticos, pero poco podían imaginar que Orriols se había transformado en el infierno de Dante, donde se iba a cocer la derrota del Hércules —y quién sabe si su tragedia—, donde los versos, a golpe de garganta y palmada, recitados por una parroquia entregada les iba a llevar en voladas hacia una victoria trascendental.
Algunos de los menos veteranos en la casa sólo conocían de oídas que Orriols podía presentar un aspecto así; incluso los que se han criado en la cantera granota no se acababan de creer aquello de la capacidad atávica e indestructible de esta afición para caer y levantarse. Estaban envueltos por 14.000 almas entregadas y determinadas a fundirse con ellos para construir juntos el sueño de este año mágico: centenario y ascenso —el club, ignoramos por qué razón, falseó el número de espectadores: 11.400—.
Y les temblaron las piernas. Ese aliento singular que barnizó cada brizna de hierba empequeñeció el terreno de juego. Eso y el ver enfrente una nómina de nombres y un equipo construido para ascender sí o sí. El campo, de repente, era de fútbol sala y cada control, cada pase, cada toque de balón se convirtió en un sublime ejercicio de responsabilidad que atenazó las piernas de los once granotes. Se vieron encarnados en los depositarios de la ilusión y la vitalidad renacida de una afición lapidada y humillada por sus propios dirigentes durante los últimos años. Les temblaron las piernas durante 25 minutos que pudieron ser una losa demasiado pesada si Tote, por culpa de una frivolidad inaceptable llamada rabona, sólo ante Reina, no hubiera dilapidado el 0-2. Su afición, de forma insólita, se lo premió coreando su nombre. Extraña afición —y un tanto esquizofrénica— la del Hércules —o parte de ella; generalizar siempre es bastante inaceptable—, capaz de rugir “valencianos hijos de puta” y al momento cantar a coro “la manta al coll i el cabasset”.
El Boquerón Esteban planteó una táctica valiente y arriesgada: el Hércules asfixió las bandas y el área de creación de fútbol levantino —Gorka, Iborra, Rubén— con una presión en todo el campo inverosímil… e insostenible. Los blanquiazules se hartaron de robar balones y distribuirlos con criterio, acercándose con una facilidad pasmosa a los dominios de Ballesteros. Pero esa presión no podía durar más de 20 o 25 minutos y para entonces el Hércules sólo vencía por 0-1. Estaba cantado que los levantinos serenarían las piernas, cuando sus estiletes pudieran volver a pensar con la cabeza fría, sin aquel asedio asfixiante. Y además Orriols supo entender qué sucedía.
El domingo Orriols vivió una mañana de honor y gloria. Del triunfo de la humildad y la constancia. El domingo y toda la temporada. Este Llevant UD merece el más esmerado de los elogios
La grada vio a los suyos contra las cuerdas y comprendió que era el momento de lanzar una grito unívoco y sostenido de aliento que sonsacara el orgullo y la casta de sus equipiers, la gran virtud de esta plantilla. Esteban no valoró tal vez la variable del aliento en la adversidad, familiarizado como está con los pañuelos del Rico Pérez, cuando las cosas se tuercen un poco. Ni tampoco supo leer entre líneas el orgullo, el sacrificio y el compromiso de los levantinos que soportaron estoicamente la humillación herculana durante 25 minutos, hasta que se les acabó el fuelle.
Fue entonces cuando emergió Gorka Larrea. El actor secundario consiguió que nadie echase en falta al lesionado Pallardó, el mejor mediocentro de la categoría. Con su inconmensurable derroche físico, y escoltado por un colosal Iborra, llevaron el partido a su cauce natural. El Llevant UD invirtió los papeles ya hasta el pitido final. Dominó el círculo central y jugó como sabe: desbordando por bandas y haciendo diabluras entre líneas. Así llegó el empate. Así llegó también la asunción, por parte de los protagonistas blaugrana, de la importancia histórica del choque y apareció la determinación habitual de este equipo. Juanlu, el blaugrana con más mordiente ayer, el mejor de los 22 junto a Gorka, no dejó escapar el mano a mano con Calatayud y devolvió a la grada lo que esta les había dado antes: esperanza, ilusión y fe.
El Hércules pasó de asfixiante a asfixiado, y se vio desbordado por el empuje granota. Sus jugadores comprendieron que la estrategia táctica del Boquerón había sido un suicidio y acabaron pidiendo la hora, los bancos del vestuario, el isostar y las bombonas de oxígeno. El Llevant, a pesar del derroche, salió más fresco aún, convencido de la victoria. Xisco Nadal en el m. 72, tres después de saltar al campo, machacó de cabeza a la red un centro medido de Juanlu desde la izquierda. Poco después el ex levantino Peña vió la segunda amarilla. Y Luis García decidió amarrar la remontada, dando entrada a Samuel y a Héctor Rodas. Con un Hércules derrotado y su briosa afición enmudecida ante la evidencia, el Llevant se dedicó a mantener la posesión y aun le faltó el desparpajo y la ambición para aprovechar la impotencia herculana en alguna de las contras clarísimas de que dispuso. La guinda hubiese sido poner a su favor el goal average particular, que ahora queda empatado.
Pero los levantinos sólo querían escuchar el pitido del árbitro para acercarse a las gradas y compartir con su exultante afición el éxtasis de la victoria. Las palmas de los futbolistas echaban humo. Orriols era Anfield. Y el infierno de Dante para el Hércules. Con la soberbia como el peor de los pecados capitales. Tal vez dentro de siete semanas sea el Hércules y no el Llevant UD quien esté en Primera. Pero el domingo Orriols vivió una mañana de honor y gloria. Del triunfo de la humildad y la constancia. El domingo y toda la temporada. Este Llevant UD merece el más esmerado de los elogios. Más allá del desenlace. Y en todo caso, como les prometí, hoy mismo empezamos a preparar el libro del ascenso. Por lo que pueda pasar.
-
Magnífico.
Igual estaría bien que se pusiera un cartel en la salida del túnel de vestuarios, al estilo Anfield, que dijera: "Forjados en el yunque de la adversidad" o algo así.
-
Orriols era Anfield
El martes el capitán de la nave granota, Quico Catalán, nos confesaba que sólo con pensar en ganar al Hércules y ponerse en zona de ascenso a falta de siete jornadas le temblaban las piernas. Fue durante el emotivo acto de celebración del 40 aniversario del Nou Estadi Antonio Román. El tembleque es más que razonable: el Llevant UD ha dejado de ir de tapado para convertirse en uno de los más sólidos aspirantes al ascenso.
FELIP BENS. 03 maig 2010
No olvidemos de donde venimos, ni que el club está en ley concursal (aún) ni que tiene uno de los presupuestos más bajos de la categoría. Es el momento de decir bien alto —sea cual sea el desenlace de esta mágica aventura— que la gestión social, económica y deportiva de este club durante toda la temporada es modélica y que sus responsables, del primero al último, están llamados a hacer historia… A cambiar más bien el rumbo de nuestra historia, a dotarnos de aquello de lo que siempre hemos adolecido: austeridad, humildad, estabilidad, respeto por nosotros mismos, por nuestra historia y por nuestra afición, sensatez, determinación, orgullo.
En la matinal del domingo, con nuestras gradas vestidas de almas blaugranas y de determinación —honor i glòria—, a los once granotes que saltaron a Orriols también les temblaron las piernas, como al presidente. Ya en el túnel de vestuarios sintieron el aliento y la ilusión que inundaba el coliseo granota. Y al saltar al césped decano del fútbol español —40 años y como nuevo— tuvieron la sensación de que plantaban los tacos en el tapete de Anfield. Habían sido acompañados, con los pelos como escarpias, hasta la puerta cero por un séquito de granotes con tracas y cánticos, pero poco podían imaginar que Orriols se había transformado en el infierno de Dante, donde se iba a cocer la derrota del Hércules —y quién sabe si su tragedia—, donde los versos, a golpe de garganta y palmada, recitados por una parroquia entregada les iba a llevar en voladas hacia una victoria trascendental.
Algunos de los menos veteranos en la casa sólo conocían de oídas que Orriols podía presentar un aspecto así; incluso los que se han criado en la cantera granota no se acababan de creer aquello de la capacidad atávica e indestructible de esta afición para caer y levantarse. Estaban envueltos por 14.000 almas entregadas y determinadas a fundirse con ellos para construir juntos el sueño de este año mágico: centenario y ascenso —el club, ignoramos por qué razón, falseó el número de espectadores: 11.400—.
Y les temblaron las piernas. Ese aliento singular que barnizó cada brizna de hierba empequeñeció el terreno de juego. Eso y el ver enfrente una nómina de nombres y un equipo construido para ascender sí o sí. El campo, de repente, era de fútbol sala y cada control, cada pase, cada toque de balón se convirtió en un sublime ejercicio de responsabilidad que atenazó las piernas de los once granotes. Se vieron encarnados en los depositarios de la ilusión y la vitalidad renacida de una afición lapidada y humillada por sus propios dirigentes durante los últimos años. Les temblaron las piernas durante 25 minutos que pudieron ser una losa demasiado pesada si Tote, por culpa de una frivolidad inaceptable llamada rabona, sólo ante Reina, no hubiera dilapidado el 0-2. Su afición, de forma insólita, se lo premió coreando su nombre. Extraña afición —y un tanto esquizofrénica— la del Hércules —o parte de ella; generalizar siempre es bastante inaceptable—, capaz de rugir “valencianos hijos de *****” y al momento cantar a coro “la manta al coll i el cabasset”.
El Boquerón Esteban planteó una táctica valiente y arriesgada: el Hércules asfixió las bandas y el área de creación de fútbol levantino —Gorka, Iborra, Rubén— con una presión en todo el campo inverosímil… e insostenible. Los blanquiazules se hartaron de robar balones y distribuirlos con criterio, acercándose con una facilidad pasmosa a los dominios de Ballesteros. Pero esa presión no podía durar más de 20 o 25 minutos y para entonces el Hércules sólo vencía por 0-1. Estaba cantado que los levantinos serenarían las piernas, cuando sus estiletes pudieran volver a pensar con la cabeza fría, sin aquel asedio asfixiante. Y además Orriols supo entender qué sucedía.
El domingo Orriols vivió una mañana de honor y gloria. Del triunfo de la humildad y la constancia. El domingo y toda la temporada. Este Llevant UD merece el más esmerado de los elogios
La grada vio a los suyos contra las cuerdas y comprendió que era el momento de lanzar una grito unívoco y sostenido de aliento que sonsacara el orgullo y la casta de sus equipiers, la gran virtud de esta plantilla. Esteban no valoró tal vez la variable del aliento en la adversidad, familiarizado como está con los pañuelos del Rico Pérez, cuando las cosas se tuercen un poco. Ni tampoco supo leer entre líneas el orgullo, el sacrificio y el compromiso de los levantinos que soportaron estoicamente la humillación herculana durante 25 minutos, hasta que se les acabó el fuelle.
Fue entonces cuando emergió Gorka Larrea. El actor secundario consiguió que nadie echase en falta al lesionado Pallardó, el mejor mediocentro de la categoría. Con su inconmensurable derroche físico, y escoltado por un colosal Iborra, llevaron el partido a su cauce natural. El Llevant UD invirtió los papeles ya hasta el pitido final. Dominó el círculo central y jugó como sabe: desbordando por bandas y haciendo diabluras entre líneas. Así llegó el empate. Así llegó también la asunción, por parte de los protagonistas blaugrana, de la importancia histórica del choque y apareció la determinación habitual de este equipo. Juanlu, el blaugrana con más mordiente ayer, el mejor de los 22 junto a Gorka, no dejó escapar el mano a mano con Calatayud y devolvió a la grada lo que esta les había dado antes: esperanza, ilusión y fe.
El Hércules pasó de asfixiante a asfixiado, y se vio desbordado por el empuje granota. Sus jugadores comprendieron que la estrategia táctica del Boquerón había sido un suicidio y acabaron pidiendo la hora, los bancos del vestuario, el isostar y las bombonas de oxígeno. El Llevant, a pesar del derroche, salió más fresco aún, convencido de la victoria. Xisco Nadal en el m. 72, tres después de saltar al campo, machacó de cabeza a la red un centro medido de Juanlu desde la izquierda. Poco después el ex levantino Peña vió la segunda amarilla. Y Luis García decidió amarrar la remontada, dando entrada a Samuel y a Héctor Rodas. Con un Hércules derrotado y su briosa afición enmudecida ante la evidencia, el Llevant se dedicó a mantener la posesión y aun le faltó el desparpajo y la ambición para aprovechar la impotencia herculana en alguna de las contras clarísimas de que dispuso. La guinda hubiese sido poner a su favor el goal average particular, que ahora queda empatado.
Pero los levantinos sólo querían escuchar el pitido del árbitro para acercarse a las gradas y compartir con su exultante afición el éxtasis de la victoria. Las palmas de los futbolistas echaban humo. Orriols era Anfield. Y el infierno de Dante para el Hércules. Con la soberbia como el peor de los pecados capitales. Tal vez dentro de siete semanas sea el Hércules y no el Llevant UD quien esté en Primera. Pero el domingo Orriols vivió una mañana de honor y gloria. Del triunfo de la humildad y la constancia. El domingo y toda la temporada. Este Llevant UD merece el más esmerado de los elogios. Más allá del desenlace. Y en todo caso, como les prometí, hoy mismo empezamos a preparar el libro del ascenso. Por lo que pueda pasar.
Magnífico.
Igual estaría bien que se pusiera un cartel en la salida del túnel de vestuarios, al estilo Anfield, que dijera: "Forjados en el yunque de la adversidad" o algo así.
Gran articulo.
la frase es tal vez la q mejor define los 100 años d historia de este club,aunk tb me gustaria mas algo como "Fortalecidos en la adversidad" o algo similar,creo q seria una wena propuesta para el club.
-
@hoosier:
Ya puestos a pedir: por favor, busquemos un nombre para el nuevo estadio que tenga algo más de personalidad que el actual Ciutat de Valencia.
Que no lleve el nombre de alguna empresa privada ya será todo un logro.
-
Imaginad Worten Stadium o Arena Stadium xD
-
Estadi de Orriols. De hecho, en la prensa se suele decir que jugamos "en Orriols". Lo mejor es ponerle el nombre de la zona, barrio, calle en la que está situado el estadio, como hacen los ingleses.
-
Estadi de Orriols. De hecho, en la prensa se suele decir que jugamos "en Orriols". Lo mejor es ponerle el nombre de la zona, barrio, calle en la que está situado el estadio, como hacen los ingleses.
Hacían. Cada vez son menos los clubs que mantienen como nombre oficial el de la calle o barrio del estadio. El dinero manda, ya se sabe.
-
Magnífico.
Igual estaría bien que se pusiera un cartel en la salida del túnel de vestuarios, al estilo Anfield, que dijera: "Forjados en el yunque de la adversidad" o algo así.
Pues si, eso motivaria a saco y si encima ponen una canción animada para entrar…tralla. Hell bells de acdc
-
Levante Arena (y de paso que paguen los del centro comercial xD!)
-
Levante Arena (y de paso que paguen los del centro comercial xD!)
jajaaj, no creo que dejaran si no es apra poner arena antes; además dependeria de la nueva ubicación.
-
@hoosier:
Me ha gustado mucho el artículo, pero con todos los respetos a Felip, que tiene el mismo derecho que todos a emocionarse con el equipo, yo no creo que Pallardó sea el mejor medio centro de la categoría. Es más, creo que Pallardó no puede hacer el partido que hizo Gorka ayer. No por ir segundos podemos olvidar la cantidad de partidos en los cuales el centro del campo del equipo rival nos ha superado con creces. Por poner un ejemplo, esto es lo que pasó contra el Salamanca no hace mucho. Sin ánimo de ser exhaustivo, creo que Pallardó no está a la altura de Diego Ribas, Farinós, Nagore, Longas, Matilla o Xabi Prieto.
Por otra parte, secundo la moción de Dejan. Sería fantástico que en el nuevo estadio, figure nuestro lema en el tunel de salida al campo: "Forjados en el yunque de la adversidad". Ya puestos a pedir: por favor, busquemos un nombre para el nuevo estadio que tenga algo más de personalidad que el actual Ciutat de Valencia.
Jo li posaria al nou estadi o José Ballester o Ramon Victoria, pero què millor homenatge al nostre president fundador, que esta molt ningunejat, que posar-li el seu nom al nou estadi.
-
nom en valencià: l'enclusa
nombre en castellano: el yunque
-
Estadi de Orriols. De hecho, en la prensa se suele decir que jugamos "en Orriols". Lo mejor es ponerle el nombre de la zona, barrio, calle en la que está situado el estadio, como hacen los ingleses.
+1
Sin ir más lejos el Levante FC jugaba en el "Camino Hondo del Grao", que era una calle. A mí ME HUBIESE ENCANTADO que nuestro estadio oficialmente se hubiese llamado "Orriols", y si nuestro próximo estadio se llama "Les Moreres", "Malilla", o cualquier nombre de zona o incluso calle, etc, por mí bien. Eso es muy tradicional. Cualquier cosa menos un nombre comercial, ya que con eso seguramente no se evitaría mi mayor temor en este aspecto : Que para la gente nuestro estadio sea simplemente "el campo del Levante" y que nadie excepto nosotros sepa cual es su nombre oficial.
-
Gran article el de Felip. Bona visió amb el treball de Gorka. Llàstima que, sent tan valencianista com és - menys en el sentit futbolístic del terme - no l'haja redactat en valencià. Enhorabona!
-
De hecho, ni nosotros mismos lo llamamos por su nombre. Yo siempre digo "ir al campo", "ir al Levante", "ir al estadio".
-
Hasta final de temporada "SEREMOS ANFIELD".
-
-
Uno xicoteta matisació, i no ho dic per ofendre, sé que no eres valencianoparlant, però seria més correcte "açò" que "això"(açò=esto, això=eso).
-
Yo sí que suelo decir "ir al Ciutat", ya que el estadio tiene un nombre, lo utilizo. Tampoco está tan mal Ciutat de València, aunque no estaría mal ponerle "Estadio del Decano de la Ciudad de Valencia" para mosqueo de muchos, si no fuera porque es un nombre demasiado largo.
Lo de ponerle Ramón Victoria no me parecería mal, aunque no sé por qué, no me gusta que a los estadios les pongan nombre de personas.
Sin duda, como última opción, lo de RB Stadium… sólo faltaría una foto de la persona en cuestión a la entrada de cada puerta.
-
@Mitxi:
Uno xicoteta matisació, i no ho dic per ofendre, sé que no eres valencianoparlant, però seria més correcte "açò" que "això"(açò=esto, això=eso).
Tiene toda la razón. Mis disculpas.
-
@Llevantí_7:
Sin duda, como última opción, lo de RB Stadium… sólo faltaría una foto de la persona en cuestión a la entrada de cada puerta.
Mejor una estatua, sin duda.
Recogida de firmas ¡ya!
-
Camp d'Orriols m'agrada
-
Ya está, pues. Todo en uno. Nou Camps Doña Rita Barberà. La envidia del país.
-
@Mitxi:
Uno xicoteta matisació, i no ho dic per ofendre, sé que no eres valencianoparlant, però seria més correcte "açò" que "això"(açò=esto, això=eso).
Tiene toda la razón. Mis disculpas.
No hay por qué disculparse, ya es un paso que hayas hecho la foto en valenciano sin hablarlo. De 10.
-
@Mitxi:
@Mitxi:
Uno xicoteta matisació, i no ho dic per ofendre, sé que no eres valencianoparlant, però seria més correcte "açò" que "això"(açò=esto, això=eso).
Tiene toda la razón. Mis disculpas.
No hay por qué disculparse, ya es un paso que hayas hecho la foto en valenciano sin hablarlo. De 10.
ieee, que tinc el elemental xeeeee!!
-
Estadi d´Orriols, està clar. bueno, depenent on se n´anem, perquè dir-se d´orriols en les moreres…¿??=
-
i per que no tornem als arrels del llevantinisme.
No va naixer al Cabanayal, perque no dir li estadi del Maritim per eixemple.P.D.Peró per favor 40 anys més com a nou estadi no.
-
@El Palleter:
i per que no tornem als arrels del llevantinisme.
No va naixer al Cabanayal, perque no dir li estadi del Maritim per eixemple.P.D.Peró per favor 40 anys més com a nou estadi no.
Si el nou està al marítim si, dir-li maritim si està en un altre barri no té sentit,
-
la frase del principi me a anrrecordat aquest gran tema
Ets decà al cap i casal símbol de simpatia i humilitat acostumat a viure a l'infern,
quilòmetres d'il·lusió i calor mai han segut impediment per estar de nou al teu costat.Al meu cor: roig passió i sang, blau del cel barres blaugranes del teu clàssic jersei.
Foc i or mesclat amb blau i grana passió desmesurada fidelitat il·limitada. haceI al setembre il·lusionat aniré a vore't lluitar defensant els colors que un dia em van enganxar.
Tu dona-ho tot al terreny de joc que a la grada tot està preparat, càntics ensordidors, festa lluita i color, marquen que una altra setmana mor.Força Llevant! orgull i honor! passió d'un club forjat en l'adversitat, adversitat
-
anfield era orriols, que collons!!!