Crónica de la temporada en 1ª. Hugo Ballester.
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Despedimos una temporada más, un campeonato liguero español que finaliza con el éxito para algunos y la tristeza y el fracaso para otros tantos, inmersos en las lágrimas de plástico azul por no cumplir los objetivos codiciados, y el lamento de aquellos, que el destino y una campaña para olvidar, les jugó una mala pasada, mandándolos al infierno de la temida Segunda. Arrancábamos en agosto construyendo castillos de naipes sobre nubes de algodón, pintando muchos la liga de color blanco impoluto antes de invitarnos al resto a disputarla. Llegaron Beckham, Ronaldinho y compañía para corroborar él por qué, la llaman la mejor liga del mundo.
Nueve meses más tarde, el sabor de boca nos dice que había mucho azúcar por degustar, pero que debíamos racionar bien el pastel porque sino, nos podíamos empachar…
En esas anduvo el Madrid, que cayó en la trampa de la vanidad, acusándole el mundo de prepotente y acaparador, despreciando fichajes y expulsando del paraíso llamado galaxia, a aquellos que luego te lo harían pagar muy caro. Tras siete meses arrolladores, los niños de Queiroz, si es que algún día fueron suyos, comenzaron a darse cuenta que debieron parar a repostar en la última salida que tenían, pues al final la carretera se les haría interminable. Ni liga, ni copa, ni champions league... ni Ronaldo, ni Zidane, ni Beckham, ni Pavones... la casa blanca acaparó los siete pecados capitales para terminar en el purgatorio a expensas de volver a ser, el club de los galones.
De ello se aprovechó el Valencia dicen algunos, englobando aquí a los escépticos ingenuos todavía que menosprecian el trabajo de Benítez rotaciones bajo el brazo, y atribuyen su éxito por de mérito de su máximo rival. El caso es, que en un año que pasará a la historia del valencianismo ilustrado, Benítez le devolvió a Valencia la virtud de saber, que a orillas del Mediterráneo Valencia quiere ser, capital de Europa durante otro año. Bajo la luna de Valencia paseó por sus calles dos títulos, los del doblete, fruto de la regularidad, la constancia, el trabajo diario y la honradez de sus hombres, creyentes en silencio de ser lo que no son en un lugar que le correspondía a otros. Con una columna vertebral que ya muchos quisieran tener y con 15 jugadores que contribuyen por placer, Benítez conquistó su tercer título en tan sólo dos años, le pese a quien le pese. Nos quedamos con Cañizares y su cuarto Zamora, en un momento de madurez profesional que hace dudar de sí mismo a otro grande, pensando en la Eurocopa. Con Ayala, que me voy, que no me voy, que quiero más dinero, que hoy no juego... con letras mayúsculas, el mejor defensa del mundo, que al blanco de su corazón le añadió un toque negro, para disipar cualquier malentendido. Con Albelda, que luce una señera que le pertenece de por vida, pues es fiel reflejo de un equipo hecho a su medida, como a los grandes toreros... Con Vicente, que pasó de Vicentín a ser llamado don con el mayor de los respetos, ganando él media liga y siendo el mejor jugador nacional de la temporada... y con Mista, que se quedó sin Selección, pero que dejó su tarjeta de presentación con más de 20 goles en un año que no olvidará. Respira Suso, se perdona, pero no se olvida. Y seguimos esperando, sin olvidarnos nunca de él, al pibe argentino que inunda los sueños del fútbol propio del Olimpo de los Dioses. A ti, Pablo.
Por lo demás, gran segunda vuelta del Barcelona, que acabó segundo gracias a un hombre de otro planeta llamado Brasil, que vino con un balón en el pie, un gesto ya internacional y una sonrisa que sin ser profident, nos ha devuelto la ilusión de soñar en tiempos difíciles para la práctica del buen fútbol. Ronaldinho, galáctico como el que más. Dar las gracias al Depor, por hacernos soñar con una final devolviendo las noches mágicas a Riazor, épicas propias solamente bajo la torre de Hércules. Felicitar al Athletic, que con una cantera única llena de nombres propios (Yeste, Tiko, Arriaga, Iraola, Del Horno, Arazubía...) devuelve la ilusión a una Catedral que ya espera impaciente pasearse por Europa. Y al Sevilla, que basándose en entrega casta y un par de... se metió ahí con un final de guión de película, protagonizada por el oscarizado Julio la Bestia Baptista, que ya sabe lo que es el arte andaluz en estado puro. Quedan también aclaradas muchas dudas, por si alguien dudaba realmente: Toshack, Clemente, Antic y compañía se pueden quedar detrás de la barrera, que desde allí no hacen daño a nadie, ni si quiera al toro. Bien por el Alba de Ferrando, la Copa del Zaragoza de Víctor y el fútbol directo de Osasuna de Aguirre... Mal por el Betis de Joaquín y Fernández.
Y lamentar y desearle toda la suerte del mundo a Celta, Valladolid y Murcia, que vuelven pronto, pero que cambien el guión, porque a esto que llamamos fútbol, le sobran los que me hacen bostezar antes que empiece el encuentro.
Se acabó el espectáculo, con mensaje para la galaxia: el circo de Zidanes y Pavones necesita de clase obrera urgente, si quiere volver a hacer reír de emoción a los amantes del fútbol espectáculo. Gracias a todos los que creen en el balón por encima de todas las cosas, y recordarles que esto no se acaba aquí, en breve tendremos más... Bienvenido al Paraíso Levante, no nos abandones nunca jamás. I love this game.
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No abandonaremos la primera jamás, de eso puedes estar tranquilo.