Irse a Buñol, con las exigencias disciplinarias (en comparación con las escuelas de las que hablamos) y luego para tal vez ni jugar por capricho del entranador, para algunos chavales y padres puede resultar un peñazo.
No conozco bien el tema del fútbol base del Levante pero sí del de una de las escuelas con "convenio" y puede que por ahí vayan los tiros.
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