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Las actividades prácticas son esenciales para vincular conceptos abstractos con experiencias reales. Ejemplos:

Simulación de juegos: Usar monedas, dados, ruletas o barajas para realizar experimentos repetidos.
Recolección de datos: Por ejemplo, contar cuántos autos rojos pasan por una calle en 10 minutos y estimar probabilidades.
Exploración y descubrimiento:
Dejar que los estudiantes descubran patrones y relaciones. Por ejemplo:

Lanzar una moneda 50 veces y comparar la frecuencia relativa de "cara" con la probabilidad teórica (
50
%
50%).
Uso de tecnología:
Simulaciones digitales: Programas como GeoGebra, Excel o aplicaciones móviles permiten realizar miles de simulaciones rápidamente.
Ejemplo: Simular 1,000 tiradas de un dado para observar la distribución de frecuencias.
Resolución de problemas prácticos:
Resolver ejercicios con contexto real para que los estudiantes entiendan la utilidad de la probabilidad: