Gracias Ballesta por pensar como yo
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JOAQUÍN BALLESTA.-
Pues sí. Debe serlo y celebrarse como merece. Tal vez con cierto regusto de rabia, para qué negarlo, porque son innumerables los varapalos y agravios comparativos que el Levante ha sufrido a lo largo de su historia y, aunque se intenten olvidar, no es sencillo. Pero tampoco se cumplen 100 años todos los días.
Sin grandes fastos, porque la situación económica no es la mejor, los levantinistas deben vivir con intensidad este 9 de septiembre de 2009 y el año que queda por delante, en el que habrá diferentes actos conmemorativos. Otros clubes más jóvenes se han gastado lo que no tenían celebrando sus 75, 80 o 90 años con la complicidad y colaboración de todo tipo de instituciones públicas y privadas que al Levante, muchas veces, le han dado y siguen dando la espalda.
El Levante Unión Deportiva no es el único club que ha sufrido la irrupción de advenedizos ávidos de protagonismo, ansiosos por el negocio y decididos a servirse de un nombre, de un escudo y de todo lo que unidos representan. Pedro Villarroel no ha sido peor presidente que Juan Soler, por citar un ejemplo cercano en el tiempo. Sin embargo, mientras a uno se le cerraban todas las puertas al otro se le abrían de par en par.
Esta ha sido la tónica desde antaño que, salvando la diferencia existente entre la masa social del Levante y la del poderoso vecino, ha marcado la trayectoria de uno y otro. El centenario club granota sufrió un descenso de categoría desde los despachos, por deudas económicas, sin que ningún político de nuestra ciudad moviera un dedo para evitarlo. El Valencia pudo correr la misma suerte. Por fortuna, tuvo las ayudas necesarias para impedirlo y es algo loable. Un club como el de Mestalla, con su pasado y presente, lo merece. Los demás también.
La entidad azulgrana lleva un año inmersa en una ley concursal que le está permitiendo emerger poquito a poco. El concurso de acreedores al que también estaba abocado el Valencia, sin embargo, se ha evitado. El caos económico se apoderó de los dos primeros equipos de la ciudad, que en su puerta de acceso lucían el cartel de quiebra. Pero a uno se le abandona a su suerte y al otro se le ayuda. Políticos e instituciones no han dudado en destinar fondos públicos, de todos los valencianos, a salvar a colectivos deportivos privados y sociedades anónimas. Pero no a todas. Mientras, el pequeño empresario al que se le hunde el negocio es ignorado y tiene que bajar la persiana.
Son sólo algunos ejemplos que evidencian el agravio que ha acompañado siempre al sentimiento levantinista. A lo mejor, a partir de ahora el gobierno valenciano se vuelca con todas las entidades deportivas de la Comunitat y apoya económicamente al Valencia Básquet, a las chicas del balonmano, al waterpolo, gimnastas y, con suerte, al Levante.
Un Levante cuyo mejor patrimonio son sus seguidores. Cinco mil, siete mil, diez mil, no son demasiados, es cierto, pero con ellos lleva años sobreviviendo, gracias a la fuerza de un sentimiento. Y mientras haya un puñado de levantinistas en la calle, el club seguirá adelante, camino de su segundo centenario. Tiene mérito.
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Bueno, aquí había otros que pensaban como Ballesta, pero SE QUITÓ EL POST donde lo expresaron.
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@Fonseca 5:
Bueno, aquí había otros que pensaban como Ballesta, pero SE QUITÓ EL POST donde lo expresaron.
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Gran articulo del Sr. Ballesta
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Yo siempre lo he dicho, tiene más mérito ser del levante en una ciudad como valencia que muchas otras cosas.
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Totalmente de acuerdo….........refleja el pensamiento de CASI TODOS los levantinistas, me identifico totalmente con este artículo de opinión.
BIEN POR XIMO BALLESTA, que para mas INRI es quien hace las crónicas del Valencia c.f. en Las Provincias siendo un granota de los pies a la cabeza convicto y confeso.
¡¡¡Macho Llevant!!!
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absolutamente de acuerdo con lo expresado por el señor Ballesta.
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Tiene toda la razón +1