El racó del Calcio
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¡genial!
Leyendo el articulo no he podido evitar repasar la lista de todos los ilustres foreros que se quedarian en defensa en Campo dei Fiori.
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Creo que si nosotros fuesemos al Campo dei Fiori, el balon se quedaria en medio mientras todos los miramos.
aunuqe siempre habra algun valiente que lo intentaria tocar… para despejarlo, claro.
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Yo lo que os digo es que hay unos vuelos de Ryanair a Roma que salen a peseta. Tenemos que estar ahi.
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Yo lo que os digo es que hay unos vuelos de Ryanair a Roma que salen a peseta. Tenemos que estar ahi.
Seria la hostia.El combinado alcohol-antidisturbios-origendelfutbol es irresistible
Yo me apunto cuando y como sea
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Suick PAREDON…
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Ayer no hubo calcio, luego no hay artículo.
Por lo menos tiene dos fieles el post.
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Pues te lo inventas.
Te voy a demandar por daños y perjuicios…
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Ie, que els seguidors del raconet som multitud….
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los de siempre en todos los lados, joder sois una puta secta
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@El País:
El caballero y la dama
ENRIC GONZÁLEZ
EL PAÍS - Deportes - 17-10-2005Hace dos años, cuando ya llevaba ocho en el Juventus, Alessandro del Piero renovó su contrato por cinco más. El futbolista tenía 28, vivía su mejor momento y obtuvo muy buenas condiciones económicas: 5,6 millones de euros por temporada más 2,3 por sus derechos de imagen. Ale estaba tan contento que pagó una página de publicidad en La Gazzetta dello Sport para anunciar personalmente la noticia de su unión vitalicia con la Vieja Señora del calcio. El titular del anuncio era gracioso: "Un caballero no abandona nunca a una dama".
El caballero Del Piero debió de pensar bastante en esa frase cuando, unos meses después, la dama en cuestión, convertida en una Rottenmeier con las facciones tremendas de Fabio Capello, empezó a darle leña. La llegada de Capello supuso para la Juve un retorno a los principios básicos de una sociedad metalúrgica -pertenece desde hace medio siglo a los Agnelli de la Fiat-, hosca y exigente. Del Piero era el futbolista mejor pagado, pero a Capello le pareció irregular. Y era cierto. Entre el caballero y el recién llegado Ibrahimovic la elección resultaba clara. Y Del Piero, desorientado y fallón, empezó a conocer de cerca el banquillo.
Capello fue un futbolista bastante malo desde el punto de vista técnico. No era de los que acarician el balón, sino de los que lo pisan, lo retuercen y, si es necesario, lo muerden. Pero tenía una voluntad de hierro y una mente despierta que le permitía captar las claves de cada partido. La voluntad y el conocimiento del fútbol, junto a un carácter de mil demonios y una ambición desmedida, le han permitido ser un entrenador de gran éxito.
Maneja la plantilla como un dictador y somete a cada futbolista a algo muy parecido a la tortura psicológica. Presiona, exige, amenaza, machaca y castiga hasta ser dueño de cuerpos y almas. Exprime a los jugadores hasta agotarles. A cambio, ofrece resultados. El día que Capello abandona un club se oye en el vestuario un gran suspiro de alivio.
Lo curioso es que, con el tiempo, sus víctimas suelen echarle en falta. Totti, Cassano y demás artistas del Roma brindaron cuando el tirano se largó por sorpresa a Turín. Un año después reconocían que nadie les había comprendido como Capello. Cassano no levantó cabeza desde que se fue y hoy, peleado con los propietarios del Roma y con casi todo el mundo, apartado del equipo y de la selección italiana, no sabe ya qué hacer para que le fiche el Juventus y reencontrarse con Capello. Puede ser un síndrome masoquista al estilo de Portero de noche. También puede ser que Capello entienda como nadie las flaquezas de los jugadores creativos.
Alessandro del Piero vivió desde el banquillo el título de Liga del curso pasado y esta temporada -ya siete victorias consecutivas- empezó igual. El Juventus funcionaba muy bien sin él. La exclusión, en su caso, resultaba especialmente dolorosa porque le alejaba de participar en el Mundial de 2006, el último de su carrera. El seleccionador, Marcello Lipi, que dirigió al equipo turinés en los días de mayor gloria de Del Piero, dijo la semana pasada que quien no jugara todas las semanas no podría ir a Alemania. Para Ale sólo parecía quedar una salida: buscarse un nuevo equipo en enero, tal vez en Inglaterra, y hacer valer ahí sus credenciales.
Había otra opción, casi imposible: reconquistar a la Vieja Señora. El sábado, Capello dio descanso a Trezeguet y sacó al campo a Del Piero. El Juventus jugó muy mal, pero Del Piero jugó muy bien e hizo algo extraordinario: robó el balón en el centro del campo, dribló a un par de contrarios, se metió en el área y marcó.
Capello sonrió en la banda e hizo otra muesca en su látigo: tras dos años de tortura, Del Piero era al fin suyo.
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Capello es un ejemplo claro de las pocas verdades que hay en el futbol,un gran entrenador jamas puede haber sido un gran jugador.Los entrenadores que han sido grandes jugadores siempre tienden a favorecer la calidad tecnica en detrimento del colectivo.
El futbol le debe mucho desde que en la final de 1994 en Atenas humillo a cruyff.Despues de aquel partido al tramposo de cruyff se le deberia haber prohibido la asistencia a cualquier campo de futbol.¡johans cruyffs nunca mais!
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Curiosa observació. Els entrenadors triomfadors dels darrers anys foren futbolistes d'una qualitat gens extraordinaria (Del Bosque, Capello) o fins i tot molt mediocres (Benitez, Mourinho).
Schusters i Cruyffs, en canvi, són mentides.
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Lo mejor de Cruyff, es que dicen que el reinvento el futbol ofensivo.
Cuando la moda era jugar con 4 o 5 defensas y meter un nuevo medio por un delantero, el metio un delantero por un defensa.
Si. Eso esta muy bien. Pero es que asi, lleva jugando el Ajax toda su pvta vida, llamase el entrenador Cruyff, Van Maal, Koeman o Danny Blind…
Eso si, para saber venderse, era unico...
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@El País:
El equipo del barrio
ENRIC GONZÁLEZ
EL PAÍS - Deportes - 24-10-2005
La cabeza de la clasificación de la Serie A suele ser tan previsible como una ensalada ilustrada: Juventus, Milan e Inter, rey, caballo y sota del calcio, como casi siempre. Justo detrás, Fiorentina: era de esperar, dado que los nuevos propietarios, los De la Valle, no querían revivir las angustias del curso pasado y contrataron a un ariete estupendo (Toni), a un buen técnico (Prandelli) y a unos cuantos gregarios finos. Lo insólito es lo que viene luego. En el pelotón de los aspirantes a arañar una competición europea está el Chievo, uno de los más curiosos fenómenos futbolísticos de este hemisferio.
Chievo no es una ciudad. Es un barrio periférico de Verona, una urbe mediana del noreste italiano. Para entendernos, hablamos de 2.500 habitantes en un área unas 20 veces más pequeña que Getafe y 100 veces menos divertida. La gente va a Verona por el lago Como, por los espectáculos de la Arena o para enternecerse con la tragedia de Romeo y Julieta. No se conocen corrientes turísticas hacia el estadio del Chievo, que, sin embargo, está casi al lado de la estación de ferrocarril. El Chievo es un prodigio surgido de cuatro calles y del entusiasmo de un sacerdote. Y, aunque su historia arranca de lejos, seguía siendo un club de aficionados cuando, en 1982, Italia ganó su última Copa del Mundo.
La primera imagen del Chievo es de 1929: unos cuantos entusiastas del barrio disputan el primer partido de fútbol en un campo que no es una pradera, sino un descampado lleno de arbustos, con el centro del terreno marcado por unos matorrales de singular altura. La segunda imagen, de 1931, corresponde al primer encuentro oficial. Uno de los jugadores del Chievo luce una redecilla en la cabeza con el fin de no estropearse el peinado.
Las demás secuencias son igualmente modestas. En 1948 las penurias económicas son tan grandes que tiene que cambiar los colores tradicionales, blanco y celeste, por el azul y el amarillo de unas camisetas que le salen gratis. En 1950 juega tan mal que en un encuentro con el Bardolino opta por retirarse del campo después de recibir el séptimo gol para no prolongar la humillación del puñado de seguidores.
Pero en 1958 el párroco, Silvio Venturi, logra que la diócesis preste fondos al club para crear un campo por fin llano y sin matojos, construido enteramente por gente del barrio. Se establece además una sede oficial en el bar La Pantalona. El cura Venturi marca un antes y un después. En 1966, el campo es destruido por el desbordamiento del río Adige, pero los vecinos lo arreglan en un par de meses. En 1975 se alcanza un éxito sin precedentes y el Chievo asciende a Primera Regional.
En 1990 el Chievo sube a Tercera División. En 1994, a Segunda. En 2000 llega al barrio un entrenador de la zona llamado Luigi del Neri y en el último partido de la temporada, contra la Salernitana, conquista una plaza en la Serie A, la cúspide del calcio.
Del Neri, ahora en el Palermo, ha hecho carrera desde entonces. El presente entrenador se llama Giuseppe Pillon, que en septiembre definió su proyecto con una sola frase: "Suframos lo menos posible". El equipo del barrio tiene a veteranos como Lorenzo d'Anna, de 33 años y diez en el equipo, y a muchachos como el nigeriano Obinna. Los dos marcaron ayer para vencer al Cagliari (2-1) y aupar al Chievo hasta la mejor posición de su historia. Fue un partido infumable, malísimo, sobre todo en la primera parte; si la plantilla hubiera sido la de 1950, quizá no habría saltado al césped tras el descanso para no seguir aburriendo a la hinchada. El caso es que el Chievo ganó y lleva cuatro jornadas invicto.
Lo normal es pensar que no durará. Pero lo mismo se pensó cinco años atrás, cuando un pobre equipo de barriada se coló en la élite. Y ahí sigue el Chievo.
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en ese viaje pendiente a roma deberiamos incluir el bar La Pantalona y el estadio del Chievo. Esto implica que hay que estar mas fino en las apuestas
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¡Mamones!,5 a 1 pagaban ayer el partido del plus
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Per anar a Chievo des de Roma hi ha una bona passejada. Afinar, però afinar de debò.
Per cert, estrany concepte del divertiment té el senyor Enric. Haurà estat mai en Getafe?
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Suick VETE CON OLTRA!!!
DIMISION DIMISION DIMISION
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@Noirot:
Suick VETE CON OLTRA!!!
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Coño que estaba de vacaciones. Voy a rebuscar.