Apoyo al S. A. M.
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Hay que ayudar al SAM, según cuenta el artículo de hoy en Levante EMV.
APOYO AL S. A. M.
SALVADOR REGÜES
Pere, lúcido amigo y analista de la situación levantinista nos mandó un email esta semana en el que decía: "Si el Consejo del Levante quiere ir a la Ley Concursal será porque le interesa a quien mueve sus hilos. Porque con la citada ley se rebaja la deuda del club y se aumenta el valor patrimonial. Algo que sin duda beneficia por encima de cualquier otra persona a D. Pedro Villarroel. ¿Lo tienes claro, Salvita?". Otro amigo, José Luis, guiado siempre por la razón, nos avisó por teléfono: "El tema del fútbol base del Levante, con la Ciudad Deportiva, apenas sale en los medios. ¿Sabes que en las propuestas de venta no entra en el lote porque Romero y los suyos no impedirán que continúe en manos de empresas villarroelistas? Es algo muy grave. Así no se puede romper la dependencia con las tinieblas del pasado más reciente".
Hastiados, intentamos superar el malestar de estas verdades granotas cambiando de ambiente. Nos largamos con la querida esposa un par de días a la Casa del Canónigo en el pueblo de Caracenilla, en plena Alcarria conquense. Un lugar donde no escuchamos ni el silencio, rodeados de un bellísimo paisaje de verdes trigales y atendidos por Adriana, la encargada de la casa, digna de recordar por su solicitud. Allí llenamos de buenas sensaciones nuestro depósito anímico y volvimos renacidos a seguir soportando la actualidad levantinista.
Una actualidad que al llegar a casa nos atrapó de nuevo. Vimos pendiente de abrir en el ordenador un mensaje de Rafa, nuestro amigo granota en Lincoln (USA). Lo abrimos y en él exponía su punto de vista: "Mira, Salva, cuando una compañía, una empresa o cualquier entidad se niega a someterse a una auditoría es que hay gato encerrado. En el Levante percibo mucha confusión. El Consejo se resiste a dar o no quiere dar el estado actual de las cuentas del club. Esa postura no ofrece más que una opción a los accionistas: recurrir a la vía jurídica para pedírselas. Demandar en el juzgado a quienes generaron esas cuentas escondidas y si alguien tiene que acabar "enmanillado" que acabe. Porque ya está bien de largas y de no entregar los papeles que les piden, tanto al Ayuntamiento como a los mismos auditores".
Estábamos terminando de leerlo, cuando el S. A. M. (Sindicato de accionistas minoritarios) por medio del indomable Valentín Serrats, se puso en contacto con nosotros. Le comentamos las opiniones del amigo de Lincoln y al hilo de las mismas nos expuso sus intenciones. "El S. A. M. está preparando acciones legales para conocer la verdadera situación patrimonial del club, en los ejercicios inmediatamente anteriores y los actuales, y determinar responsabilidades. Los sindicados ya han dado su aprobación. Vamos adelante con el apoyo económico para los costes de estas acciones legales de los mismos sindicados y de todos los simpatizantes que quieran colaborar. Queremos saber la verdad de lo que ha pasado y está pasando en la administración del Levante. Queremos saberla".
¡Bien, dijimos, ya era hora! ¡Basta de medias tintas, de esperas, de aplazamientos, de confiar en quienes no merecen confianza! Apoyemos todos los levantinistas al S. A. M. en su denuncia. Dejemos de creer en cuentos y vayamos al grano. Busquemos el delito y a por los culpables. Dejemos también a un lado la vergüenza que sentimos viendo al Levante llorando ante un concejal valencianista que llamó insolidaria a la plataforma de vecinos de Benicalap cuando ésta se quejó de las agresiones urbanísticas que le afectaban. No le culpamos de los males granotas porque no le llevan ni un papel de los que ha pedido (la alcaldesa Barberá dixit). Pero sí criticamos su forma de decir las cosas, arrogante, soberbia y despectiva, que ofende nuestra sensibilidad.
¡Bien, S. A. M., bien! Vuestra denuncia importa más que el partido fantasma del Bernabeu. Un partido que ha difundido esta semana por el mundo entero una imagen patética del Levante, con los jugadores en huelga y el Consejo haciendo el ridículo. Después de lo sucedido, si finalmente se hace con las riendas del club el grupo liderado por Antonio Blasco, le costará Dios y ayuda recuperar el prestigio levantinista, hoy por hoy tirado a la ciénaga del desatino por los actuales mandatarios del club.