Buen artículo de Regües hoy en Levante EMV
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ESTA DIVISION ES UNA RUINA
Alguna vez tendrán que sentarse los responsables del fútbol español para analizar la Segunda División A. Hoy por hoy es una auténtica ruina, un naufragio permanente de los equipos buscadores del ascenso o de los luchadores por la permanencia. Poca gente les sigue y no les tienen demasiado en cuenta los medios informativos. Ni siquiera sus propios aficionados en muchos casos. Si repasamos las entradas en los estadios veremos que salvo en Anoeta y La Romareda, que todavía mantienen hinchadas de tiempos pasados, en los demás es difícil encontrar uno que pase de los cinco mil espectadores de media. El mismo Salamanca, líder de la competición, con tremendos problemas económicos para seguir adelante, sólo reunió seis mil seguidores en las gradas del Helmántico en el último partido. Con esas cifras no se pueden mantener plantillas de cierta entidad. Hay que jugar a comprar barato y esperar que salga bueno el producto si se quiere alternar decentemente en la categoría.
Un ejemplo del tema es el visitante de hoy al Ciudad de Valencia, el Celta de Vigo. Un club con un glorioso pasado, el mejor de la historia del fútbol gallego, que está sumido en una profunda crisis y al borde de la quiebra. Representa a la ciudad más populosa de Galicia pero no congrega más de cinco mil seguidores en sus partidos de Balaídos que se encuentran perdidos en un campo tan grande.
Alguien dijo que “si seguimos haciendo lo que estamos haciendo, seguiremos consiguiendo lo que estamos consiguiendo”. En el caso de la Segunda A convertirla en una UVI de clubes desesperados, sin saber a que juegan y por qué juegan, a menos que la Federación se invente de una vez y proponga soluciones al problema. Sólo algunos en esta sombría caravana de equipos segundones encuentran signos de revitalización en el tramo final del campeonato, cuando las hinchadas se movilizan para ayudarles a no descender o para impulsarles al ascenso. En esas jornadas, el mismo Levante consiguió desplazar en anteriores temporadas tres mil aficionados a Albacete, otros tres mil a Xerez y seis mil a Lleida. Unas cifras que ahora nos parecen irreales cuando el club anda inmerso en una indefinición de su destino. Unas cifras que añoraremos al contemplar las gradas semivacías esta tarde en el Ciudad de Valencia con un partido entre dos equipos que hace dos temporadas se jugaba en Primera.
Para más “inri” se junta en esta desdichada Segunda División lo menos recomendable del arbitraje español. Colegiados descendidos que pasean por los campos su frustración contenida y aspirantes a llegar más alto que exhiben, salvo honrosas excepciones, una insolente arrogancia que nos provoca náuseas. No lo decimos porque estén machacando una vez tras otra al equipo granota. O quizá sí, seamos sinceros. Y porque además nos fastidia comprobar la soledad de los jugadores levantinistas con sus quejas arbitrales. Ni caso les están haciendo. Especialmente los que podrían atenderles: Julio Romero y Vicente Muñoz, presidentes del Levante y de la Federación Valenciana de fútbol. Pero ambos permanecen callados respecto al tema.SALVADOR REGÜES
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@la rana:
ESTA DIVISION ES UNA RUINA
Alguna vez tendrán que sentarse los responsables del fútbol español para analizar la Segunda División A. Hoy por hoy es una auténtica ruina, un naufragio permanente de los equipos buscadores del ascenso o de los luchadores por la permanencia. Poca gente les sigue y no les tienen demasiado en cuenta los medios informativos. Ni siquiera sus propios aficionados en muchos casos. Si repasamos las entradas en los estadios veremos que salvo en Anoeta y La Romareda, que todavía mantienen hinchadas de tiempos pasados, en los demás es difícil encontrar uno que pase de los cinco mil espectadores de media. El mismo Salamanca, líder de la competición, con tremendos problemas económicos para seguir adelante, sólo reunió seis mil seguidores en las gradas del Helmántico en el último partido. Con esas cifras no se pueden mantener plantillas de cierta entidad. Hay que jugar a comprar barato y esperar que salga bueno el producto si se quiere alternar decentemente en la categoría.
Un ejemplo del tema es el visitante de hoy al Ciudad de Valencia, el Celta de Vigo. Un club con un glorioso pasado, el mejor de la historia del fútbol gallego, que está sumido en una profunda crisis y al borde de la quiebra. Representa a la ciudad más populosa de Galicia pero no congrega más de cinco mil seguidores en sus partidos de Balaídos que se encuentran perdidos en un campo tan grande.
Alguien dijo que “si seguimos haciendo lo que estamos haciendo, seguiremos consiguiendo lo que estamos consiguiendo”. En el caso de la Segunda A convertirla en una UVI de clubes desesperados, sin saber a que juegan y por qué juegan, a menos que la Federación se invente de una vez y proponga soluciones al problema. Sólo algunos en esta sombría caravana de equipos segundones encuentran signos de revitalización en el tramo final del campeonato, cuando las hinchadas se movilizan para ayudarles a no descender o para impulsarles al ascenso. En esas jornadas, el mismo Levante consiguió desplazar en anteriores temporadas tres mil aficionados a Albacete, otros tres mil a Xerez y seis mil a Lleida. Unas cifras que ahora nos parecen irreales cuando el club anda inmerso en una indefinición de su destino. Unas cifras que añoraremos al contemplar las gradas semivacías esta tarde en el Ciudad de Valencia con un partido entre dos equipos que hace dos temporadas se jugaba en Primera.
Para más “inri” se junta en esta desdichada Segunda División lo menos recomendable del arbitraje español. Colegiados descendidos que pasean por los campos su frustración contenida y aspirantes a llegar más alto que exhiben, salvo honrosas excepciones, una insolente arrogancia que nos provoca náuseas. No lo decimos porque estén machacando una vez tras otra al equipo granota. O quizá sí, seamos sinceros. Y porque además nos fastidia comprobar la soledad de los jugadores levantinistas con sus quejas arbitrales. Ni caso les están haciendo. Especialmente los que podrían atenderles: Julio Romero y Vicente Muñoz, presidentes del Levante y de la Federación Valenciana de fútbol. Pero ambos permanecen callados respecto al tema.SALVADOR REGÜES
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Todo lo que expone ese articulo es cierto,en el ciudad de Valencia,ayer 5065 espectadores,es una autentica ruina,pero lo que tambien es una verguenza lo que ocurre en con las autonomicas,que no centran apenas tiempo ha hablar sobre la segunda división.
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@antonio7647:
Todo lo que expone ese articulo es cierto,en el ciudad de Valencia,ayer 5065 espectadores,es una autentica ruina,pero lo que tambien es una verguenza lo que ocurre en con las autonomicas,que no centran apenas tiempo ha hablar sobre la segunda división.
y aun hay gente x ahí que dice que quiere un estadio de la misma capacidad que la de ahora o de mayor capacidad…. esos 5065 hay q puntualizar q a partir del tercer gol del celta pasaron a ser 3000 personas.... los verdaderos levantinistas. eso si, sigamos pidiendo un estadio de 20.000 localidades... a ver si asi damos mas pena con el estadio vacio. y x nombre propongo q se llame "Estadio el Cementerio"... xq se oian mas a los 5 del celta q a los supuestos 5000 levantinistas. con un estadio mas peqeño, con q haya la misma gente el exo d estar todos mas juntitos... eso hace. y sino mirar el sadar o los pajaritos.
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Yo ha falta de 10 minutos me fui porque ya había sufrido bastante y tenia cosas mejores que hacer, te parece bien??
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yo no me fui pero no por eso soy mas levantinista que los que se fueron