Artículo estimulante hoy en Levante EMV
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Salvador Regües
SUEÑOS DE ASCENSO
Después del cero a cuatro conseguido por el Levante en Girona hemos vivido una semana recibiendo parabienes y deseos de ascenso de amigos y conocidos desde diversas partes del mundo. Decimos esto porque, entre otros, Virginia Racca desde Argentina y Rafa Tatay desde Estados Unidos nos mandaron alegres mensajes al respecto. La esperanza ha vuelto al mundo levantinista y en Requena, donde residimos, estamos volviendo a hablar con los que sacaron pases en Primera y dejaron de hacerlo en Segunda. Los que, junto a otros de muchos pueblos y villas de la Comunidad Valencia, subieron a una cifra superior a los quince mil el número de abonados levantinistas en 2004 y 2006. Unos aficionados que deben hacer kilómetros para ir a Valencia y no están por desplazarse al Ciutat de Valencia para ver Segunda División.
Nos preguntan si al Levante le interesa el ascenso. Respondemos que sí porque no tiene más opciones de futuro. La Segunda actual es un cementerio de elefantes donde la mayoría de clubes viven en la soledad y la miseria. En ella no se puede aumentar la masa social y menos aún si un equipo asciende y renuncia al ascenso, como ha propuesto esta semana en su columna periodística un buen amigo de raíces granotas. No sabemos que dañina musa le inspiró a escribir semejante imprudencia provocadora de una feroz contestación en la hinchada levantinista. Porque su propuesta, de llegar a producirse, llevaría a la defunción social y deportiva del Levante. Seguramente fue poco reflexionada por el autor. No tuvo en cuenta las consecuencias que apuntamos, como el absoluto vacío en las gradas durante la siguiente temporada. No acudirían ni los más acérrimos aficionados granotas carentes de motivación para ver jugar un equipo sin aspiraciones.
No queremos que eso suceda. “Nuestros sueños son nuestra única vida real”, dijo una vez el gran cineasta Federico Fellini. Creemos que es así y deseamos disfrutar de los nuestros. Los de llegar a Primera, sí señor. Al hilo de ello pedimos que no decaiga la moral del club, de la plantilla, del entrenador y de la hinchada levantinista. El fútbol se mueve por sueños, de gozar plenamente los momentos de gloria, y si sube el Levante no tiene porque repetir pasados errores, aquellos que le acercaron a la autodestrucción. Puede imitar ejemplos de otros clubes, como el Osasuna, el Getafe, el Racing o el Sporting. E intentar afincarse definitivamente en la Primera División.
Que no decaigan nuestros sueños, que no decaigan. El Levante ha de repeler las malas influencias que le atacarán por muchos lados. Sin pensar en ellas debe salir esta tarde con ganas de triunfo al Nuevo Arcángel cordobés. Un campo, por cierto, donde los seguidores locales suelen ser muy vehementes. El día que Raúl Mármol marcó el gol de la victoria levantinista en la liguilla de promoción de 1996 apedrearon los autocares granotas. Íbamos en uno de ellos y no lo hemos olvidado. Un hecho que quedó grabado en nuestra memoria y por el que no nos ha vuelto a caer bien el Córdoba. Al que deseamos desde entonces que la derrota le acompañe.
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Buen artículo de Salva Regües, este es el camino a seguir por todos.