REVOLUCION GRANOTA articulo en levante emv
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Revolución granota
FELIP BENS
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Sé que a algunos levantinistas les pone vivir eternamente en la adversidad. Sin embargo, yo preferiría no hacerlo. Preferiría no condenar a las futuras generaciones de granotas a vagar por las hemerotecas en busca de la última victoria en un derbi. Estoy seguro que en el futuro ganar al VCF en Primera será una cosa habitual. Aún a riesgo de perder una parte substancial de nuestra idiosincrasia: la resignación y el sufrimiento. Celebraré esa pérdida, como la mayoría.
Mi estampa del derbi fue la de mi hijo llorando antes incluso de que Salva iniciara la carrera hacia el punto de penalti para subir el 2 a 0 al marcador. Que el Levante se quedara en Primera venciendo al VCF era un anhelo y un sueño que hice públicos en el artículo El millor Llevant de l'història (Levante-EMV, 8-6-2007), pero no imaginaba que estaría tan cercano aquel 6 a 1 del año 35 que revivía en el texto. Y es que junio se nos da bien: Vallejo 1963, Xerez 2004, Lleida 2006, Orriols 2007É
Digo que lloraba Borja emocionado porque conoce bien qué significa ser granota en un colegio del centro de la ciudad de Valencia: merengots, culés y madridistas le han curtido para defender sus ideales y entre ellos un nombre: Levante. Ni un solo día ha abjurado de su fe granota. En esas lágrimas estaba la rabia contenida por soportar durante años actitudes prepotentes que los cachorros del VCF aprenden de ídolos de arena como David Albelda, gran futbolista que perdió los papeles chuleando a la grada granota el sábado del 4 a 2. Fue paradójico verlo en Paterna el miércoles pasado enfrentado a los discípulos de su actitud.
Algunos intelectuales de la calle Artes Gráficas habían echado mano de un silogismo para desactivar de las barras de bar la palabra derbi: «1. Un derbi es entre semejantes; 2. El VCF está a años luz del Levante; ergo: esto no es un derbi». Poco predicamento tuvieron entre los suyos. Crece el derbi y mengua el abismo. Y lo saben. No hay más que verlo.
Al marcar Riga el 3 a 1 muchos merengots se marcharon a casa y los que quedaron, se fueron con el 4 a 1 de Courtois, abandonando a su equipo, que se había quedado con 8 jugadores. La afición del Levante, mucha o poca, nunca ha hecho una cosa así. Un club de fútbol es, en gran medida, la calidad de su afición. En el apartado de cánticos, la afición del Levante no respondió esta vez al «puto sapo el que no bote» con otra sandez. La afición del Levante nunca provoca incidentes. Un sector de la del VCF siempre: antes del partido sangre y ambulancias en la delegación de Peñas. Patético. Aunque lo es más el silencio de ambos clubes al respecto. Los aficionados del VCF que estuvieron mezclados en el campo con los del Levante fueron tratados con corrección. En Mestalla no siempre sucede eso. Orriols premió a Silva, el mejor del VCF junto a Joaquín y Baraja, con un sincero aplauso, al retirarse. En este aspecto no veo abismo. Pocas lecciones puede dar Mestalla.
Otro indicador de que el derbi crece nos lo da un análisis superficial del trato dado a la victoria granota en los medios de comunicación públicos valencianos. Minut a minut ventiló el partido a toda prisa, tal vez al detectar desde realización la posibilidad de las lágrimas en antena de Lloret i Torres. A ambos les llegaba el mentón hasta la mesa. De esperpéntica me atrevo a calificar la retransmisión en diferido de Punt 2 con Paco Nadal y Roberto Gil. Confieso que le quité la voz cuando éste apuntó que seguramente había influido en el rendimiento de los jugadores del VCF el fallecimiento de una empleada del club (DEP). La realización de C9 no repitió ninguno de los dos penaltis en el área del VCF (manos de Albiol y empujón de Albelda a Riga), ni los comentaristas dijeron nada. Dicen que en Ràdio 9 la cosa fue aún peor. Si la distancia fuera tanta, el derbi de Orriols no hubiera levantado tantas ampollas. Creo que subyace bajo esta actitud, sin duda, el temor de los merengots a la pérdida de la hegemonía futbolística en el Cap i Casal; y también un viejo fantasma de la parroquia che: el miedo a la mediocridad en que han vivido durante décadas. Cierto que la del Levante ha sido bastante más tenebrosa, pero los granota la vivieron sin vergüenza, con la cabeza alta y con el orgullo que ahora les proyecta hacia el futuro de una forma espectacular.
El derbi nos dejó aún otro detalle que demuestra cuánto de impostura había en aquella pretensión de inventar distancias: con 3 a 1 en el marcador y después de la expulsión de Marchena, el Levante no quiso hacer sangre, levantó el pie del acelerador, falló ocasiones clarísimas, no reclamó dos penalties como una catedral y, en definitiva, renunció a castigar a un VCF que estaba grogui y contra las cuerdas, con una goleada que hubiese sonrojado durante generaciones al pueblo de Mestalla. No tengo claro si esto es de caballeros o de idiotas. Pero el Levante lo hizo.
Quien todo esto escribe es un granota que confiesa alegrarse con los éxitos del VCF. En casa me enseñaron a ser valenciano antes que granota. Y además es difícil no alegrarse de la felicidad de tantos amigos y conocidos. Así es y así seguirá siendo. Me gustaría que así vivieran su levantinismo muchos otros granotas, que hacen de la desgracia che, la cima de sus ilusiones. Y que pasara lo mismo en la acera de enfrente. Eso no quita para defender lo propio, de tu a tu y sin complejos.
Espero que todos aprendamos para los derbis del año que viene y que no volvamos a encontrar nunca más en estos partidos ni la prepotencia de Albelda, ni la violencia impune de los de siempre, ni la tendenciosidad manifiesta de los medios de comunicación públicos. El derbi es inevitable, como lo es el crecimiento del Levante. Tratemos de construir por tanto un derbi del que no tengamos que avergonzarnos. Me parece perfecto y necesario que a Lahuerta le hayan dado estopa en estas páginas. Su artículo tenía demasiados desprópositos para una persona de su talla humana e intelectual. Lo tiene bien merecido. Sin embargo los insultos y las falacias que algunos que se hacen llamar granotas le han dedicado (siempre desde el anonimato de diversos foros) me hace avergonzarme de compartir con ellos el amor por nuestros colores. Y además me obliga a pensar que tal vez anide también bajo las barras de nuestro clásico jersey el odio, un odio que podría convertirnos en una afición a la que día sí, día también le saque los colores el comportamiento de algunos de sus seguidores. Como les pasa a ellos.
El no-derby que hubieran deseado algunos merengots ha significado un escalón más en la revolución que anunciaba un escuadrón de granotas desde bajo del marcador. Este año el Levante ha ganado en el Bernabeu, ha humillado al VCF y seguirá en Primera. Hace años anunciábamos en las páginas de Levante-EMV que el siglo XXI sería granota. Avant en la revolució! Ya sé que Pedro Villarroel no es Pancho Villa, pero espero que sepa corregir los errores en la gestión del club (y sobre todo en el trato a la afición) y que se trabaje con conocimiento e inteligencia para consolidar los éxitos de los últimos años y para fidelizar a una masa social cada vez más amplia, joven y fiel. El odio al vecino (el odio en sí), sin embargo, no tiene lugar en nuestra revolución.
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Muy interesante el articulo. Sobre todo pq dice verdades sin ofender, a ver si aprenden otros panfletistas.
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¿Esto no esta repetido?