Buen artículo de Regües
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Pongo el artículo de Regües. Le agradezco su comentario sobre Antonio Aragonés, al que tuve el placer de conocer y que no mereció el trato que recibió por parte del sujeto que ha conducido al club a la ruina actual.
Atrapados en el fracaso
El consejo levantinista, como ya hemos apuntado, sigue caminando por la calle de "mañana" y llegará pronto a la plaza de "nunca". Una calle donde disfruta de días anodinos, opacos y vacíos de noticias. De días que recuerdan una de las mejores secuencias de la película "Atrapado en el tiempo", cuando el protagonista se encuentra con dos asiduos parroquianos en la barra de un bar. Les cuenta que para él se repite siempre el mismo día, que no puede evitarlo. Y uno de ellos le contesta: "Esa es la historia de mi vida". Una respuesta que comprenden los seguidores levantinistas. Porque en su vida, que es la nuestra, vuelven a repetirse ahora los sufrimientos que les abruman aderezados con el amargo sabor del fracaso. De un nuevo fracaso, a sumar en la lista de los numerosos que hemos vivido desde que nos iniciamos en el levantinismo. A esa fatal sucesión de desencantos que se inició en nuestra lejana adolescencia, recién llegados a Vallejo. Pero lamentablemente no estamos "atrapados en el tiempo", como el de la película, no, porque el tiempo pasa para nosotros sin regalar ni un segundo, ¡vaya si pasa!. Donde sí estamos atrapados es en la reiteración de las malas experiencias granotas, en sus reincidentes caídas al abismo.
Mejor sería decir que nos sentimos "Atrapados en el fracaso". Por causas diversas, pues las ha habido variadas. El de 1965, cuando se frustró el primer proyecto de permanecer en Primera, se debió principalmente a los pases de 15 años adquiridos en 1953 para ayudar a la compra del campo de Vallejo. Sin ingresos atípicos, como los de hoy, y dependientes sólo de la taquilla y los abonos, la junta del presidente Clérigues las pasó canutas con más de tres mil seguidores, los más fieles además, sin aportar ingreso alguno. No pudo resistir la estrechez económica, terminó vencida y dejó al equipo en Segunda.
Otros fracasos se debieron a equivocaciones en los planteamientos deportivos, como los de Grau Torralba en los setenta. El emprendedor empresario valenciano comenzó proyectos sensatos y de futuro que le llevaron dos veces a Segunda desde Tercera. Pero no pudo consolidarlos por errores de sus técnicos y abandonó el Levante sin alcanzar la gloria que mereció por su esfuerzo.
Gloria que no merecieron otros presidentes como Sanz, Aznar y Cortés. Los tres prometieron planes de oro y los aportaron de hojalata. Empujaron al Levante al más rotundo de los fracasos y entre los tres casi lo destruyen. Su sucesor fue Antonio Aragonés que vivió el doble descenso a Tercera de 1982, que costó mucho esfuerzo superar, pero no tuvo culpa alguna del desastroso estado del club que heredó.
A partir de 1986, con Villarroel controlando la economía levantinista, conocimos sus primeros descalabros en 1991 y 1998, debidos a su particular y caótica forma de llevar la parte deportiva del club. Bajamos las dos veces a Segunda B y nos dolió mucho porque con él habíamos alimentado grandes esperanzas en el plano económico. Daba la impresión de formalidad y de saber controlar las cuentas. Por eso nunca sospechamos que se perdería tanto dentro de sí mismo como le ha pasado en los últimos años. En los que, con sus despropósitos, ha dejado al Levante sin rumbo y casi sin barcos. Haciendo el ridículo a nivel mundial, con sonados incumplimientos contractuales a jugadores y empleados. En manos de "consejeros" que parecen pedirle "consejo" hasta para abrir las oficinas del club. "Consejeros" de los que no se fía ni su propia sombra. "Consejeros" capaces de conseguir, con su falta de formalidad, ser tratados de "malos" en la presente película granota mientras el papel de "bueno" y "salvador" del Levante lo asume un señor que nos cae mal desde que hace dos años menospreció a los muertos republicanos. Entre los que había levantinistas, seguro, no tenemos duda alguna.
"Atrapados en el fracaso y quizás también en el rencor", así nos sentimos. Así lo repetimos y así hacemos votos para que a este "desaconsejado" Levante actual lleguen pronto personas dignas de representarle. No nos parece mucho pedir. Así sea.
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Chapó por el artículo….
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Sólo le ha faltado poner el nombre de quien menospreció a los muertos republicanos: el concejal ALFONSO GRAU.
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Ah! pues si que lo sabes,otros lo ignoran ,que lastima.
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Ah! pues si que lo sabes,otros lo ignoran ,que lastima.
¿Y quiénes son esos sujetos impresentables que olvidan tal ignominia?