El racó del Calcio
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el ultimo partido del milan q les enfrentaban contra el messina, paolo maldini marco el gol de la victoria. a pesar de sus 38 años y su inminente retirada, sigue demostrando la calidad q le ha exo ser una estrella del futbol y sobre todo de los mejores centrales de la historia.
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Qué pasó, qué pasó, esta semana con el Racó…laralala,larala, Suick súbelo ya.
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@Cullerot:
Qué pasó, qué pasó, esta semana con el Racó…laralala,larala, Suick súbelo ya.
Pues lo puse ayer, pero no podía escribir con mi cuenta y me cree una personalidad múltiple (mucho mejor que la habitual, cabe añadir).
Los lumbreras de los moderadores me la han borrado y se han perdido posts tan sublimes como el Racó de esta semana o el barracón que le marcó Totti a la Samp. El odio que destilo en estos instantes no se puede verbalizar. Que salga el responsable y dé la cara.
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@2l82sjvn:
Teoría del error ajeno
ENRIC GONZÁLEZ 27/11/2006
El fútbol no se practica igual en todas partes. Ni siquiera en Europa. El tráfico de futbolistas y la globalización de las competiciones no han conseguido homogeneizar del todo el deporte más universal. Si uno mira con atención un partido inglés, ve a unos cuantos tipos jugando: sigue habiendo algo de lúdico en torno a ese balón que se mueve rápido de un lado a otro. Si el partido es español, se percibe un punto de coquetería, quizá porque el público paga más a gusto por el espectáculo que por el marcador. En un partido italiano resulta fácil intuir que la gente sobre el césped no juega, sino que trabaja por ganar.
Fabio Capello, que sabe unas cuantas cosas sobre el calcio, cuenta que con los futbolistas italianos tiene la impresión de que no les apetece salir al campo. Parece como si prefirieran estar en cualquier otra parte. Sufren la pesadumbre del trabajador al inicio de la jornada, porque saben que no asumirán la iniciativa. Saben que no les conviene imaginar o crear, sino otra cosa.
El calcio es un gusto adquirido, como el tabaco o la cerveza negra. No suele gustar la primera vez. A muchos paladares selectos no llega a gustarles nunca. Desde un cierto punto de vista, podría haber algo de repelente en un fútbol cuyo resultado ideal es el 1-0. Olvidémonos de que el Roma ha marcado 10 goles en dos partidos: en Italia está muy interiorizada la teoría de que no hay gol sin fallo defensivo y, por tanto, el teórico partido perfecto debe concluir con empate a cero. Lo suyo, pues, es un marcador corto y sufrido.
Adentrémonos en un jardín altamente resbaladizo, casi colindante con el paraje onírico de las identidades nacionales: ¿por qué el calcio es como es?
Las generalizaciones y los tópicos funcionan poco. Empezando por lo del catenaccio o cerrojo, inventado en 1932 por un austríaco, Karl Rappan, entrenador del Servette suizo. Rappan presentó al mundo su invento en el Mundial de Francia 1938, como técnico de una selección suiza que venció a Alemania. El catenaccio, por entonces aún llamado verrou, en francés, consistía en atrasar hacia la defensa los dos centrocampistas de la disposición clásica 3-2-5, haciendo de uno un marcador y del otro, aún más retrasado, un hombre libre. Se considera que su edad de oro fueron los 60, aunque la interpretación más depurada, ya en el ocaso del invento, la ofreció Alemania en 1974.
El catenaccio tiene hoy nombre italiano por el entrenador Nereo Rocco, que en los 40 y 50 lo utilizó con éxito en varios equipos modestos hasta llegar al Milan. Se atribuye a Helenio Herrera y al gran Inter de los 60 la presunta simbiosis entre calcio y catenaccio, pero eso es inexacto. Herrera, en efecto, no sentía el menor escrúpulo por amontonar gente en defensa y colocar delante de ella a Luis Suárez, para que sirviera balones largos a un par de atacantes. Lo hacía, sin embargo, sólo a veces. Al principio de su reinado, para economizar las fuerzas de un equipo que jugando al ataque podía ganar a casi cualquiera. Al final, para maquillar los defectos de una formación envejecida. Se trataba de un recurso ocasional, basado en criterios puramente utilitarios.
La clave del calcio no tiene que ver con el catenaccio. Aventuremos una teoría, tan descabellada como cualquier otra. Los italianos fueron dominados por potencias extranjeras durante unos 1.300 años, hasta la segunda mitad del XIX. Se acostumbraron a que el Estado fuera extranjero y aún no se creen que sea suyo, lo que podría explicar algunos fenómenos relacionados con la evasión fiscal. También aprendieron a hacer lo mejor que se podía hacer en tal caso: aprovechar en beneficio propio los fallos del sistema dominante.
El italiano tiene un sentido innato para detectar la rendija o el punto frágil en cualquier sistema que se le ponga enfrente. Espera su ocasión y la aprovecha. La esencia del calcio es, probablemente, ese talento.
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@2xd2x32f:
Un cierto tipo de belleza
ENRIC GONZÁLEZ 04/12/2006
Ninguna victoria es tan bella como un buen fracaso. Eso es un axioma, una verdad tan evidente que no requiere demostración. Basta recordar la puerta que se cierra y condena a Ethan Edwards a seguir vagando (Centauros del desierto), a Anna cuando pasa frente a Holly Martins y no le mira (El tercer hombre), a Richard Blane cuando despide a Ilsa Lund y se queda en el aeropuerto con Renault (Casablanca). O algo más terrible: la multitud de sombras andantes con que se cierra Espoir, la película de André Malraux sobre la guerra civil española. La derrota, en ciertas circunstancias, convierte la dignidad humana en un cristal purísimo.
El Torino, ya lo hemos dicho otras veces, es el vencido más hermoso del calcio. Su historia resulta irreprochable. El momento fundacional del mito del Toro fue probablemente el partido Torino-Legnano de 1921, semifinal de una Liga que entonces se disputaba por un sistema mixto de eliminatorias y grupos. El Torino y el Legnano, empatados a puntos, disputaron un encuentro para decidir quién llegaba a la final, pero los 90 minutos acabaron en empate a uno. En la prórroga, de 60 minutos, no hubo goles. El árbitro ordenó entonces que se jugara otra media hora. A los ocho minutos de la segunda prórroga, agotados, ciegos, los jugadores de ambos equipos protagonizaron un célebre beau geste: dejaron el balón quieto en el césped, se dieron la mano y renunciaron a seguir en la competición.
Todo lo demás es bien conocido. El Torino tuvo en los años 40 el mejor equipo de Europa y quizá del mundo. Ese equipo, que ganó cinco títulos consecutivos de Liga, desapareció el 4 de mayo de 1949 en el accidente aéreo de Superga. El Torino tuvo en los años 60 a uno de los futbolistas más exquisitos, excéntricos y sentimentales de todos los tiempos: Gigi Meroni, la mariposa grana. Meroni murió el 15 de octubre de 1967, en la cima de su carrera, accidentalmente atropellado a la salida del estadio por un joven tifoso que le adoraba; el muchacho que conducía el coche, Attilio Romero, llegó a ser, muchos años después, presidente del Torino. ¿Pasan estas cosas en otros clubes?
En 1992, el Toro llegó a la final de la UEFA. El partido de ida, Ajax-Torino, terminó 2-2. En la vuelta, en Turín, el Torino perdió 0-1 después de lanzar el balón cinco veces al palo.
Los colores originales de la camiseta del Torino fueron el negro y el naranja, pero el naranja desteñía en amarillo y componía los colores de los Habsburgo austríacos, enemigos de los Saboya piamonteses, por lo que pareció apropiado cambiarlos. En 1906, en la cervecería Voigt de Turín, se refundó la sociedad con el ingreso de un grupo de juventinos disconformes con la profesionalización de la Juve, y se optó por una camiseta grana, en homenaje al pañuelo de color sangre que distinguía la Brigada Saboya del ejército piamontés.
Ayer, en el partido con que celebraba el centenario, el Torino venció 1-0 al Empoli. Al Empoli le anularon un gol legal. El gol del Toro, espectacular, llegó casi en el último minuto. Tratándose del Toro, fue extraño. Como si Richard Blaine, por una vez, embarcara con Ilsa en el avión de Lisboa y mandara a paseo Casablanca.
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Remuntada del mestre Enric en les darreres setmanes.
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@Cullerot:
Remuntada del mestre Enric en les darreres setmanes.
Definitivamente nos gustan los perdedores.
Hablando de perdedores, el Inter sigue ganando, el Palermo se hunde y la única alternativa medio seria parece la Roma, que ganó remontando con dos penaltis. La Juve empató, la muy pvta.
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Vamos Milan, ya está bien de dejar ventaja, a remontar ya!!!!
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@ludmiguel:
Vamos Milan, ya está bien de dejar ventaja, a remontar ya!!!!
Eso se me olvidaba, el Milan no gana ni en los entrenos. ¡A Serie B oeeee!
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@zsmx4jsq:
Fenómenos lombardos
ENRIC GONZÁLEZ 11/12/2006
Echemos un vistazo a la tabla y busquemos los tres clubes lombardos. El Inter, que durante años se distinguió por gastar mucho y ganar poco (cada gol venía a costar lo que el yate de Briatore con el depósito lleno), se destaca en cabeza de forma alarmante. De seguir así, allá por mayo tendrá que empezar a disputar contra sí mismo la temporada 2007-08. Sigamos. En el quinto puesto, el Atalanta de Bérgamo, tan modesto que se define a sí mismo como el rey de los clubes de provincias y cuya vitrina de trofeos, luminosa y despejada, guarda como un tesoro la Copa de Italia de 1963, único metal obtenido hasta ahora. El Atalanta juega como una furia. Bajando, bajando, aparece el Milan, con 13 puntos, a un partido de los puestos de descenso. El Milan inició la competición con ocho puntos negativos, es cierto, pero también lo es que sin la penalización andaría por detrás del Catania y hombro con hombro con el Atalanta. Corren tiempos oscuros para el milanismo.
Lo del Milan resulta hasta cierto punto explicable porque su enfermería, con diez lesionados, parece la del Valencia. Ayer, frente al Torino, Ancelotti sacó a jugar un montón de delanteros (Oliveira, Inzaghi, Borriello, Gilardino), pero no cambió nada: las puntas milanistas siguieron manteniendo con los postes una relación morbosa. El palo de Gilardino, de penalti, fue el número 15 de la temporada. Y aún hubo suerte porque el Torino se contagió de la querencia y, en una misma jugada, estrelló el balón contra el larguero y contra el poste. Dicen que la fijación con la madera es síntoma de fragilidad psicológica; puede ser, pero en este caso lo más frágil del asunto es Ancelotti. Silvio Berlusconi, el propietario de la sociedad, se declara dispuesto a "apretar los dientes". Por la cara con que lo dice, se deduce que quiere apretar los dientes sobre la yugular del entrenador.
El Inter parece sufrir una crisis de identidad: cree ser el Juventus. Gana siempre, juegue bien o juegue mal. Ayer, con un 0-3 sobre el Émpoli, logró su octava victoria consecutiva en la Liga, igualando las marcas históricas de 1940, 1965 y 1989. La Bienamada confirma así su personalidad ciclotímica. Cada cierto número de años rompe las costuras y arrasa. Luego pasa una o dos décadas recordando los viejos buenos tiempos.
El más llamativo de los fenómenos lombardos es, en cualquier caso, el de Bérgamo. El Atalanta es un equipo peculiar, empezando por el nombre. Atalanta era, en la mitología griega, la hija del rey de Arcadia. El padre la repudió y fue criada por osos. De joven, mató a dos centauros que intentaron violarla. Fue precursora del deporte profesional: Melanio la retó a una carrera y la venció dejando caer sobre la pista manzanas de oro que Atalanta se detenía a recoger. Atalanta y Melanio se casaron, pero hicieron algo que molestó a Afrodita y ésta los convirtió en leones con el fin de que no pudieran fornicar. Pues bien, hablamos de un club que decidió llamarse Atalanta. A partir de ahí, todo es posible.
El Atalanta juega un poco como el Sevilla: rápido, duro y a la cabeza. Tiene un entrenador formidable, Stefano Colantuono, discípulo y amigo del Spalletti romanista. Los dos entrenadores de moda en el calcio son tan buenos colegas que se intercambian información y comentarios después de cada jornada. Es algo bonito, sobre todo si se tiene en cuenta que aquí, hasta el curso pasado, mandaban los gruñidos de Capello. La vida del Atalanta se ha hecho tan, tan dulce, que Bombardini, con nombre de goleador nato, marcó ayer, a los 32 años, su primer tanto en la Serie A. Nunca es tarde.
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Como dice el tío Enric: el Inter parece la Juve. La Roma se llevó tres del Lazio en el derbi, Palermo gana y el Milán empata a cero con el Toro en casa. Este Scudetto ya lo pueden coser en la camiseta del Inter, siete puntos de ventaja y subiendo.
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Se me parece algo en la manera de jugar, aun jugando MAL, ayer la primera parte fue horrible, sacan adelante los partidos con un acertado y matador Crespo (como Trezeguet en la Juve), ademas han empezado a jugar con 2 centrocampistas defensivos en vez de 1 (como la Juve de Capello), en lo que no se parecen es en la manera de ganar, la Juve necesitaba ayudas arbitrales para hacerlo en algunos encuentros.
Lo de los lesionados y los palos es la tipica excusa….. de perdedores? a que me recuerda eso?
El que espero que salga pronto del pozo es la Fiorentina, ahora mismo estarian cuartos sin sancion, ver al Catania 4º es un desprestigio a la liga Italiana.
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@1g4twomo:
Un año negro para el Juventus
ENRIC GONZÁLEZ 18/12/2006
Resultará que sí, que es la temporada del Inter. Las señales se multiplican: un Inter brasileño gana la Intercontinental, el Estudiantes (dirigido por dos ilustres veteranos interistas, Simeone en el banquillo y Verón en el campo) gana el campeonato argentino. Y en el Inter que nos ocupa, el italiano, Marco Matterazzi marca goles de chilena: el de ayer podía anularse por juego peligroso porque un tipo de casi dos metros con los pies en alto es una amenaza, y más si los pies son de Matrix, pero valió. Son ya nueve victorias consecutivas, un liderato desahogado y la palabra scudetto pintada en la frente.
Como en el Apocalipsis bíblico, se abren uno a uno los siete sellos de las calamidades. Ya son seis. Debería bastar
La temporada será del Inter, parece claro. Pero el año es del Juventus. Ningún aficionado podrá olvidar las desgracias que se han abatido en 2007 sobre la institución turinesa.
Primer golpe, el descubrimiento de la manipulación arbitral. Segundo, el título retirado y concedido al Inter. Tercero, el descenso a la Serie B, con penalización incluida. Cuarto, la hemorragia de la plantilla: dicen adiós Vieira, Ibrahimovic, Cannavaro, Emerson, Thuram, Zambrotta. Hasta aquí, los golpes son deportivos. A partir del quinto, ya no: el quinto es la tragedia de Pessotto, recién transformado de jugador en delegado del equipo, que en plena depresión se lanzó desde la azotea de la sede social y durante días se debatió entre la vida y la muerte.
El sexto llegó el viernes, donde menos podía esperarse: en la categoría juvenil. El Berretti, uno de los equipos de la cantera blanquinegra, terminó de entrenarse a las 17.30 en el centro deportivo de Vinovo. Dos de los jugadores, Alessio Ferramosca, centrocampista zurdo, y Riccardo Neri, portero, ambos de 17 años, no fueron con los demás al vestuario. Se quedaron fuera para recoger los balones y nadie notó su ausencia hasta una hora después.
Ferramosca y Neri fueron hallados a las 20.30. Aparentemente, habían intentado repescar varios balones caídos en un pequeño estanque de las instalaciones, dedicado a la recogida de agua de lluvia. Ferramosca ya estaba ahogado. Neri había luchado durante horas y su corazón latía aún, pero sufría una hipotermia aguda (su cuerpo estaba a 22 grados, más allá del límite mortal) y los esfuerzos por reanimarle resultaron inútiles.
La Fiscalía de Turín abrió ayer una investigación bajo la hipótesis de homicidio involuntario. El estanque, de cuatro metros de profundidad, estaba revestido de materia plástica y tenía las paredes casi verticales: era imposible salir de él. No había señalización de peligro. Y ningún responsable del equipo se quedó con los dos muchachos: suele decirse que el trabajo de un entrenador de juveniles no concluye hasta que todos sus chicos vuelven al vestuario.
Maurizio Schincaglia, el desolado entrenador del Berretti, y los máximos dirigentes juventinos corren riesgo de procesamiento. La desgracia, en cualquier caso, ya había ocurrido. El equipo de los mayores suspendió su encuentro y la afición blanquinegra volvió a encogerse de dolor.
La temporada de la Juve avanza entre desgracias. Como en el Apocalipsis bíblico, se abren uno a uno los siete sellos de las calamidades. Ya son seis. Debería bastar.
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Es joc perillós… Materazzi es un assassí "en serio"...
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Es falta de Materazzi clarísima. Ya está bien de persecuciones arbitrales al Milan!!!!
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JAJAJAJAJA! llorones!
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@Marco Materazzi:
JAJAJAJAJA! llorones!
¡¡¡llorones y tiquismiquis!!!
Vaya señor gol.
p.d.Adios a la champions,Marco
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El que sigue robando es la JuBe, hasta en 2º, al Bologna.
http://www.zshare.net/download/bologna- ... a-zip.html
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@Belleza robada:
p.d.Adios a la champions,Marco
Adios al tobillo Guaje.
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Un par de chilenas mas, el de Doni de la semana pasada y el de Quaglariealla de esta misma semana.
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Adriano lleva al Inter al récord de victorias consecutivas al remontar al Atalanta
Resultados y clasificaciónADRIANO RETURNS
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@2jquqkxj:
Los herederos de Mulcaster
ENRIC GONZÁLEZ 15/01/2007
Todo era más fácil con la esferomaquia griega o el harpastum de las legiones romanas. Pasaron más de mil años y seguía siendo fácil, fuera con los partidos carnavalescos del medioevo inglés (cientos contra cientos durante toda una jornada), con el soule francés o con el aristocrático y violento calcio florentino (27 contra 27). El asunto consistía en organizar una batalla campal en torno a un balón. Las cosas suelen ser sencillas hasta que alguien teoriza. En el caso del fútbol, el nacimiento de la teoría data de 1581. El culpable fue un extraordinario pedagogo, Richard Mulcaster, que criticó la práctica habitual, consistente, según sus propias palabras, en "amontonar a una multitud de villanos entre espinillas magulladas y piernas rotas", y sugirió algunas modificaciones: "un número inferior de jugadores, organizados en base a zonas y posiciones", con "un maestro de entrenamiento" y alguien que pudiese "valorar el juego, un juez superpartes con autoridad".
Pasaron tres siglos antes de que la Football Association estableciera, tras unos cuantos tanteos a ciegas (como la prohibición inicial de pasar el balón hacia adelante), las primeras normas reconocibles. Luego llegaron Didí (el brasileño que enseñó al mundo a chutar), la profesionalización, el balón impermeable ligero y la globalización hipercapitalista. Pero Mulcaster había intuido lo esencial: aquel juego rudimentario podía estilizarse y evolucionar hasta convertirse en una actividad científica. La lectura de How to score (Cómo marcar), un libro del físico británico Ken Bray que combina ciencia, historia y fruición, ayuda a entender hasta qué punto el resultado de un partido de fútbol depende de factores oscuros, casi mágicos.
Cuando empieza la temporada hay ya muchas cosas seguras. Los centrocampistas de todos los equipos van a correr más o menos lo mismo, unos 10 kilómetros por partido; los porteros van a ser los jugadores que más tiempo controlarán el balón; habrá un gol cada diez remates o nueve si los delanteros son habilísimos… Lo esencial está predeterminado.
Luego, unos ganan y otros pierden y nunca se sabe realmente por qué. Quien sepa por qué va mal el Madrid, por qué renquea el Chelsea o por qué el Inter parece invencible que levante la mano. La clave, por supuesto, radica en el equipo: cuanto más colectivo el juego, mejor. Vale. El misterio, pues, se esconde en la construcción de un equipo.
Los entrenadores son como los economistas: la ciencia que acumulan sirve básicamente para explicar por qué no se cumplen sus pronósticos. Cuando sí se cumplen, cuando los proyectos cuajan y se encuentran en las manos con una formidable máquina de fútbol, algunos reaccionan con arrogancia, como Fabio Capello o José Mourinho. No es extraño: les ha salido bien una fórmula mágica y se sienten los reyes del mambo.
Otros, más lúcidos, adoptan una sonrisa melancólica. Es el caso de Roberto Mancini. Fue un futbolista rebelde y exquisito y es el tipo más elegante del calcio, posee un yate espléndido y, con sólo 42 años, dirige un Inter implacable. El equipo tradicionalmente más caótico y propenso a las neurosis se ha metamorfoseado, de un año a otro, en una fábrica de victorias de ritmo japonés. Sin embargo, Mancini habla menos que otras temporadas. Parece inmerso en un nirvana triste, como el Frank Rijkaard de los buenos tiempos.
¿Qué puede decir? Sabe lo que ha hecho y que las cosas van bien. También sabe que, habiendo hecho lo mismo, las cosas podrían ir mal. Los herederos de Mulcaster, llegado el siglo XXI, disponen de presupuestos gigantescos, bancos de datos, asesoramiento clínico y jugadores con extraordinarios recursos técnicos. Intentan combinarlo todo y luego hacen la danza de la lluvia. A veces, llueve. A veces, no.
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@216gzp81:
Los herederos de Mulcaster
Enric "sembrao". I el d'avui, encara pendent, també és esplendid. Llibre recopilatori ja!
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@1ktoq107:
El mejor futbolista de Italia
ENRIC GONZÁLEZ 22/01/2007
Los futbolistas de élite, como los políticos, suelen mantener una relación ansiosa con el público y la historia. No lo saben al principio, cuando debutan como profesionales y aún no tienen lo que, a poco que vayan bien las cosas, les dará el tiempo: un montón de millones en el banco, un deportivo en el garaje y una modelo en casa. El futbolista joven supera poco a poco los miedos, juega y sueña momentos de gloria. El ansia llega más tarde, con la veteranía. Cuanto más celebrado es, mayor el ansia. Los aplausos se dan por descontados y nunca son suficientes. Hacen falta más focos, más vítores, más premios. El futbolista treintañero empieza a vislumbrar la retirada, una especie de muerte civil que le apartará de escena y le arrebatará parte de su identidad. En ese momento empiezan las tensiones con la historia, traducibles en una pregunta: "¿Qué se recordará de mí cuando haya muerto?".
Algunos, pocos, saben que la retirada no traerá el olvido. Francesco Totti será el rey de Roma mientras viva. Paolo Maldini será un modelo para futuras generaciones. Un caso extremo es el de Alessandro del Piero, que ya es el monumento de sí mismo. Hace cuatro años, cuando renovó con el Juventus hasta 2008, hizo una promesa en una página de publicidad de La Gazzetta dello Sport: "Un caballero no abandona nunca a una señora". Su compromiso con la Vecchia Signora de Turín estuvo a punto de romperse con el descenso administrativo a la Serie B y la inevitable tentación de cambiar de equipo, pero, para su suerte, no hubo ninguna oferta golosa. Del Piero siguió en la Juve y en la temporada del castigo ha alcanzado dos hitos excepcionales: 500 partidos y 200 goles con la Signora.
Se trata de un caso curioso. Cuando debutó, le quitó el puesto a Roberto Baggio, un futbolista de superior talento. La madurez le aportó una misteriosa musculatura -hay que decir misteriosa porque la justicia italiana no ha podido probar las sospechas de dopaje- y le privó de la magia juvenil. Hoy es un futbolista regular que cumple a la perfección con su trabajo. El sábado marcó un gol, fabricó otros dos y aupó al Juventus a la cabeza de la clasificación, con la Serie A al alcance de la mano.
Más allá, Del Piero seguirá explotando las cualidades que le han ayudado a sobresalir por encima de compañeros más hábiles: la inteligencia, la simpatía, las dotes de actor.
Alessandro del Piero se sabe destinado a dirigir la Juve, quizá a presidirla. A diferencia de Baggio, ocupado en su finca agrícola y en sus partidas de caza, tan desaparecido que la prensa especula sobre si ha engordado o no, Del Piero seguirá en escena.
Existe una categoría aún más especial, la de quienes no se preocupan ni por el público ni por la historia. Son tipos que aman el balón, no la gloria, y no llegan a superar el miedo del primer día. Les cuesta funcionar bajo presión y difícilmente alcanzan a jugar en equipos de renombre. Cristiano Doni es uno de ellos. Maduró tarde, creció en el Atalanta de Bérgamo, pasó una temporada deprimente en el Sampdoria, se comportó discretamente en el Mallorca y el pasado verano, con 33 años, regresó al Atalanta. Nadie esperaba de él más que lo justo: un poco de experiencia y un poco de orden en el centro del campo.
Doni ha sido elegido por La Gazzeta dello Sport, con toda justicia, como el mejor jugador del calcio en la primera vuelta liguera. Fue suplente en la Copa del Mundo de 2002, nunca ha disputado un encuentro de la Champions ni ha lucido un scudetto sobre el pecho. En teoría, debería estar condenado al olvido. "Cada partido era un examen. Sentía una opresión en el estómago. Jugaba estresado", dijo ayer a La Gazzetta hablando de su modesta carrera.
Ya al borde de la muerte futbolística, liberado de presiones, Doni se ha convertido en una maravilla. Por fin, hace lo que le gusta: jugar con un balón.
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Buen articulo aunque no puedo estar nada de acuerdo con lo de Del Piero por mi odio hacia el y hacia la Vecchia (aunque supongo que cualquiera que haya visto jugar a Baggio y Totti sabra que BAGGIO>TOTTI>DELPIERO, en cuanto a talento, humildad, personalidad etc….),
gran temporada la de Doni y el Atalanta en general.
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Por cierto, gran adquisicion del Parma, Rossi, canterano del Parma traspasado al United hace unas temporadas, vuelve cedido al Parma y ya metio un golazo contra el Toro para que su equipo ganara: http://www.dalealplay.com/informacionde ... ?con=19578
Milan, Inter, Roma, Barça y demas equipos grandes ya lo siguen, pero pertenece al Manchester United.
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@Marco Materazzi:
aunque no puedo estar nada de acuerdo con lo de Del Piero por mi odio hacia el
Però és que l'Enric és un periodista i no un ultra. Una cosa són els afectes i desafectes personals (Del Piero em provoca arcades) i l'altre els fets objectius. Un problema de confusió, per cert, que el periodisme (sic) espanyol no ha aconseguit resoldre.
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Del Piero es un Raúl ciclado.