Consecuencias del manteo a de biassi
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como todos sabeis ayer al acabar el partido un grupo de aficionados esperamos al entrenador para darle la sorpresa que todos habeis podido ver ya en el famoso video y la consecuencia es que en un dia ya ha dado la vuelta a todo el pais futbolistico y los comentarios sobre el son de lo mas positivo, ya sea sobre el entrenador, equipo y aficion, podeis echarle una ojeada a los comentarios de aficionados de todas partes de españa en marca.com
como sabeis los componentes de pasion granota intentaremos estar alli donde nos sea posible y lo intentaremos captar de alguna manera para hacerosla llegar
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Acabo de leer la noticia y los comentarios (el vídeo ya lo había visto ) y la verdad es digno de alabar. Por fin parece que gracias al orgullo de los jugadores, al carisma de De Biasi y la entrega de la afición el planeta fútbol vuelve a valorarnos. Esperemos que no vuelva a asomar el morro Villarroel y nos cague este precioso momento. Este año los sentimientos están a flor de piel y uno se siente especialmente orgullo, tanto o más que aquel inolvidable día en Chapín o el histórico en Lleida. No sabemos a ciencia cierta si el equipo será capaz de eludir el descenso, pero esto debe ser la base del futuro, con De Biasi al frente el ánimo no decaerá y juntos, conseguiremos grandes cosas, como podría ser volver a retornar para el Centenario a Primera si no podemos evitar el descenso esta temporada, algo por lo que debemos luchar hasta que las matemáticas digan que ya no hay nada que hacer, y ni aún así, pues aunque se de el caso hay que despedirse a lo grande, volviéndoles a ganar a los xotos y dando repitiendo la machada en el Bernabeu. Ojalá el Levante rompa todas las estadísticas y obremos el milagro de la salvación, pues esto sería una inyección increíble para el futuro social del club, por no hablar ya del impulso económico que supondría.
Ahora y siempre:
HASTA LA MUERTE, LEVANTE HASTA LA MUERTE, HASTA LA MUERTE, LEVANTE HASTA LA MUERTE
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Pues sí, Toni.
Esta es la manera de HACER AFICIÓN y no regalando entradas, bajo la excusa tonta de la promoción comercial. Hace tiempo que algunos venimos diciendo que, para crecer, el Levante necesita dotarse de unos valores que lo hagan atractivo para la sociedad. El nuestro debe ser el club de la modestia y el esfuerzo. El club del luchador que logra sus objetivos en la vida peleándolos hasta la extenuación, con casta y mirando al pasado orgulloso de su trayectoria centenaria. Un club señor que APLAUDE AL ÁRBITRO AUNQUE SE EQUIVOQUE, que cuando pierde da la mano, que TIRA EL BALÓN FUERA cuando se lesiona un contrario aunque se juegue la vida en el partido. Un club que exuda valencianía por los cuatro costados. Todo esto no cuesta dinero y hace que la afición crezca porque la gente necesita identificarse con su equipo de fútbol.
El Levante no puede ser el club de los jubilados millonarios, del soborno al rival, de las primas a terceros y el despilfarro con dinero ajeno. Para eso ya está el vecino, con su afición violenta y endiosada que devora entrenadores y maltrata a sus propios futbolistas, el equipo de la arrogancia, el equipo del gobierno que dilapida el dinero de todos, que ficha jugadores que se masturban en público y que, al final, acaban demostrando lo que son, ora en internet ora en los controles de alcoholemia.
No, nosotros no debemos aspirar a ser el Hacendado del Fútbol Valenciano. El Levante no es la segunda marca de nadie. Es el club DECANO de la ciudad de Valencia, que debidamente gestionado por una persona con las ideas claras, VOLVERÁ AL SITIO QUE MERECE.
Vamos LEVANTE!!!
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Magdaleno:
Eso venimos diciendo y ése era el Levante de 2003-04, con Antonio Blasco y Preciado. Aunque se dieron entradas a porrillo por estrategia comercial que tenia que dar unos primeros frutos a la temporada siguiente hasta que un becerro no supo anticiparse a las previsibles colas que se producirían con la renovación y alta de abonos. Éramos un equipo simpático ese año, atractivo para el aficionado valenciano desmarcado o alejado de la prepotencia y la política que practica el Valencia. Los cuarenta y un años lejos de Primera, pasando por mil penurias, nos permitía gozar de una excelente tarjeta de presentación.
Pero llegaron las colas en la renovación, los libros del ascenso encargados a periodistas que entonces desconocían al Levante o eran del otro club de la ciudad, los libros mal vendidos en tenderetes frente a las colas, en lugar de renovar a un entrenador comprometido se trajo a otro que no había demostrado nada en su trayectoria y al que le importaba poco el club pero en el que se buscaba un efecto mediático y salir en la tele en lugar de hacer un trabajo silencioso y discreto como cualquier equipo humilde de nuestra categoría (así pasó, que se pegó con media España y en diciembre ya se había comprometido con el Getafe), las peleas intestinas por alcanzar el poder el algo tan apetitoso como la Primera División (fotografiarse con Florentino y Laporta tenía su rentabilidad en la vanidad personal y la egolatría), los regalos indiscriminados de entradas el día del Villarreal y en menor escala en otras jornadas, las declaraciones desafortunadas que causaron la risa de la España futbolística y no futbolística, la imagen deplorable de un presidente con el agua al cuello pero contento porque su vecino de asiento ganara la Liga, la lamentable gestión de los fichajes, la patética labor de nuestra seguridad en el campo en días como el del Barça, y la gestión de dudoso signo y más ocultista aún que en las categorías inferiores.
Se perdió la oportunidad, la perdió el señor Villarroel y sus secuaces por su escasa inteligencia y su afán de protagonismo. Al fin y al cabo, qué se puede esperar de quien sólo le mueve la avaricia y el protagonismo.
Ahora hemos de ser nosotros los que demos la verdadera imagen de la mayoría de la afición del club, esa por la que todo el que se acerca a nosotros se queda porque somos simpáticos, humildes y generosos. Si seguimos trabajando este aspecto y siendo atractivos a la gente, los abonos a buen precio como los de este año permitirán aumentar nuestra maltratada afición. Pero si tenemos un Consejo que continuamente maltrata al accioniosta y al abonado, volveremos a las cavernas.
Sigamos dando esta imagen y será la única manera de impedir el retorno de Villarroel, si es que se ha ido.
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Magdaleno:
Eso venimos diciendo y ése era el Levante de 2003-04, con Antonio Blasco y Preciado. Aunque se dieron entradas a porrillo por estrategia comercial que tenia que dar unos primeros frutos a la temporada siguiente hasta que un becerro no supo anticiparse a las previsibles colas que se producirían con la renovación y alta de abonos. Éramos un equipo simpático ese año, atractivo para el aficionado valenciano desmarcado o alejado de la prepotencia y la política que practica el Valencia. Los cuarenta y un años lejos de Primera, pasando por mil penurias, nos permitía gozar de una excelente tarjeta de presentación.
Pero llegaron las colas en la renovación, los libros del ascenso encargados a periodistas que entonces desconocían al Levante o eran del otro club de la ciudad, los libros mal vendidos en tenderetes frente a las colas, en lugar de renovar a un entrenador comprometido se trajo a otro que no había demostrado nada en su trayectoria y al que le importaba poco el club pero en el que se buscaba un efecto mediático y salir en la tele en lugar de hacer un trabajo silencioso y discreto como cualquier equipo humilde de nuestra categoría (así pasó, que se pegó con media España y en diciembre ya se había comprometido con el Getafe), las peleas intestinas por alcanzar el poder el algo tan apetitoso como la Primera División (fotografiarse con Florentino y Laporta tenía su rentabilidad en la vanidad personal y la egolatría), los regalos indiscriminados de entradas el día del Villarreal y en menor escala en otras jornadas, las declaraciones desafortunadas que causaron la risa de la España futbolística y no futbolística, la imagen deplorable de un presidente con el agua al cuello pero contento porque su vecino de asiento ganara la Liga, la lamentable gestión de los fichajes, la patética labor de nuestra seguridad en el campo en días como el del Barça, y la gestión de dudoso signo y más ocultista aún que en las categorías inferiores.
Se perdió la oportunidad, la perdió el señor Villarroel y sus secuaces por su escasa inteligencia y su afán de protagonismo. Al fin y al cabo, qué se puede esperar de quien sólo le mueve la avaricia y el protagonismo.
Ahora hemos de ser nosotros los que demos la verdadera imagen de la mayoría de la afición del club, esa por la que todo el que se acerca a nosotros se queda porque somos simpáticos, humildes y generosos. Si seguimos trabajando este aspecto y siendo atractivos a la gente, los abonos a buen precio como los de este año permitirán aumentar nuestra maltratada afición. Pero si tenemos un Consejo que continuamente maltrata al accioniosta y al abonado, volveremos a las cavernas.
Sigamos dando esta imagen y será la única manera de impedir el retorno de Villarroel, si es que se ha ido.-->
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Gracias Kahn. Creo que la presencia de Villarroel (o su sombra) en el club es inversamente proporcional a la salida de aficionados levanistas en los medios de comunicación.