@antichotos:
yo prefiero la idea de cambiar la orientación del estadio. Me gusta mucho donde está actualmente el campo del Levante.
yo también quisiera que se intentase buscar una solución (bajos comerciales como extensión del centro comercial, por ejemplo) ahora que después de 40 años ya no estamos en mitad de la huerta a través de un camino de tierra. La ciudad ha llegado, no volvamos a equivocarnos de emplazamiento. Sé que es dificil porque la recalificación parece la única salvación, pero tanto Blasco como el propio Catalán que lo dejó como posibilidad, han pensado en buscar una solución sin moverse.
Y sobre el resumen, antichotos: Es la crónica 100% real de lo sucedido sin exageraciones.
Yo lo resumiría en: los jugadores y el entrenador ascendieron al equipo dos veces, Villarroel lo bajó dos veces. Sobre todo el grave error de la primera subida, no manteniendo a Preciado, pero ya sabemos que la rata no soportaba que la afición y el entrenador fueran uno, y que a él le silbaran. Los jugadores que jugaron en los dos descensos ni fueron entrenados en condiciones ni muchos de ellos pasaban de la condición de simples mercenarios a sueldo. Los ascensos se consiguieron con unión, con garra y con jugadores que sentían que estaban haciendo algo. Los que descendieron, salvo contadas excepciones, estaban aquí como si estuvieran en Hawaii, a pasar el rato. De los entrenadores, casi lo mismo: Preciado y Mané se implicaron hasta la médula. Schuster o Abel son dos tipejos que nunca ficharía como entrenadores de mi equipo: soberbios, engreídos y de los que siempre le echan la culpa a "otros", ellos nunca se equivocan. De Oltra sólo digo que no fue capaz de hacerse oir en el vestuario, y de De Biasi, que le puso interés, que implicó a unos pocos, pero que otros muchos no había forma de implicarlos.
Sangrante es recordar situarse en zona champions, más sangrante que desde la directiva se pusieran a hablar de intertoto y demás gili.po.lleces.
Sólo hay un "logro" en el resumen de estos tristes cinco años donde a las alegrías les seguía un batacazo. Al menos el caos y la crisis del Levante han conseguido borrar para siempre a Villarroel del club. De otra forma, seguiría ahí y por lo tanto la montaña rusa en la que se empeñaba en meter al club.