Crònica del Marca

[Invitado]

EL LEVANTE AGUANTÓ HASTA EL DESCANSO (5-0)
El Madrid camufla su crisis con goles

FIGO Y GUTI FORZARON LA QUINTA AMARILLA PARA NO JUGAR EN VILLARREAL
Un efectivo Madrid se reconcilia con su afición tras golear al Levante
ÓSCAR AGUILAR NÚÑEZ

De algo tiene que servir tener tantos Balones de Oro en un mismo equipo. Eso habrá pensado Florentino Pérez y, como él, otros muchos seguidores madridistas. Pero lo que se vio en el Santiago Bernabéu no puede ser pasado por alto pese a la contundente goleada y belleza de alguno de los tantos logrados por las figuras del conjunto blanco. Siguiendo la tónica habitual de la temporada, los pupilos de García Remón sufrieron más de la cuenta ante un rival serio y bien ubicado sobre el terreno de juego.

El Levante llegó a la capital de España con la vitola de ser la revelación del campeonato. Recién ascendido a Primera, y con un bloque sin grandes estrellas, el conjunto azulgrana se ha ganado el respeto de sus rivales gracias a su buen fútbol y a una filosofía en la que prima el toque, la profundidad y el talento de unos jugadores modestos pero con ganas de disfrutar de su presencia en la 'Liga de las Estrellas'.

Casi 40 años después, el cuadro valenciano volvió a pisar el feudo blanco. Y fue un mal día para que Bernd Schuster se decidiese a cambiar el esquema que tan buenos resultados le dio en las primeras doce jornadas. El alemán, como otros muchos técnicos cuando visitan el estadio del Real Madrid, decidió apostar por una táctica más defensiva. Ese es un error que suele pagarse caro. La presencia de Manchev y Ettien en el banquillo no hizo presagiar nada bueno.

Una historia ya conocida
Con tres centrales, dos laterales de proyección ofensiva y un centro del campo muy trabajador, los visitantes se hicieron con el balón desde el pitido inicial. Las dudas sobre el once alineado por el técnico germano se disiparon de un plumazo cuando sus futbolistas comenzaron a acercarse con peligro a la meta de Iker Casillas. Nacho, Juanma, Sergio Garcia y, sobre todo, Rivera, manejaban el ritmo del encuentro a su antojo. El ex jugador del combinado 'merengue' atraviesa por uno de los mejores momentos de su carrera y hay quienes se preguntan cómo los directivos le dejaron marchar sin darle una oportunidad de triunfar en el club de toda su vida.

El Levante ejercía de amo y señor mientras que 'San Iker' había tenido que emplearse a fondo para repeler dos peligrosos disparos de Sergio y Nacho. El público comenzó a impacientarse. Los primeros pitos sonaron desde las gradas y los aficionados decidieron centrar sus iras en Ronaldo. Pero así es el fútbol. Hasta ese momento, Celades y Guti se anularon el uno al otro. Estuvieron siempre tan cerca que ni creaban ni destruían. A tres minutos para llegar al descanso, Walter Samuel cometió una falta sobre Sergio García que el colegiado no señaló. Beckham recibió la pelota y dio un pase magistral con el que sorprendió a la defensa. Ronaldo controló con el pecho, se zafó en velocidad de Culebras y superó a Mora con un disparo cruzado. La misma historia de siempre.

Cinco minutos de magia
La segunda parte se inició con un Levante volcado a por el empate. Y ahí llegó su sentencia definitiva. Con más espacios y libertad, el Real Madrid dio tres zarpazos con los que decidió el compromiso. En el primero de ellos, Figo recuperó un balón en el centro del campo y se aprovechó de los buenos movimientos de Ronaldo y Raúl para llegar en solitario al borde del área. El portugués lanzó un derechazo que se coló como un obus en la portería de Mora. Poco después, Celades se sacó de la chistera un pase desde el centro del campo con el que Ronaldo volvió a ganarle la espalda a la defensa y cruzó al fondo de las mallas ante un impotente cancerbero.

Pero el mejor tanto estaba por llegar. El cuestionado Beckham puso en pie al estadio al recibir una pelota cerca de la línea medular. El inglés regateó a Celestino, se perfiló hacia su pierna buena y conectó un disparo cruzado que su ubicó en la escuadra. Si el Rey Midas convertía en oro todo lo que tocaba, el Real Madrid transformaba en gol todos sus lanzamientos a puerta.

Un duro golpe
El buen planteamiento de Schuster se vino abajo por algo que no se puede preveer ni controlar. Los chispazos de calidad individual marcan las diferencias en todo deporte colectivo. Y de eso, andan sobrados en el once titular del Real Madrid.

Con un rival tocado y un equipo sin necesidad de arriesgar, el partido se diluyó en una lucha de impreciones y torprezas en el centro del campo. Figo y Guti buscaron y consiguieron ver la quinta tarjeta amarilla que les impedirá jugar contra el Villarreal y les dará un merecido descanso antes de afrontar el trascendental cara a cara contra la Roma en Liga de Campeones.

Cuando todo parecía decidido, Guti robó un balón en el centro del campo. Con una hábil maniobra, se zafó entre Celestini y Rivera y avanzó hacia la frontal del área. El centrocampista vio el desmarque de Owen y le dio una perfecta asistencia pasando el balón entre las piernas de Alexis. El inglés no desaprovechó el regalo y anotó su quinto tanto en la presente campaña.

La goleada hizo olvidar lo que durante cuarenta y cinco minutos fueron pitos. Pese a sus esfuerzos, García Remón no consigue poner un poco de orden en la anarquía de sus futbolistas ofensivos. Aunque el juego sigue sin mejorar y el equipo carece de un patrón o un estilo definido, de algo tiene que valer tener un equipo formado a base de talonario.