No sé si se cumple 100 días ya de la nueva Delegación de Peñas, pero más o menos por ahí por ahí anda la cosa.
Creo que algunos de sus componentes siempre fueron muy críticos con las presidencias y directivas de Ricardo Gimeno y de Vicente Cosido.
Pero ahora veo que el carácter reivindicativo y que tanto defendió a los peñistas de Gimeno y de Cosido ha desaparecido. Ningún directivo de la Delegación es crítico con la línea de trabajo actual del club, y se han convertido en una directiva al estilo de las de Demetrio o Ernesto Calpe: asentir a cambio de no se sabe qué.
En la directiva había personas que zurraban a la mínima a las anteriores. Ahora están en silencio. Ahora ya no hay defectos endógenos en la Delegación. Ahora todo es perfecto.
A mí no me sirven las delegaciones colaboracionistas y al servicio del poder. Me sirven las que defienden los intereses de los peñistas.
Lo siento, pero el silencio de Gabriel Salinas en la Junta, el de los combatientes en los foros que ahora dicen que todo es perfecto o se callan, y el numerito que se está montando con la "democratización" del club me huele mucho al pasado.
A lo mejor es que las familias están cómodas con esta Delegación con poco fuste reivindicativo, no como las dos anteriores.

Yo esperaba que los "historiadores" oficiales abrieran un post. No lo han hecho. O el club, que tampoco estaría mal puesto que colaboró en los libros oficiales del Centenario con una obrita que recorre unos cuantos episodios de la historia del Levante.
Así que yo, que no soy oficial, comunico 36 horas más tarde el fallecimiento de un granota: el profesor y autor teatral Josep Lluís Sirera. No era accionista ni abonado, pero sí del Barrio del Carmen, donde el Levante tuvo siempre tanta afición como en el Cabañal, porque el campo lo tenían al otro lado del río. Su padre y su tío fueron directivos allá por los años cincuenta.
Hay maneras y maneras de hacer levantinismo. Josep Lluís, de quien yo fui amigo de verdad, hacía más levantinismo que muchos de los que presumen de hacerlo.
Recuerdo una anécdota. Un autor de aquí, Xavo Giménez, estrenó en la sala Ultramar una obra titulada "Penev". Invitó a Josep Lluís al estreno pero no podía ir por cuestiones personales. Le respondió que él era del Levante y que, por tanto, no podía ver una obra titulada con el nombre de un jugador del vecino. Era broma, pero la broma tira con armas de fuego.
Hoy ha sido su despedida, aunque no se irá nunca de nuestros corazones. No he visto a nadie del club, ni a los "historiadores" oficiales, ni a más granota que esos teatreros que son muy del Levante pero que no pueden ser abonados porque generalmente están trabajando el fin de semana, más algunos del mundo cultural como Josep Maria Bullón o yo.
A pesar de que han ido Ximo Puig y otros políticos.
Una pena.

¿Alguien del club o de la Delegación de Peñas puede advertirles de que si no quieren cambiar los aburridos cánticos de hace siglos, al menos que cambien su orden? Es que ya creo que no conectan con la grada. Si al menos no quieren ser ingeniosos, que no podamos adivinar qué cántico toca ahora.
Ayer fue sintomático: toda la grada bramando contra el árbitro, pero ellos seguían su guión. El "fuera-fuera" frente al "En 1909 naix un club que porte al cor".
Fue patético. Pero "el Levante somos nosotros".
Bueno, ya sabemos cómo acaban todas estas cosas y la facilidad con la que la modernidad del catalanato se hace hace vieja. Nuestra grada también.

Una cuestión observo en los muros de Facebook granotas, o en este mismo foro, por ejemplo: el número de mensaje es muy inferior año tras año.
Es obvio que un equipo sin perspectivas de mejora y de superación, si encima va el último clasificado, no genera ninguna ilusión.
Yo no digo nada de ventas ni nada parecido: expreso una realidad: ahora mismo, el Levante Unión Deportivo club e institución, ni ilusiona ni arrastra ni despierta aprecio.

Es muy divertido escuchar a los del partido (o partidos) "tradicionales" hablar de la legalidad (me recuerda al régimen de Franco: las Leyes Fundamentales del Reino son inalterables). Es muy divertido escuchar a Artur Mas hablar de la legalidad porque tienen mayoría absoluta en el Parlament los independentistas (cuenta como quiere: por número de escaños obtenidos).
Cada uno ve las cosas como quiere.
El caso es que, con respecto a la venta a Sarver, podemos aplicar el criterio de Mas: no se ha vendido porque los consejeros "tradicionales" tenían la mayoría absoluta de dos tercios.
Sin embargo, los defensores de la venta lo verían como los partidos "tradicionales" (o el nuevo lleno de tradicionales en sus bases) verían el mapa en sentido contrario: ganamos la votación, somos mayoría.
Curioso: el mundo ideológico y de actitud ante la sociedad al revés.

A cuatro meses del anuncio de la inversión de Sarver, sólo puedo extraer cinco conclusiones:

1. La no venta sirvió para que Quico se posicionara con el búnker retrógrado que domina el club por lo bajini desde hace décadas, y éste hiciera su demostración de fuerza pertinente estilo golpe de estado.
2. Sirvió para que este búnker con Quico a la cabeza provocara la salida de directivos díscolos como Tomás Pérez y posiciones incómodas como las del SAM en la Fundación.
3. Dividió a la afición, aunque ésta, viendo otros ejemplos, es consciente día a día de que ha sido una oportunidad histórica que se ha ido.
4. Ha quedado patente y demostrada la irresponsabilidad histórica de quienes defendieron desde los medios de comunicación los intereses de las familias (algunas los alimentan).
5. Los jóvenes levantinistas seguirán nuestros pasos: se arrastrarán por esos campos del demonio como lo hicimos nosotros, y el día en que se cansen, dejarán de asistir al estadio, como pasó con los nacidos en los sesenta y los setenta que cuando eran niños acudían a ver los Campuzano y compañía.
   Quico y sus voceros seguirán el dictado de su yayo, pero sus hijos me temo que no.
   Que conste que lo digo desde la tristeza de ver los mismos tics de siempre en los consejeros del Levante.

Igual que el Plan de Negocio y la reforma del estadio fueron patrañas de Quico Catalán para intentar justificar lo injustificable cuando decidieron no aceptar la oferta de Saver (podían haber sido sinceros, pero antes de estudiarla), la democratización de la Fundación y del club es una patraña que no se cree nadie y una manera de desviar la atención.
Han tenido cinco años para democratizar la Fundación. No lo han hecho. Ahora quieren hacerlo, reduciendo patronos ajenos al Levante que votaron sí a Sarver y dejando los que no asistieron porque así se puede hacer la jugarreta desde el Ayuntamiento y las Instituciones.
Lo siento por el joven Gabriel Salinas, y por tantos ingenuos como él, e incluso como un servidor hace dos años, que en algún momento creímos que las familias y los negocios personales ya no mandaban en el Levante. Nada: siguen igual que con Villarroel pero encima ni compran acciones.
Yo siento una enorme decepción con esta institución. La ilusión que pusimos en su momento no ha servido para nada.
Sólo falta que la degradación provocada por un búnker incapaz de evolucionar consume algo que es más que previsible este año: el desastre deportivo.
En el momento en que se consume, se acabó. A volver a ser el equipo errante de siempre.
Yo prefería unas perspectivas de futuro más ilusionantes. Para lo mismo de siempre, me quedo en mi casa y no cojo disgustos.
Mi corazón y mi exúlcera me lo agradecerán.

Pues sí, en la era de la familia Catalán hemos vivido esos vaivenes históricos del Levante en los seis años de primera seguidos: de la cresta a la caída y viceversa simbolizados por Ballesteros y Juanfran.
Ballesteros: líder de la etapa de gloria del Levante, símbolo de un crecimientos sostenido. Ballesteros símbolo de los tres años más gloriosos de la historia del Levante,
Juanfran: su degradación y su manera de arrastrarse son símbolo de los últimos tres años del club.

Uno se levanta con ganas y dispuesto a tomarse el primer café del día. Sin embargo, a veces se lo amargan.
Esta mañana, día 28 de octubre de 2015, ha vuelto Morata a ofrecer una visión oficial y edulcorada de cómo fichar a un entrenador, tal como lo ha hecho Quico Catalán, dejando a Manolo Salvador. Que si Rubi era la primera opción de Salvador (mentira: Francisco), que si Luis García era lo populista (mentira: Luis García no vendrá mientras esté Manolo Salvador). Que si Quico le ha dejado trabajar y ser valiente (mentira: no había otro en las condiciones económicas que se ofrecían).
Yo estaré con Rubi y me gustan sus propuestas. Pero esto es otro tema distinto.
He sondeado a Morata con el "guasap". No sabía qué era Proeleven. No me responde cuando le digo que busque si se han dirigido en serio a Luis García. No me responde cuando le sugiero que investigue si se dirigieron a Francisco o a su intermediario, porque está confirmado que se dirigieron a él pero no sé si a su agente Juanma López o creían que aún estaba en Proeleven. No lo sé… todavía.
Creía que un periodista investigaba y tenía conocimientos de su materia.
Creía que un periodista era un vigilante de las arbitrariedades del poder, aunque ya sabemos que no es un notario de la realidad sino un reconstructor de la realidad.
Evidentemente, no he querido escucharlo al mediodía porque todo serán cantos gregorianos hacia el Catalanato.
¿A cambio de qué todo esto, Morata?

Dicen que Rubi era el deseado por Salvador.
Vamos a suponer que es cierto (yo no me lo creo).
¿Entonces para qué fichó a Caparrós, a Mendilíbar y a Alcaraz? Todos estilos de juego y sistemas distintos. Hasta maneras de entrenador distintas.
Ahora Rubi. Pasamos de Caparrós a un Guardiola. Espero que Trujillo se convierta en Piqué, Verza en Xavi Hernández, Ghilas en Messi y Deyverson en Neymar.
No es un problema de entrenador: es de calidad de los fichajes de Salvador y cía.