Post de NBA 2008/2009
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Roy, Roy, Roy y mil veces Roy
· Exhibición de Roy, al que su entrenador entregó el partido, con 42 increíbles puntos y una influencia total · Los Rockets pudieron ganar el partido (siete arriba en el tercer cuarto), pero Roy respondió · Rudy, muy bien saliendo desde el banquillo y Sergio, tres minutosCuando un jugador mete 42 puntos y el cronista debe escribir que eso no hace justicia a su influencia en el partido, es que lo que ha ocurrido en la pista es descomunal. No hay un solo jugador de la NBA que tenga un influjo tan total y absoluto en todo lo que hace su equipo como Brandon Roy. Ni LeBron James en Cleveland. Frente a Houston, Roy estuvo más cerca que nunca de cumplir con la exageración de que un jugador solo ganó un partido. Eso es imposible, pero nunca se estuvo tan próximo.
Nate McMillan se echó en brazos de un jugador descomunal, una especie de Tim Duncan de bolsillo que es hiperefectivo, sin enamorar, pero imparable en el 'uno contra uno' y que penetra a canasta como ningún jugador en su posición en el mundo. El entrenador le dio el partido a su medida: lento, subiendo la bola si quería, decidiendo en cada ataque lo que le apetecía hacer. La mayoría de las veces eligió jugársela (hizo 27 tiros) y las más veces, con cabeza (15 aciertos). No hizo malos lanzamientos, fue todo lo egoísta que le pedía su técnico. Este equipo juega así y Roy sólo cumple el guión.
Esta táctica le sirvió, de momento, para empatar la serie a uno. En muchos momentos del partido no pareció que fuera a ser así. Coincidió, sobre todo, con desfallecimientos físicos de Roy: el más claro, la última jugada del tercer cuarto, cuando Aaron Brooks aprovechó un bloqueo para meterla de tres. Roy, que lo defendía, no podía ni con las zapatillas después de todo un cuarto subiendo la bola. Ni pudo intentar pasar el bloqueo.
El ritmo y las oportunidades
Hubo momentos, muchos, en los que parecía que Houston se iba a llevar el choque. Mediado el tercer cuarto, Scola anotaba y ponía un amenazante 56-63 en el marcador. Los titulares de los Rockets, que habían descansado en la primera mitad, estaban frescos y parecía que se iban a llevar el partido. En un encuentro a base de ataques estáticos los tejanos se veían fuertes. Cuando McMillan, en la primera parte, pudo optar por cambiar el ritmo y haber abierto una brecha, decidió jugar lento y todo se mantuvo igual. Fue un error que, por suerte, su equipo no pagó.Sin embargo, ahí surgió Roy. El partido fue suyo y se apoyó en la defensa de todo el equipo para dar la vuelta al marcador. El parcial fue de 16-2 con Roy de ejecutor y, en ocasiones, buscando a Aldridge al poste bajo. Los Blazers habían salvado el 'match ball' y tenían que rematar la faena en el último cuarto, donde el público apretó lo suyo. Al final, ganaban el partido con merecimiento.
Rudy, muy bien desde el banco
En un partido en el que todos los que no fueran Roy lo tuvieron crudo (Aldridge recibió balones al poste con frecuencia y los aprovechó, pero entre él y Roy hicieron 46 tiros y el resto del equipo junto, 2, Rudy cumplió su papel. Adelman lo tiene muy vigilado cuando corta en estático para tirar de tres, y Von Wafer decapitó esa jugada con una gran defensa de línea de pase las (escasas) veces que lo intentaron. Aun así, terminó con 11 puntos (cuatro de ellos, de tiros libres al final) y agarró con fuerza su rol. Dentro de lo posible, muy buen partido del mallorquín.¿Y Sergio? Pues como si no hubiera aparecido. Tres minutos en el segundo cuarto y ya. Es lo que juega y lo que, salvo cataclismo, va a jugar en estos playoffs. Eso es lo que su entrenador confñia en él. Una asistencia, un rebotito… y a casa. Imposible demostrar nada.
¿Se puede ganar así?
Parece difícil pedirle a Roy que haga otra heroicidad de éstas en Houston. Lo ha hecho alguna vez más en esta campaña (contra Phoenix, por ejemplo, en la temporada regular, cuando metió 52 puntos con prórroga), pero siempre en casa. Fuera es otra cosa. Houston llega reforzado a su pabellón, donde los Blazers no han ganado esta campaña, y con la moral alta. Portland aterriza vivo, que no es poco visto lo visto.Es complicado pensar que, ante tanta influencia de un solo jugador, Portland pueda ganar un solo partido en Houston. Si no lo hace, tendrá la serie muy en contra. Y lo peor es que tiene un equipazo y muchos jugadores para que su juego no fuera así. Aunque Roy, Roy y mil veces Roy sea un jugador de leyenda.
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Los Lakers caen en Utah víctimas de su propia 'tontería'
· Los Lakers dejan ir 13 puntos de ventaja en el tercer cuarto · Utah, apoyado por sus increíbles aficionados y un arbitraje casero que desquició a Gasol, ganan con canastón a dos segundos del final de Deron Williams · Los angelinos se fueron fácilmente en cuanto jugaron con intensidad, pero sus lagunas son preocupantes
Phil Jackson lo llama "falta de instinto asesino". Aquí diríamos 'pájaras'. Pero parece mentira la cantidad de momentos 'tontos' que tienen los Lakers, un equipo infinitamente superior a los Utah Jazz que cayó en el EnergySolutions Arena víctima únicamente de su apatía y sus despistes. Deron Williams anotó la canasta decisiva a dos segundos del final, pero antes los Lakers había dejado ir 13 tantos de diferencia en el tercer cuarto. Y esos los habían conseguido jugando bien, concentrados e intensos, no más de seis minutos en todo el partido.El camino que seguirán los Lakers en estos 'playoffs' vendrá determinado por su propio fuego interno. Un equipo tan bueno, tan capaz y con tantas opciones se deja caer en una desgana terrible que le cuesta los partidos. En este encuentro, jugó una mala primera parte y se fue solamente cuatro abajo. En apenas siete minutos de 'glamour', con Kobe Bryant enchufado y todos defendiendo, se despegaron 13 puntos arriba (51-64 a 4:29 del final del tercer periodo), pero ahí, una vez más, no mataron el partido y dejaron que los Jazz se rearmasen moralmente, empujados por un público intensísimo, y los de Utah se encontraron ganando un partido que no debieron vencer nunca.
De la desaparición de Kobe al día de Boozer
Kobe Bryant jugó uno de sus peores partidos de la temporada. En una primera parte pésima (1/10 en tiros), el escolta de Philadelphia no acertó ni a anotar ni a repartir juego. Pau Gasol trataba de sostener al equipo, pero perdía claramente su duelo con Boozer. Tuvo que ser Lamar Odom el que dejase las cosas controladas al descanso (cuatro abajo) cuando dos minutos antes, Kyle Korver metía un triple y ponía a su equipo ocho arriba.Carlos Boozer fue el bastión de su equipo. 11 rebotes en el primer cuarto y 16 al descanso. Andrew Bynum, que debía ser el encargado de frenarlo, volvió a demostrar que tiene un problema gravísimo con las faltas: cuatro en la media parte. Sin él, a Pau le cayó el 'marrón' de frenar lo irrefrenable. El rebote era la base del juego de Utah, que arrasaba.
Los Lakers se van… y se dejan ir
Irse en el marcador y dejarse ir fue todo uno en los Lakers. Kobe Bryant jugaba sus únicos minutos buenos del encuentro nada más comenzar la segunda parte, todos defendían y un triple de Ariza ponía esos 13 puntos, máxima del encuentro para los visitantes, con 16 minutos por jugarse.Pero el equipo de Phil Jackson se dejó ir. Y mucho. No hay nada peor que permitir que un bloque con tanta conexión emocional con la grada se venga arriba. Y los Lakers se lo dejaron en bandeja a los Jazz. A los tres minutos del último cuarto, Matt Harpring daba la vuelta al partido: 73-72 a 8:45 del final.
Desde ahí, no hubo mucho que hacer. Pau Gasol tomó deliberadamente la responsabilidad y lo hizo muy bien, pero el arbitraje fue caserísimo. La afición apretaba y los colegiados se tragaban el silbato. ¿Pero por qué había llegado el partido ahí? Porque los Lakers lo habían permitido con su 'tontería'.
Se puede hablar de fallos tácticos (ni una ayuda a Pau cuando Boozer lo destrozaba al poste, falta de coordinación en las rotaciones defensivas cuando había un desajuste, una espesura ofensiva desesperante, sin tener un base capaz de cambiar el ritmo...), pero, sobre todo, los Lakers tienen un problema mental gordo. Ganarán esta serie, y quizá 4-1, pero perdieron un partido que nunca debieron dejarse ganar. Cuando enfrente haya un Denver o un Cleveland, habrá que ver si también vencen sólo por su innegable calidad.
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HOUSTON ROCKETS 86 - P. TRAIL BLAZERS 83
Con un comienzo de partido muy espeso en ataque, Portland cedió el liderato del marcador a uno Rockets mucho más metidos y con Scola (el mejor del partido con 19 puntos y nueve rebotes) como protagonista ofensivo. El argentino, junto a Yao Ming, destrozó en la pintura a los Blazers y ya en el primer cuarto entre los dos sumaban 15 puntos.
Dos puntos de Aaron Brooks disparaban a los Rockets (21-12), aunque un triple de Rudy Fernández ajustaba el marcador antes de terminar el primer cuarto. Sin embargo, la diferente intensidad con la que se empleaba uno y otro equipo era abismal y mientras Houston defendía hasta la extenuación y obligaba a sufrir en cada ataque a los Blazers, Houston anotaba desde posiciones cómodas y corría al contraataque después de los fallos del rival. Un mate de Von Wafer, rompía la barrera psicológica de los 10 puntos antes de concluir el primer tiempo (34-22).
El tercer cuarto parecía que iba a seguir por la misma tónica y mientras los Blazers no cambiaban de cara, Houston se marchaba hasta los 17 puntos de ventaja (37-54). Sin embargo a mitad de cuarto a aparecieron los problemas de faltas de Scola y los Rockets concedieron un respiro a Portland. Los Blazers se metían en el partido con los puntos de Oden y Aldridge.
Nuevamente, el equipo de Portland tenía que reaccionar tras un mal comienzo de cuarto y, nuevamente, era Rudy (17 puntos) quien con su cuarto triple dejaba la desventaja en sólo siete puntos (59-66). Todo se decidiría en el último período.
Con un Roy negado cara al aro (19 puntos pero sólo 6/18 en tiros de campo) y los pívots de los Rockets desconectados del partido, dos “secundarios” como Blake y Battier asumieron más protagonismo del que están habituados. El base de Portland conectó con sus puntos al equipo (73-69), pero acto seguido Battier apareció y desde su serenidad y acierto condujo a un estirón que aprecía definitivo si no llega a ser por Rudy Fernández.
Como toda la noche, el alero volvió a meter al equipo con sus triples, pero cuando podía llevar el partido a la prórroga, el balón no le llegó y, a la desesperada, Blake remató un partido lleno de malas decisiones ofensivas con un triple sin sentido que se quedó muy lejos del aro de los Rockets.
Houston siempre llevó la delantera y su triunfo era el resultado lógico a un planteamiento más acertado y coherente ante unos Blazers egoístas y previsibles en su ofensiva.
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Un mágico Kobe tira de unos Lakers que supieron ser más duros que los rudos Jazz
· Tras un mal primer cuarto tres triples consecutivos de los suplentes lanzaron a los Lakers · La defensa californiana eclipsó a Utah · Los Jazz no encontraron argumentos para frenar a un genial Kobe · Phil Jackson apostó por Odom en el quinteto titular en lugar de Bynum, y acertó
Los Lakers convirtieron sus defectos en virtudes para conquistar 94-108 el complicado EnergySolutions Arena y poner un casi definitivo 3-1 en la serie contra los Jazz (los próximos partidos se juegan en Los Ángeles).El triunfo de los angelinos les pone a un solo partido de hacer realidad el deseo que Pau Gasol hizo público en su novedoso y esperado blog personal en MARCA.com: "No quiero hacer otro viaje en esta serie".
En una de esas noches en la que Kobe Bryant parece un jugador sobrenatural, especialmente durante los dos primeros cuartos, los pupilos de Phil Jackson evitaron sus temidas y clásicas pájaras para mostrarse más duros que nunca y para que el, hasta ahora criticado banquillo, aportase como en pocas ocasiones.
Los secundarios lanzaron a L.A.
Los Jazz salieron con el cuchillo entre los dientes, dispuestos a sacar a los Lakers de la pista a base de empellones y de la mezcla del talento de Deron Williams y de los músculos de Carlos Boozer. Parecía que la fórmula del tercer partido de la serie cuajaba, ya que los de púrpura y oro sólo sobrevivían gracias a un Kobe que anotó 13 de los 15 primeros puntos de su equipo y que veía el aro más grande que una piscina.Pero en el segundo cuarto ocurrió un pequeño milagro… Tres triples casi consecutivos de actores secundarios como Walton, Vujacic y Shannon Brown (¡menudo descubrimiento!) rompieron el marcador en favor de unos Lakers que con un parcial de 11-0 pusieron tierra de por medio en el marcador.
La noche grande de Kobe
Los Lakers supieron administrar muy bien su renta, y apoyándose en el acierto ofensivo de Kobe (23 puntos y 10 de 13 en tiros en los dos primeros cuartos) y en una defensa casi tan dura como la de los Jazz lograron irse al descanso 7 puntos arriba (y eso que en los últimos 3 segundo del segundo cuarto 'regalaron' 5 puntos a Utah).Los chicos duros de Phil
En la segunda parte, cuando parecía que la caldera a presión que es el EnergySolutions Arena podría pasar factura a los Lakers, los de púrpura y oro salieron con el traje de faena y con una consigna muy clara, a duros no les puede ganar nadie. La defensa de los Lakers cortocircuitó el ataque de los Jazz, y los ojos inyectados en sangre de Kobe, Pau y Odom delataba que a la franquicia de Salt Lake City le quedaban por delante 24 minutos muy duros.Kobe llegó a los 34 puntos en un suspiro, los Lakers amarraron el rebote defensivo gracias a un activísimo Odom y a un Pau Gasol que lejos de arrugarse repartió de lo lindo en la pintura, y mediado el tercer cuarto ya estaba todo el pescado vendido.
K.O. técnico
Los Jazz, lejos de su legendaria imagen que nunca baja los brazos, tiró la toalla consciente del K.O. técnico a manos de unos Lakers que no sólo tienen más talento, si no que además también les ganaron en su terreno, en el de ser más duros y en el de repartir estopa.
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Los Lakers, o cómo pasar de orquesta a banda en cinco minutos
· Sin los titulares en pista, pasaron de jugar un basket promoroso a casi perder · Iban 22 arriba y Utah llegó a ponerse a seis a tres minutos del final Odom y Ariza, geniales, y Kobe en su papel · Gran defensa de Gasol a Boozer y 'doble-doble': 17 puntos y 11 rebotes
Los Lakers son como esos discos con ocho grandes canciones y cuatro que saltas en el MP3 cuando llegan. Juegan un basket altruista, lleno de matices, trabajado y virtuoso. da gusto verle jugar. Así ocurría en el tercer cuarto: triple de Kobe, asistencia del escolta a un alley oop de Pau, Ariza corriendo como una flecha y haciendo cada vez más cosas, Lamar Odom, impresionante, exhibiendo clase y coordinación cuando jugada de fuera a dentro… Más 22 (80-5 finalizando el tercer cuarto. Todo perfecto.Pero entonces Phil Jackson decidió, como habría hecho cualquier entrenador, poner a sus suplentes a jugar. Bryant se quedaba en el parquet 'guardando el fuerte', pero todo estaba bajo control. Y vino el desastre. Ronnie Price, que no ha contado para nada en Utah en esta serie, tiraba de orgullo callejero para ponerle intensidad: anotaba, repartía juego... ¡y cogía rebotes de ataque! Todas las virtudes de los Lakers se iban por el sumidero: ya no cerraban el rebote, ya no protegían su zona, atacaban como una panda de colegiales... Y, así las cosas, llegó la amenaza: a 3:38, triple de Kyle Korver y 95-89.
Jackson volvía a poner a sus titulares en pista y todo acababa en final feliz, pero a dos minutos del final, si Deron Williams mete una bandeja fácil en contraataque que falló, la cosa se podría haber complicado. Para ganar a Utah vale con esto, pero ¿pueden los Lakers sufrir más de lo necesario si siguen teniendo estas lagunas increíbles? ¿Pueden ser campeones si tus titulares anotan 95 puntos y tus suplentes, 12?
Los buenos Lakers, los malos Lakers
El equipo de Phil Jackson exhibió lo mejor de su juego durante los tres primeros cuartos. En el primero, la buena defensa de Andrei Kirilenko a Kobe Bryant facilitaba a Utah llegar empatado al final, pero en cuanto entraron los suplentes de los Jazz entraron en pista, el de Philadelphia se liberó: empezó a manejar el partido, a jugar dentro y fuera de la zona, a penetrar... En cuatro minutos y medio los Lakers ganaban por 11 (40-29) y Jerry Sloan tenía que devolver de urgencia a la cancha a Deron Williams y Kirilenko.Pero los Lakers siguieron funcionando. Sin tener un día acertado en ataque, Pau Gasol hacía una inteligente defensa a Carlos Boozer: anticipándose a que recibiera o forzando que lo hiciera lejos del aro. La mayoría de los puntos que metió el de Alaska fueron sin el español en pista. Cada uno hacía su labor: grande Ariza, capaz de hacer un montón de cosas en la pista, e increíble Lamar Odom, demostrando toda su clase y su facilidad reboteadora. Acabaría el partido con 26 puntos y 15 rebotes. Al final del tercer cuarto todo parecía acabado.
El quinteto inicial era una orquesta. Los suplentes, una banda. De ahí, quizá, lo que ocurrió en el último cuarto. Shannon Brown ha sido un buen recurso ante la pasividad de Jordan Farmar, pero no es un base, y se le nota en estático. Sasha Vujacic le pone mucha intensidad, pero si acaba, como hoy, con 2/10 en tiros...
Y luego está el problema de los pívots. Josh Powell da lo que da (que es mucho, dado su nivel) y lo de Andrew Bynum es preocupante. Ha dado un paso atrás y es evidente que no acepta su rol. Parece lento, indolente y no se mete en el partido jugando tan poco. Ahora mismo, es el gran problema de los Lakers, que lo necesitarán en las siguientes rondas. Si no lo recuperan, malo. Además, se nota la baja de Luke Walton: la segunda unidad circula mucho peor el balón sin su excelente visión de juego.
¿Conclusiones?
Este partido deja dos certezas: cuando los Lakers están concentrados y con sus titulares en pista, como hoy, son un equipo imparable. Sólo Cleveland (y quién sabe si Denver) puede hacerle sombra. Pero si pierden el 'punch' o dejan entrar a su deficitario banquillo, lo pasan realmente mal. Es de suponer que podrá corregirlo según avancen las eliminatorias. pese a todo, este equipo es una delicia.
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Kobe provoca un cortocircuito mental a Artest y Pau Gasol eclipsa al gigante Yao
· Los Lakers afrontan ahora dos partidos en Houston con la obligación de ganar uno para recuperar el factor campo · Artest no pudo contener su odio hacia Kobe y su equipo lo acabó pagando · Espectacular partido de Pau Gasol: 'doble-doble' y exhibición ante Yao
Los Lakers ganaron 111-98 a Houston para poner el 1-1 en una serie que promete ser ardiente en sus próximos dos partidos en Texas.Los californianos tuvieron que superar su propia esquizofrenia y encomendarse a un Kobe Bryant (40 puntos) sublime en muchas fases del partido para doblegar a unos Rockets que aguantaron hasta que a Ron Artest se le cruzaron los cables (fue expulsado por encararse con Kobe).
Pau Gasol jugó a un grandísimo nivel convirtiéndose en la pesadilla de Yao Ming. En pívot chino ni la olió cuando el de Sant Boi estuvo sobre el parquet, además de sufrir la polivalencia ofensiva del mejor jugador español de todos los tiempos, que sumó 22 puntos, 14 rebotes y 4 tapones y dejó a Yao con 12 puntos (varios en los minutos de la basura) y 10 rebotes.
La esquizofrenia se vistió de púrpura y oro
Los Lakers, fieles a sus peligrosos pecados, insistieron en su particular disociación específica de sus funciones baloncestísticas, que conduce, en los casos graves, a tirar por la borda partidos que tienen controlados.La paliza a la que les sometió Phil Jackson el día antes del partido parece que surtió efecto en el primer cuarto del partido. Los de púrpura y oro, magníficamente liderados por unos espectaculares Pau Gasol y Kobe Bryant, pasaron a cuchillo a unos Rockets sorprendidos por la fiereza angelina. Pau sumó 13 puntos en esos primeros 12 minutos, mientras que Kobe se fue hasta los 15, para llevar a los Lakers a disfrutar de ventajas de hasta 13 puntos.
Pero en el segundo cuarto las rotaciones de Phil Jackson sumieron a los angelinos en una profunda depresión. En apenas 3 minutos, con Kobe y Pau comiéndose las uñas en el banquillo, los Rockets protagonizaron un parcial favorable de 3-11 que les enganchaba a un partido que habían perdido de vista en el primer cuarto.
La inspiración de Ron Artest (muy acertado desde la línea de tres puntos) y la espectacular irrupción en el partido de Landry puso a los Rockets por delante gracias a un parcial de 0-10.
¿Cambió el actor Jack Nicholson el rumbo del partido?
Casualidad o no, justo en ese momento del encuentro, con 51-51 en el marcador, el actor Jack Nicholson se puso a hablar en pleno partido con Ron Artest… y todo cambió. Los Lakers apretaron los dientes en defensa y lograron, a trancas y barrancas, irse a los vestuario empatados en el marcador, 57-57.Ruido de sables en el Staples
Tras el descanso los cambiante Lakers mostraron su buena cara, y Kobe Bryant tiró de los suyos para volver a coquetear en un abrir y cerrar de ojos con la decena de puntos de ventaja. Los Lakers ahogaban a los Rockets en defensa... hasta que llegó la jugada clave del partido.Lamar Odom taponó un lanzamiento de Luis Scola y comenzó a provocar al argentino. El ex del Tau se contuvo, pero a la primera oportunidad que tuvo sacó de sus casillas al jugador de los Lakers con un pequeño agarrón. Pequeña bronca en el campo y los ánimos muy encendidos entre los jugadores.
Derek Fisher, que estaba jugando a un gran nivel, fue el primero en perder la cabeza. En un bloqueo brutal le dejó el codo y la cabeza a Scola, que salió mal parado del choque. Los árbitros revisaron la jugada y expulsaron al veterano base de los Lakers.
Con un ambiente sobre el parquet muy caliente el partido se trabó. Los Lakers conseguían mantenerse en franquicia en el luminoso, pero lo que parecía que podía convertirse en un final agónico al final fue un paseo militar gracias a Ron Artest.
Al mejor jugador de los Rockets, llevaba 25 puntos y 4 triples, se le cruzaron los cables cuando más lo necesitaba su equipo. Kobe Bryant le soltó un codazo en un rebote defensivo, y los árbitros, lejos de pitar falta de la estrella de los Lakers señalaron falta en ataque de Artest. La estrella de los Rockets perdió los papeles y se encaró con Kobe (le besó en la cara) y con los árbitros, por lo que fue expulsado. Con 94-84 en el marcador y casi siete minutos por jugarse el partido se acabó en ese momento..
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Y Gasol recibió 'el guantazo de la frustración'
· Los Lakers vencen en un partido aburrido y conquistan el factor mental de la serie · Artest fue expulsado al final por golpear a Pau Gasol, demostrando la desesperación de su equipo · Pau no pudo con Yao en al primera mitad, pero en la segunda, con mejores ayudas, dejó al chino en cinco tantosNi brillantes, ni divertidos, ni siquiera entretenidos. Los Lakers jugaron un partido serio, monótono a ratos, con fogonazos de genialidad de Kobe Bryant y poco más. Ese oficio fue suficiente (más que suficiente) para ganar con tranquilidad un partido en la durísima cancha de los Rockets, que además terminaron desquiciados, con Artest golpeando a Gasol para acabar expulsado y con Yao lesionado, aparentemente de su rodilla izquierda. Como diría Valdano, no ganó el partido, lo conquistó. El equipo angelino agarró su segunda victoria pero, sobre todo, pareció ponerse tres cuerpos por delante en el factor moral en esta serie.
A 43 segundos del final, con el partido decidido, Gasol se iba al aro como una centella para machacar. Artest (no solo, sino en compañía de otros, en concreto de Lowry y Battier) fue a la caza y captura de la barba voladora, y le mandó un 'cacharrazo' que envió al español a la lona. Lowry también le daba y Battier le agarraba de la cintura. Era la muestra de la desesperación de un equipo que sabía que había perdido una oportunidad de oro, pues no había perdido contra la versión más excelente de los Lakers, sino una que tiró de oficio para ganar sin demasiados sobresaltos.
Los Lakers no sólo recuperan el factor cancha, sino que adelantan por la izquierda a los Rockets con un subidón de moral. Tras este partido gris en el que se pusieron de manifiesto todas las limitaciones de Houston, los angelinos tienen muy encarrilada la serie, más de lo que dice ese 2-1.
Kobe como bandera
Jordan Farmar jugó un partido mucho mejor de lo esperado. Phil Jackson lo puso de titular y, tras titubear al comienzo (dos triples fallados nada más empezar), luego estuvo serio. Lo mismo se puede decir de Ariza y Odom, mientras que Gasol no pudo frenar a Yao Ming cuando sus compañeros no le ayudaron, aunque sí en la segunda parte.Sin el chino se desmoronaron los Rockets, cuyos jugadores eran incapaces de buscarse tiros por ellos mismos ni sabían cambiar el ritmo, desaparecido Aaron Brooks. Sin embargo, por mucho que se quiera hacer un análisis muy sesudo del partido, la diferencia de este encuentro se llama Kobe y se apellida Bryant.
El escolta se jugó algunos tiros increíbles, sobre todo al comienzo (siete puntos sin fallo en el 4-11, once tantos en el primer cuarto) y cuando se vendió el pescado, al final del tercer cuarto y en el último. En él confían los Lakers y él sabe que solo no lo conseguirá, así que también repartió el juego y reforzó la confianza de los suplentes.
Del rugido del león a la alta tensión
El encuentro fue casi siempre igualado, excepto al comienzo (5-13, minuto cuatro) y ya finalizando el tercer cuarto (58-71). Si en el último periodo hubo alguna posibilidad de acercamiento de los texanos, Kobe la desmontó.Yao vs. Gasol, el duelo inteligente
Pau estuvo discreto, achantado por la inmensidad de Yao Ming, un jugador superlativo, y no sólo por lo físico. El español intentó defender al chino por delante, tratando de evitar que recibiera, pero cuando lo hacía, en el uno contra uno al poste se lo cargaba. La inteligencia de los Lakers y la de Gasol evitó que el chino siguiese al nivel de la primera parte (14 puntos) y en la segunda se quedó en cinco tantos. Pau hacía lo que podía, pero trataba de incomodar a su rival para que las ayudas fueran más efectivas. Yao se vio acorralado, e incluso llegó a recibir dos tapones casi seguidos de Kobe Bryant.Además, el chino jugó los últimos minutos del encuentro cojeando visiblemente. Se doliío, y mucho, de la rodilla izquierda. Si tiene algo grave, los Rockets ni siquiera podrán competir en los próximos encuentros. Más ventaja todavía para unos Lakers que conquistaron mucho más que un partido.
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Los Lakers no tuvieron compasión de unos Rockets heridos y se vengaron de la afrenta de Houston
· Un parcial de 24-4 entre el primer y el segundo cuarto dio la puntilla a los tejanos · Houston no tuvo argumentos para frenar a los Lakers · La serie viaja Houston · Los Lakers necesitan una victoria para meterse en la final del Oeste
El quinto partido de la serie entre Lakers y Rockets prometía emociones intensas tras la paliza de los tejanos a los californianos en el cuarto partido, pero al final todo quedó en agua de borrajas.Los Lakers, que empezaron el encuentro absolutamente apalominados y que mostraron su lado oscuro en siete primeros minutos para el olvido, pasaron por encima de unos Rockets, 118-78, sensiblemente inferiores.
Rick Adelman planteó el partido basándolo todo en la velocidad de sus pequeños jugadores. Entre el quinteto titular de los Rockets y el de los Lakers había 21 centímetros de diferencia favorables a los de púrpura y oro. Para que se hagan una idea, Pau Gasol (2,13 m.) estuvo emparejado con Chuck Hayes (1,98 m.).
En principio su planteamiento, condicionado por las ausencias de McGrady, Yao Ming y Mutombo, funcionó a la perfección, pero fue sólo un espejismo.
Mediado el primer cuarto Kobe Bryant puso la directa en ataque y Pau Gasol impuso sus centímetros en la pintura para fulminar a los Rockets en tres minutos mágicos. Un triple de Farmar sobra la bocina puso a los Lakers 11 arriba y dejó muy tocados a unos Rockets que, lejos de reaccionar, se hundieron definitivamente en el segundo cuarto.
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Caras largas y besos de los famosos durante la paliza de los Lakers
Al partido le sobraron 34 minutos
Un parcial de 23-4 favorable a los Lakers puso el 43-24 en un abrir y cerrar de ojos y finiquitó el partido… ¡a falta de 34 minutos para el final! Los Rockets se quedaron K.O. y a partir de ese momento comenzaron un hundimiento que alcanzó su punto crítico cuando se pusieron 40 abajo, 94-54, al final del tercer cuarto.Kobe y Pau se complementaron a la perfección
Lo mejor para los Lakers fue que Phil Jackson pudo reservar a sus titulares, que Kobe recuperó su orgullo, que el tocado Odom pudo jugar, que Bynum ofreció destellos del jugador que puede llegar a ser y que Pau fue un bastión defensivo de dimensiones descomunales.En el primer cuarto Pau se centro en defensa (6 rebotes y 3 tapones), ya que un acertado Kobe Bryant aglutinaba todo el juego ofensivo. Pero en el segundo cuarto, cuando los Lakers rompieron el partido, el ala-pívot de Sant Boi aprovechó los minutos de descanso de la 'Mamba Negra' para lucirse en ataque (se fue al descanso con 11 puntos).
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Que grande Pau Gasol,21 puntos y 18 rebotes,pero también hay que decir que no estaba Yao Ming en los Houston,Los Ángeles Lakers se clasifican para jugar la final de conferencia este ante Denver Nuggets,por calidad de sus jugadores son los claros favoritos a jugar la final de la NBA.
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Kobe agranda su leyenda con una actuación histórica y una 'manita' de Gasol
· El español, irregular y por momentos desaparecido, hizo algunas acciones defensivas decisivas en el último cuarto · En ese periodo Kobe sumó 18 puntos · Impresionte duelo Kobe-Carmelo: 40 puntos por 39Por fin, un buen partido de 'playoffs' con los Lakers en pista. El equipo angelino no fue brillante, pero sí consistente durante todo el partido y se sirvió del mejor Kobe Bryant para ganar un partido disputadísimo contra los Denver Nuggets (105-103).
Kobe Bryant es un jugador destinado al Olimpo del baloncesto por partidos como éste. En el último periodo, donde se jugó todo, anotó 18 puntos, con 4/5 en tiros de campo y 9/9 en tiros libres. Se permitió una pérdida, en una mala decidión a tres minutos y medio del final, y eso es todo lo que se le puede reprochar en los momentos en que más calentaba el balón. Cuando sus compañeros no querían ver la bola, él la pedía y agrandaba su leyenda.
El compañero que mejor mano le echó fue Pau Gasol. Desaparecido en muchos momentos de partido, sobre todo en la primera mitad, el español surgió para hacer el trabajo sucio: una asistencia en un gran pase extra para un triple de Ariza (92-94, a 4:12 del final), un tapón que acabó convirtiendo en triple Fisher (97-96, 2:30) y un gran rebote de ataque, falta forzada y dos tiros libres anotados (99-99, 1:10) fueron acciones que dieron el plus que necesitaba Bryant para dar el partido a su equipo. Un robo de Trevor Ariza a 30 segundos del final con 101-99 acabó con el encuentro.
Un duelo de estrellas, pero sólo uno es leyenda
Partidazo de Carmelo Anthony y Kobe Bryant. Se retaron en ataque, se dieron estopa de la buena defendiéndose el uno al otro y acabaron con anotaciones de lujo (40 a 39 para Kobe). Demostraron ser dos genios de esto.Sin embargo, el plus de campeón lo dio Kobe. Anthony anotó ocho puntos casi seguidos hasta el minuto 8:30 del último cuarto, pero luego desapareció: hizo una falta de ataque a Pau y no volvió a tirar. Sin embargo, en esos momentos en los que se decidió el partido, el parcial fue de 13-7 para los Lakers y de 8-0 para Kobe en su duelo particular contra Melo. En el último cuarto, mientras el de los Lakers sumaba 18 puntos, su rival se quedaba en ocho. Quizá esa sea la diferencia entre las estrellas y las leyendas.
La eterna sensación de los Lakers
Parece que nunca juegan a tope de su potencial, que tiran demasiado del gemio de Kobe Bryant, pero ganan. Los Lakers jugaron un partido serio, a ratos brillante, siempre comprometido y con menos despistes de los habituales, pero dejaron esa sensación de que aún pueden dar más.Los Nuggets empezaron de lujo. Ganaban por 13 en el minuto 11 (16-29) en medio de una exhibición impresionante de Carmelo Anthony. Sin embargo, ahí sostuvieron a los Lakers los que menos se podía esperar: los suplentes. Dos triples de Vujacic y Brown dejaron la diferencia en ocho para Denver, lo que se antojaba poco, visto el dominio que ejercían Kenyon Martin jugando de fuera a dentro y Melo por todas partes.
En el comienzo del segundo periodo, el quinteto Farmar, Vujacic, Walton, Odom y Bynum jugó los mejores minutos de los Lakers hasta entonces. Por fin, los suplentes daban el paso al frente, con mucha intensidad en defensa por encima de todo. El marcador se apretaba (35-37, minuto 16 tras triple de Lamar Odom).
Desde que se igualase en el segundo cuarto, apenas hubo grandes diferencias, pero los Nuggets tuvieron en su mano matar el partido (89-94 a menos de cinco minutos del final) y no lo hicieron. Ahí estuvo Ariza, para clavar un triple y robar el balón definitivo, Pau Gasol para echar una mano en defensa y, sobre todo, Kobe Bryant, un héroe superlativo.
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Kobe Bryant, Pau Gasol y Trevor Ariza rescatan a los Lakers en el 'día de la marmota' de los Nuggets
· Los Lakers conquistaron Denver, una pista que no conocía una victoria visitante desde el 9 de marzo · Fin a la racha de 16 triunfos consecutivos de los Nuggets como locales · Gran último cuarto de Kobe Bryant, que acabó con 41 puntosLos Lakers llegaban a Denver con la tremenda losa de haberse dejado el factor campo en Los Ángeles, pero la legendaria franquicia californiana tiró de orgullo, más que de buen juego, para ganar 97-103 a unos Nuggets muy combativos pero a los que condenó la nefasta segunda parte de Carmelo Anthony y el inspirado final de partido de la terna Kobe Bryant, Pau Gasol y Trevor Ariza.
El triunfo angelino rehabilita de cara a la opinión pública a un equipo al que sigue lastrando la falta de un buen director de juego (Derek Fisher es una caricatura de base titular de la NBA), la inconsistencia de un banquillo que apenas sumó 7 puntos si quitamos los 8 del falso suplente Lamar Odom y la poca producción e inmadurez de un Andrew Bynum al que necesitan como agua de mayo. A pesar de esas carencias los Lakers supieron sobrevivir al aluvión de agresividad baloncestística, personalizada en Nené Hilario, Chris Andersen y Dahntay Jones, y a los dos primeros buenos cuartos de Carmelo Anthony (se fue al descanso con 18 puntos y acabó el partido con 21 y expulsado por faltas personales).
El mérito de los de púrpura y oro estuvo en no perderle la cara al partido, marchando siempre detrás en el marcador, hasta llegar a los minutos decisivos del encuentro. En la hora de la verdad emergieron las figuras de Pau Gasol, Trevor Ariza y, especialmente, Kobe Bryant (41 puntos y un triple decisivo).
El talento de Pau se impuso al músculo rival
Parece que las críticas de Pau surgieron efecto, y el ala-pívot de Sant Boi disfrutó de mayor presencia ofensiva que en los dos anteriores partidos de la serie. Un gran arranque de Pau en el cuarto cuarto posibilitó que los Lakers lograsen su primera ventaja en el partido, 80-81 a falta de 07:32 para el final, desde el 11-12 del principio del choque. El mejor jugador español de todos los tiempos tuvo que fajarse con 'El Hombre Pájaro' Andersen, uno de los mejores defensores de la NBA, y con un Nené Hilario al que hizo un traje. Las fintas, velocidad de pies y envergadura de Gasol volvieron loco al brasileño, especialmente en dos trascendentales jugadas que protagonizó Pau tras un jugadón de cuatro puntos de Billups que ponía el partido muy cuesta arriba a los Lakers (89-86 a falta de 04:45).Kobe, Kobe, Kobe… y siempre Kobe
Con el partido tremendamente tenso Derek Fisher se empeñó en tirarlo por la borda. Un resbalón primero y una falta en ataque después estuvieron a punto de condenar a los Lakers, pero en el equipo de Los Ángeles juega un señor que responde al nombre de Kobe Bryant y que es capaz de hacer cosas increíbles. A falta de poco más de un minuto para el final Kobe forzó uno de sus triples imposibles para desarbolar a los Nuggets y desactivar el efecto J.R. Smith, un jugador muy irregular pero que estaba haciendo mucho daño a los Lakers.Los Nuggets, en plan Bill Murray
Los Nuggets se pusieron nerviosos, se precipitaron y sufrieron el efecto del 'Día de la marmota' (al igual que Bill Murray en le película 'Atrapado en el tiempo'). Si el primer partido de la serie lo perdieron por regalar un saque de banda a los Lakers (robo de Ariza), el tercero lo tiraron a la basura por el mismo motivo. Con dos abajo y poco más de 30 segundos por jugarse Kenyon Martin le pasa un melón a Carmelo Anthony... que roba Ariza, clave en el triunfo californiano gracias a su robo, su gran defensa sobre Carmelo y dos triples cruciales en los minutos calientes.Trabajo cumplido para unos Lakers que demostraron, una noche más, que son capaces de lo mejor y lo peor y uno nunca sabe lo qué puede esperar de ellos. Ganar en una pista en la que los Nuggets llevaban 16 triunfos consecutivos y en la que no perdían desde el pasado 9 de marzo demuestran lo valioso del triunfo de los chicos de Phil Jackson.
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Y dos días después, los Lakers se volvieron a disparar en el pie
· Nuevo partido de la cara 'Mr Hyde' de los Lakers, insulsos, apáticos y ramplones · Denver, sin jugar bien en la primera mitad, arrasa en la segunda y esconde todos sus defectos · El rebote y el banquillo de Denver, infinitamente superiores a los de los Lakers
Salta el despertador, suena 'I've got you babe' de Sonny y Cher, Bill Murray lo apaga y se levanta. Juegan los Lakers, vienen de hacer un gran encuentro, salen empanados y acaban perdiendo lastimosamente, como si trataran de demostrar que lo de hace 48 horas era una mentira. Son los Lakers del 'día de la marmota'. Una vez más, volvieron a atraparse en su propia bipolaridad.Si el refranero español acierta, los Lakers no ganarán esta serie. Porque el cántaro está yendo tanto a la fuente que al final no se va a romper, sino que se va a desintegrar. Es la misma crónica de tres derrotas contra Houston en la segunda ronda y otras dos en esta serie frente a Denver: falta de intensidad, de compromiso, de orgullo… Es un disco rallado, igual que el comportamiento ciclotímico, bipolar y trastornado de Los Angeles Lakers.
Han pasado dos días desde el tercer choque se la serie, en el que unos Lakers concentrados hasta el final derribaron el andamiaje emocional de Denver, tan volátil que asusta. Bien: 48 horas después parecía que los que se ponían la camiseta púrpura eran unos señores que se apellidaban igual que los del otro día, pero que no eran ellos. Faltos de intensidad desde el inicio, el apretón defensivo de Pau Gasol y los fogonazos de Kobe Bryant en ataque (19 puntos al descanso) mantenían a los Lakers en el partido en el medio tiempo (52-45) cuando cinco minutos antes estaban muertos (39-24).
A veces al cronista le dan ganas de optar por el 'corta y pega' de anteriores crónicas, porque el análisis es el mismo: falta de dureza, de concentración, parece que no va el partido con ellos. Bynum bien en ataque pero inactivo en defensa, el banquillo de los Lakers inexistente, Kobe tirando del carro pero sólo ayudado por un Pau Gasol que funciona a rachas, que es capaz de dominar y ser dominado casi en minutos consecutivos. La misma historia que en anteriores derrotas, sólo que según avanza la competición, estas pájaras se hacen más graves, porque el de enfrente cada vez es mejor equipo.Por eso, los Lakers harán bien en olvidar lo que hicieron en este partido: ver cómo la intensidad de la segunda unidad 'nugget' les destrozaba, especialmente Chris Andersen, el factor diferencial de esta serie, que gana a los puntos su equipo gracias a su capacidad de jugar a máxima velocidad y potencia siempre. Debe olvidar su tercer cuarto, en el que Nené, Andersen y Martin han frito a rebotes de ataque a los Lakers, a los que finalmente han cogido 20 rechaces en su aro.
Y deberían echar en el saco del olvido, sobre todo, el momento en el que pudieron ganar el partido y no lo hicieron. Minuto tres de la segunda parte. Gasol está 'on fire' y anota al poste como quiere. Los Lakers se acercan (56-53). Y entonces Chauncey Billups, desaparecido hasta entonces, da un paso al frente, empieza a jugar 'uno contra uno' y devuelve el partido a su cauce. Y el rebote de ataque de Denver desarbola a Pau, que había sido capaz de controlarlo con cierta brillantez en la primera mitad.
Sorprendentemente, Phil Jackson aguantó con Kobe y Gasol en el banquillo demasiado tiempo del comienzo del último cuarto. Ahí se fueron del todo los Nuggets: el partido estaba acabado de antes, pero ahí se remató.
No hubo más que rascar. Al final, los Nuggets engordaron la diferencia y, quizá, hicieron justicia. Porque fueron muy superiores en ganas, en intensidad y en orgullo de ganar. Los lakers quizá se recuperen, sí, pero tanto va el cántaro a la fuente...
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Gasol y Odom taponan a Denver y ponen a los Lakers a las puertas de la final de la NBA
· Los Lakers tiene dos oportunidades, la primera en Denver y la última en Los Ángeles, para certificar su pase a la final · Kobe supo ceder protagonismo a Gasol y Odom · Carmelo se quedó demasiado solo en los NuggetsLos Angeles Lakers, fieles a la tradición de no haber perdido nunca un quinto partido de 'playoffs' cuando llevaban la serie 2-2, ganaron 103-94 a los Nuggets para ponerse a una victoria de la gran final de la NBA.
Los californianos ahora tienen dos oportunidades, una en Denver y la última en Los Ángeles, para certificar su pase a la final.
Lamar Odom y Pau Gasol fueron los grandes protagonistas del trabajado triunfo de los de púrpura y oro. Una victoria que se fraguó gracias a un espectacular parcial de 21-5 entre el tercer y cuarto cuarto, y que llegó cuando pero estaban jugando los californianos.
Una mate de Pau cambió el rumbo
Tras una primera parte en la que ninguno de los dos equipos supo aprovecharse de los errores y precipitaciones de su adversario, en el tercer cuarto los Lakers parecían abocados a deleitarnos con una de sus famosas y terribles pájaras. Los pupilos de Phil Jackson se empeñaban en olvidarse de Pau en ataque (no olió balón y apenas lanzó en cuatro ocasiones en los primeros 24 minutos), no podían controlar el rebote defensivo y encima Kobe no tenía una de sus noches mágicas, lo que provocó que Denver se pusiese 7 arriba mediado el tercer cuarto.Entonces aparecieron la figura de un chico larguirucho de Sant Boi y la impresionante estampa de un 'sobrado' de Queens como es Lamar Odom. Un espectacular mate a una mano de Pau desperezó a unos Lakers que en un abrir y cerrar de ojos remontaron el partido.
Tremenda caraja de Denver en el último cuarto
Con el marcador igualado los Nuggets sufrieron una monumental caraja en el arranque del cuarto cuarto, lo que provocó que los Lakers alcanzasen la decena de puntos de ventaja sin apenas dificultades (anotaron los 11 primeros puntos del cuarto). Esa renta fue una losa demasiado pesada para los de Colorado, cuyo único argumento ofensivo era un Carmelo Anthony que se quedó solo ante el peligro buena parte de la noche.Gasol y Odom impusieron su ley
Pau y Lamar impusieron la ley en la pintura, 24 rebotes y 9 tapones entre ambos, para llevar en volandas al triunfo a los suyos. Pau no existió en ataque para sus compañeros, aunque emergió en los minutos finales para pedir la pelota y jugarse un par de balones decisivos. Echó del partido a Nené Hilario y sus tapones, alguno de ellos al mismo Carmelo Anthony, desquiciaron a los Nuggets. Por su parte Lamar Odom estuvo inconmensurable, limpiando los tableros, anotando canastas fundamentales e incluso provocando a sus rivales (especialmente a Chris 'El Hombre Pájaro' Andersen)¿Qué pasó con Kobe Bryant?
¿Y Kobe Bryant? La gran estrella de los Lakers ejerció de líder, y dejó hacer a sus compañeros. Lejos de la versión del Kobe egoísta de otras ocasiones, la 'Mamba Negra' supo ser el complemento ideal para Pau y Odom. Aunque perdió 7 balones anotó 22 puntos y sólo lanzó 13 veces a canasta, unos tiros muy poco habituales en él.
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Unos Lakers con pinta de campeones certifican un brillante pase a la final
· Kobe pone la anestesia y Pau, el bisturí para una cirugía perfecta en Denver · Victoria contundente de un equipo que, si juega así, será campeón · Los Nuggets, empequeñecidos en un pésimo partido de Chauncey Billups
Impresionantes. Dominadores. Rotundos. Con pinta de campeones de la NBA. Así ganaron los Lakers en Denver, en un partidazo sin tachas, en el que Kobe puso la anestesia y Pau sacó el bisturí para arreglar una cirugía perfecta. Un equipo que, si juega así, es difícil que nadie lo pueda parar.Los Lakers dieron un golpe encima de la mesa y mostraron todo su potencial, sin reservas. El partido se empezó a conquistar a finales del segundo cuarto, cuando Kobe Bryant mostró toda su madurez y capacidad de leer los partidos. Denver sesteaba y era el momento. Kobe, que había aparecido intermitentemente, clavó 11 puntos casi seguidos en los tres minutos finales del segundo cuarto. Al descanso, 40-53.
Y en el tercer cuarto surgió Gasol. En cinco minutos, ocho puntos para pasar de unos holgados 11 de renta (49-60) a unos 20 definitivos (59-79 a 3:38 del final del tercer cuarto). Fin de la historia.
Una labor colectiva
Es normal destacar a dos jugadorazos como Kobe Bryant y Pau Gasol. La lectura del partido del primero fue perfecta, tomando la responsabilidad cuando debía, manteniendo a todo el equipo implicado y liderando, al fin, el partido sin ningún temblor de pulso. El español fue clave en la circulación de balón, haciendo de catalizador en cada ataque y sabiendo manejar su capacidad de pase con efectividad.Pero el partido de los Lakers fue una labor colectiva. En defensa, con un bloque sacrificado que cerró su zona enseguida (buen trabajo de Andrew Bynum) y en ataque pasando con maestría. Un dato es claro: los angelinos sumaron 28 asistencias por 14 de su rival.
Cada ataque tenía un 'extra pass', sin ninguna precipitación, manteniendo el balón en las manos el tiempo justo para dar el balón al compañeroen el momento en que cortaba. Pau interpretó eso como ninguno. Puro 'Triángulo Ofensivo' de Phil Jackson. El baloncesto fluía y parecía que jugar así fuera fácil. Haciéndolo así, todos se implican. Y llegaron seis puntos vitales de Luke Walton en el tercer cuarto, o los 10 de Ariza en el primero, cuando le llegaban buenos balones para tirar solo de tres.
Un equipo imbatible
Si los Lakers juegan así, no hay un solo equipo en la NBA que los pueda batir. Este partido despeja (de momento) todas las dudas que había planteado este equipo, y muestra que sí que pueden dar el nivel que se les supone: el de un equipo capaz de arrasar a unos Nuggets dubitativos, castrados sin un Chauncey Billups mínimamente eficaz (horroroso encuentro, el peor que se le recuerda en tiempos), pero un gran conjunto al fin y al cabo, y más en su casa.Así que en L.A. afrontan con optimismo las Finales después de este gran partido. Pau Gasol está más cerca que nunca de hacer historia ganando el primer anillo de un jugador español.
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Pau Gasol se cena a 'Superman' y Kobe destroza a unos Magic acongojados
· Lamentable 23 de 78 en tiros de campo de Orlando · Howard sólo metió una canasta en juego · Kobe coqueteó con el 'triple-doble' · Sublime partido de Pau Gasol, que sacó de quicio a Howard · Parcial de 25-10 (con 12 puntos de Kobe) favorable a los locales para irse al descanso · Los Lakers ponen el 1-0 en una serie cuyo segundo partido se jugará en L.A.
Cuando llega la hora de la verdad es cuando se diferencian los hombres de los niños, y en el primer partido de las Finales de la NBA los Magic sucumbieron a la presión que supone ver enfrente una camiseta púrpura y oro.Los Angeles Lakers, una franquicia de leyenda, quiso dar un golpe de autoridad en la serie contra los de Florida, y lo consiguió con creces. Desde el primer minuto las miradas de Kobe Bryant y Pau Gasol delataban que algo grande podía ocurrir en el Staples Center, y unos acongojados Magic no pudieron evitarlo.
Phil Jackson encontró la fórmula para que el temido el temido Dwight 'Superman' Howard fuese una caricatura del pívot que ha hecho temblar las zonas esta temporada. Entre Bynum, y especialmente Pau Gasol (que le forzó dos cruciales faltas en ataque), desquiciaron al pívot más dominante de la NBA, que acabó con unos pírricos 12 puntos (sólo una canasta en juego), aunque al menos atrapó 15 rebotes. Bynum se cargó rápidamente de personales, por lo que tuvo que ser el de Sant Boi el que tuviese que transformarse en el 'Lex Luthor' particular de 'Superman'. Howard se topó una y otra vez contra el muro de Sant Boi, y sus compañeros no supieron reaccionar ante la manifiesta inferioridad de su estrella.
Turkoglu, que jugó una buena primera parte, se diluyó como un azucarillo, mientras que Rashard Lewis distó mucho de ser el aniquilador que pasó por encima de los Cavaliers de LeBron. El único que se salvó de la quema en los Magic fue un Mickael Pietrus que se ha reinvidicado como un jugador de primer nivel, y un 'sexto hombre' de lujo, en los presentes 'playoffs'.
Dos arreones y K.O. de Orlando
Un parcial de 10-0 favorable a los Lakers comenzó a decidir el partido mediado el segundo cuarto. Los californianos se pusieron 10 arriba gracias a las diabluras de Kobe Bryant, y los Magic se quedaron tan tocado que no supieron reaccionar.Tras el descanso un parcial de 9-0 fue la puntilla para la franquicia de Orlando, que tiró la toalla mediado el tercer cuarto y regaló el último para el lucimiento personal de los suplentes de los Lakers.
El triste 23 de 78 en tiros de campo de Orlando, un paupérrimo porcenaje del 29,9%, delata la mala noche de los chicos de Stan Van Gundy.
Sophia Bush
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Perdieron los lakers…
Ay Kobe...si no fueras tan xupón!
Hora de ir a dormir...
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Perdieron los lakers…
Ay Kobe...si no fueras tan xupón!
Hora de ir a dormir...yo lo iba a ver,como vi los primeros dos partidos,pero me acoste a la una y media y tenía que levantarme a las ocho jejeje
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3-1 para los Lakers, vamos PAU que el anillo esta cerquita
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3-1 para los Lakers, vamos PAU que el anillo esta cerquita
yo creo que quedaran 4-2,aún quedan dos partidos
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GRANDE PAU, primer jugador español en conseguir el anillo.
EHNORABUENA
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GRANDE PAU, primer jugador español en conseguir el anillo.
EHNORABUENA
+1 que bueno es Gasol
14 Puntos
15 Rebotes
4 Tapones
3 Asistencias