Mini reportaje en lasprovincias.es
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Lo nunca visto en el Levante. La Primera División empieza a palparse por Orriols. Colas y más colas. Desde primera hora de la mañana hasta la noche. La afición azulgrana desbordó ayer todas las previsiones que había hecho el club para el primer día de venta de pases de cara a la próxima temporada. Cuatro minutos después de las diez de la mañana se abrían las taquillas (cuatro) pero la gente se agolpaba en el Ciudad de Valencia desde muchas horas antes. En realidad, desde el día anterior, como Bonifacio Domingo, que decidió pasar la noche en el interior de su automóvil para poder ser el que tuviera la preferencia de elegir sin ningún temor los primeros abonos.
Domingo es socio levantinista desde hace muchos años y, como otros miles, se ha quedado sin ningún privilegio respecto al resto del público que se acerca a Orriols atraido por el aroma galáctico. El club ha fallado al no dar ninguna prioridad a los que durante tantos años han dado el callo. Cualquier socio, excepto, los de tribuna que tienen hasta el día 15 reservada su plaza, puede quedarse si su asiento habitual en los fondos o en la grada central porque el plazo se ha abierto para todos, socios y público en general. También es cierto que antes, excepto en tribuna, no estaban numerados los asientos y ahora sí.
Los ánimos alterados
Esta circunstancia ha levantado precisamente un gran malestar entre la afición. “¡No hay derecho, después de tantos años apoyando al equipo en Segunda B y ahora que venga uno nuevo y elija el asiento que quiera!”, exclamó más de uno prácticamente desde el primer momento en el que se abrieron las ventanillas y mucho antes de que el calor empezara a mermar la paciencia de los componentes de la cola.Vicente Romo, empleado del club, intentaba calmar como podía los ánimos ante la falta de previsión de la entidad que no abrió más taquillas y no situó, por ejemplo, vallas para que existiera un mínimo de organización. Es el precio que hay que pagar por estrenar una categoría 39 años después.
Fueron los mismos aficionados los que trataron de imponer un poco de orden. Se confeccionó una lista para seguir un estricto orden pero el ritmo fue lentísimo, al menos en las primeras horas. “El año que viene, desde luego, todo irá mucho más rápido”, trataba de justificarse Quico Catalán, portavoz del consejo. Cierto es que dentro de un año sólo habrá que renovar automáticamente el pase.
De los primeros estaba, cómo no, el popular Ramonet. “Jo visc açi”, decía. Junto a él, Paco Minuesa, a quien la mañana se le fue torciendo. En el bolsillo llevaba más de ocho mil euros en metálico. Era el tercero de la cola y su intención era la de retirar 57 pases, todos para la peña Granota Sabuda . Desde el club se le invitó a esperar para tratar de localizar un sector de la grada en la que estuvieran juntos. “¿No hay nadie en el Levante que piense un poco? Llevo varias horas esperando y he tenido que cerrar la peluquería .”
Poco después llegaría una dotación policial. Las horas fueron pasando y la gente fue desfilando por los bares de Orriols, los primeros beneficiados económicamente por el ascenso. Hoy se vivirá un nuevo capítulo. A este paso se puede llegar a los 17.000 socios