ECHEGARAY HA VUELTO. ¡VIVA EL FÚTBOL!
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El esfuerzo, en el plano físico, suele ser abrumador en esta fase y hay un incremento intensivo y proporcional de las diferentes cargas que se van estableciendo con la finalidad de conseguir el estado de forma idóneo. Al filo de las 9:30 de la mañana el plantel llega a la superficie del terreno de juego. En la tarde de ayer realizó una suave sesión de recuperación tras cubrir la distancia que separa Valencia de punto en el que realizarán la mini concentración pautada en tierras alicantinas. Fue una toma formal, pero la tendencia se empina. El trabajo es aristado. Los rayos del sol ya despuntan anunciando ese calor metálico propio de las jornadas de julio. Los jugadores compartirán experiencia en el interior del verde, pero también en las instalaciones anexas. La jornada se prevé larga y agotadora. Son los rigores del verano. El balón se ha convertido en el principal e inseparable aliado de los futbolistas durante algo más de noventa minutos, aunque las cuestiones físicas anteceden la llegada de la principal herramienta de esta actividad.
Continúa…
El verdadero Echegaray:
«Yo desearía que los señores que defienden la unidad religiosa […] preguntasen a aquella trenza cuál fue el frío sudor que empapó su raíz al brotar la llama de la hoguera y cómo se erizó sobre la cabeza de la víctima […] Yo no arrojo una mancha sobre ninguna gran religión revelada: en el fondo de todas ellas hay una aspiración noble, levantada; pero lo que yo no quiero es que el poder teocrático convierta la unidad religiosa en arma de partido».