Empleados del club
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Hace unos meses tiraron a los porteros de toda la vida del estadio con el pretexto de que dejaban entrar gratis a algunas personas(quien deja entrar gratis es Pedro Villarroel y su consejo de palmeros).
El viernes despidieron a Roberto Fariña, segundo utillero, sin darle una explicación adecuada: "estamos contento con tu trabajo pero hay que hacer reducción de plantilla".
Mientras tanto, tenemos varios fisioterapeutas, no sé para qué, un par de médicos que no aciertan en los diagnósticos, y ocho tíos en la secretaría técnica que se dedican a fichar lo que les dicen otros.
Y cobran mucho más que un utillero que es necesario y que incluso llevó el la furgoneta del club en Buñol a los jugadores desde el aparcamiento al vestuario, porque el señor Villarroel dijo que quitaran los coches de donde estaban.
Creo que hubo algún despido más el viernes pasado, en el ámbito administrativo.
Bueno, pues la empresa contratada por el señor Villarroel para ejercer las funciones de portería y aposento en el campo, que es la misma que hay en el Valencia y que nos sale muy cara, ayer se lució.
En el vomitorio de Orriols Alto que enfrenta al poste izquierdo de la portería, mirando según se entra, hubo un atasco de gente monumental durante los veinte primeros minutos de partido. El motivo es que la gente que entraba se quedaba mirando el partido de pie apoyado en la valla sin dejar ver a quienes estaban ya sentados en sus asientos, socios de pago y no eventuales asistentes o invitados, ni tampoco dejaban pasar a los que entraban por detrás. No fue un hecho esporádico: fue continuo. Todos los que se quedaban parados llevaban entradas en la mano.
Avisamos al responsable de la empresa para que cumpliera con su obligación laboral, despejara la entrada (está prohibido obstaculizarla en espectáculos públicos) e invitara a la gente a ir a sus asientos. La respuesta fue que no podía con tanta gente, que qué iba a hacer. Le respondimos que invitarlos a ir a sus sitios, a despejar la entrada por motivos de seguridad y que si no le hacían caso que llamara a un vigilante de Levantina o a la policía si era preciso.
Una vez solamente nos hizo caso y la gente, con mucha correción vació la entrada, lo que hace suponer de que si lo hubiera realizado de forma continua, se hubiera solucionado el problema.
Ante nuestra insistencia, el empleado nos hizo un gesto despectivo y nos provocó, por lo que le increpamos y estuvimos a punto de lanzarlo de cabeza al campo. Finalmente se marchó, vino otro, pero también pasó de cumplir con su obligación y nos hizo un gesto de desprecio con la mano, como diciéndonos "iros por ahí".
Bueno: éstas son las empresas competentes que nos trae Villarroel. En esta empresa están acostumbrados a ir al Levante a gorronear y ver fútbol gratis. Los porteros también dejan pasar gratis a más de cuatro, pero son de una empresa, y por eso han de ser respetados.
Mientras, despiden a la gente que quiere al Levante, y algunos que se han dejado horas y horas gratis por el club, mientras que este par de empleados nos chuleó y nos despreció a quienes le pagamos.
De todas maneras, presentar la denuncia al club no sirve para nada, porque no defiende nuestros intereses, sino los de las empresas que pululan como los buitres sobre nuestra carne.