El ejemplo de Preciado con el Sporting.
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Duele, claro que tiene que doler. Si a un equipo no le duele que le tiroteen con ocho goles en las únicas dos jornadas disputadas, es porque está muerto. Pero complicado es que un grupo de jugadores, de profesión futbolistas, arroje la toalla cuando esto sólo ha hecho que comenzar. Nada mejor en estos casos que echar mano de la gente que sabe para encontrar los remedios adecuados. Y entre los que saben, y mucho, la figura de un viejo y añorado conocido como Manuel Preciado emerge con luz propia.
Preciado sabe muy bien lo que es encontrarse en circunstancias como las que se encuentra hoy en día el Levante. Aquel técnico que en su día ventiló Pedro Villarroel después de un meritorio ascenso argumentando diferencias económicas (la otra versión queda para el cajón de los caprichos) se ha convertido en la referencia más válida que Luis García podría encontrar para este amargo lunes. Sucedió hace dos años. Por aquel entonces, el Sporting también había ascendido a Primera con la misma ilusión -y sin un solo céntimo- que hoy en día luce el Levante. Ese sí que es un buen espejo donde mirarse, casi más que el Getafe.
Pero volviendo al caso, a aquel Sporting que entraba como novato en la liga de los grandes le metieron viajes por todos lados. Debutó perdiendo en casa 1-2 con el Getafe, cayó en Sevilla (4-3), ni respiró contra el Barça (1-6), le humilló el Real Madrid en el Bernabéu (7-1) y le tocó el morro el Villarreal (0-1). La rachita es de esas que asustan y echó abajo esas esperanzas asturianas de no hacer el ridículo en Primera. Casi lo mismo que le puede estar pasando al Levante ahora mismo.
Pues bien, la estadística en las cinco primeras jornadas de aquella temporada (2008-09) fue demoledora: 20 goles en contra y 6 goles a favor. Para echarse a temblar. Pues bien, Preciado aguantó el tirón y hasta desafió a aquellos que por el camino más fácil pensaban que el Sporting estaba sentenciado. Una de aquellas frases del entrenador no tiene desperdicio alguno. La hemeroteca lo demuestra: «Estamos siendo ingenuos y blandos, nos falta un poso de agresividad y lo vamos a conseguir. Queda mucho y el que piense que el Sporting está muerto o está en Segunda se la va a tener que 'comer doblada' dentro de un tiempo».
No hace falta 'hilar tan fino'. Pero Preciado, además de ser tan buena persona como magnífico entrenador, tiene también un ramalazo de profeta. Que tomen nota por Orriols de ese espíritu. Ayer, al Levante le dieron dos mamporros al primer bostezo y otros dos cuando la concentración o las fuerzas se fueron de paseo en dirección a la A-3. Dice la leyenda que aquel Sporting mantuvo una reunión en el vestuario tras la escandalosa goleada del Bernabéu y hubo una conjura unánime. Después del tropiezo con el Villarreal, todo cambió. Ganó al Mallorca 0-2 y hasta hoy, que sigue muy vivo en Primera. Entre las muchas virtudes que tenía Preciado estaba la mágica influencia que ejercía sobre el grupo. Daba gusto ver al técnico en cualquier concentración charlando con algunos de sus futbolistas sobre cuestiones ajenas a su profesión. Un ingrediente más para la pócima del éxito.
Cuentan los que han llegando nuevos al vestuario levantinista que una de las cosas que más les ha llamado la atención es el buen rollo que hay. Desde luego, el equipo tiene que espabilar, enseñar los dientes y dejarse de regalos aunque tan importante es mantener la filosofía de grupo como exprimir las cualidades del colectivo.
Es una tranquilidad escuchar la reflexión del propio Luis García admitiendo públicamente algunos puntos flacos. Por algo se empieza, aunque trabajo hay por delante, incluyendo en ese apartado también al entrenador.
Son pocos los jugadores del Levante que no habían probado anteriormente la Primera División. Lo primero que hay que hacer es perder el miedo. Ser precavido no significa no tener descaro cuando la ocasión lo requiera. La estadística en este sentido deja a los azulgrana tocados. Ayer, por ejemplo, solo tiraron tres veces entre los palos pese a que el porcentaje de posesión no estuvo mal del todo (45 %).
Pero el 4-1 duele tanto que cuesta mantener incluso la calma. Ayer mismo, en los micrófonos de LAS PROVINCIAS Punto Radio (92.0 FM) se abrió un acalorado debate sobre la profundidad de la herida que deja este resultado en el seno del Levante, a pesar de que esto no ha hecho sino comenzar. La coherencia parece que dentro del club perdura y como muestra la conversación, según relataba nuestro compañero de LP Punto Radio, que a pie de autobús mantenían el presidente, Quico Catalán, y el entrenador. Ellos son los primeros que deben tener las cosas claras y ajustar la carga de sus manifestaciones a las necesidades propias de un equipo tan modesto como aquel Sporting de Preciado. Si tienen alguna duda, que cojan el teléfono y le consulten al bueno de Manolo. Seguro que estará encantado de echar un cable.
Muy buen articulo de JUAN CARLOS VALLDECABRES.
Tambien hay otros ejemplos como el Malaga la temporada pasada, que gano la primera jornada y despues estuvo 10 jornadas sin ganar.
ANIMO! YO CREO EN LA SALVACION!
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la única diferencia entre Preciado y LG es que Preciado no le tiene miedo al rival y LG sí.
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Anoche recordé cuando Preciado dijo aquello de que "ni antes éramos tan malos ni ahora tan buenos" o algo así después de remontar el vuelo.
Paciencia, esto es muy largo.
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la única diferencia entre Preciado y LG es que Preciado no le tiene miedo al rival y LG sí.
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la única diferencia entre Preciado y LG es que Preciado no le tiene miedo al rival y LG sí.
+1 siempre esta porque estos son de uefa el otro de champions,esque tienen a tal jugador al otro al de la moto ,mira el de hercules con AMBICION,hay que pegar eso a los jugadoressss.
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LAS COMPARACIONES SON ODIOSAS