#11 Morales
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Si no quieres admitir que pese a cosas buenas en general ha estado mucho peor de lo que estamos acostumbrados… creo que no hay nada más que discutir, primo.
Te repito que si… habra estado por debajo del rendimiento de el año anterior en 1era división ¿y por eso ya no vale, y su tiempo ya paso? Para mi no es así yo respeto que creas que su mejor versión ya termino, pero tu respeta también que yo no pienso asi y lo que creo es que el bloque este año a sido 6 veces mejor que el año del descenso y por eso creo que no a tenido tan buen nivel...
Y no merece la pena seguir contestando a la falta de respeto cuando dices ¡primo! ni tengo 15 años ni soy tu primo ni primo de nadie del foro, ni tengo confianza contigo para hablarte de esas formas...
Buenas tardes malcontent
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Moraaaleess…. !
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Este solo rinde en primera! Vamos que el comandante vuelveeeeee
No se yo…
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Te repito que si… habra estado por debajo del rendimiento de el año anterior en 1era división ¿y por eso ya no vale, y su tiempo ya paso? Para mi no es así yo respeto que creas que su mejor versión ya termino, pero tu respeta también que yo no pienso asi y lo que creo es que el bloque este año a sido 6 veces mejor que el año del descenso y por eso creo que no a tenido tan buen nivel...
Y no merece la pena seguir contestando a la falta de respeto cuando dices ¡primo! ni tengo 15 años ni soy tu primo ni primo de nadie del foro, ni tengo confianza contigo para hablarte de esas formas...
Buenas tardes malcontent¿Y quién ha dicho aquí que ya no valga o que su tiempo ya pasó? Yo desde luego no, y rana baileys te dijo solamente que la temporada de Morales ha sido mala (con alguna excepción) y que cree que su buena época pasó pero que ojalá se equivoque. Creo que salta a la vista que ninguno de los dos tenemos intención de enterrarle por los siglos de los siglos, pero tenemos derecho a pensar que es difícil que a más edad alcance su nivel máximo ('buena época').
En ningún momento he dejado de respetar lo que pienses y si te llamo 'primo' es porque pienso que alguien que reacciona TAN MAL cuando se dice algo tan inofensivo como lo anterior… tiene un problema claro de objetividad y parece el primo del jugador, incapaz de decir nada malo del mismo o de tolerar que alguien no lo vea en su mejor momento.
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Seguramente le caerá una sanción de 2 a 4 partidos por lo que ha reflejado en el acta el arbitro, así que no estará ni contra el Valencia ni contra la Real Sociedad en casa.
De todas formas el club debería protestar por la segunda amarilla para reducir la sanción y que no se dirige a ningun colegiado en sus palabras.
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Como le pongan más de 0/1 partido al Comandante y puto amo Morales knokando en to!!!!!
Y hasta puntúo en el Ferrete….
PD que coones puntúo ya!
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Seguramente le caerá una sanción de 2 a 4 partidos por lo que ha reflejado en el acta el arbitro, así que no estará ni contra el Valencia ni contra la Real Sociedad en casa.
De todas formas el club debería protestar por la segunda amarilla para reducir la sanción y que no se dirige a ningun colegiado en sus palabras.
No deberían de ponerle ningún partido, porque no se dirige a nadie. " La puta madre" no es una protesta al árbitro creo yo, y además el club debería recurrir la segunda amarilla y se la deberían quitar
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le van a caer 3 , sino hubiera dicho nada y el gestito de la mano al irse al vestuario. le hubieran hasta quitado la segunda . asi uno por la doble amarilla y dos por lo otro. asi esta montado el tibglado por la mafia arbitral. pero es lo q hay.
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Aun seguiremos diciendo lo mismo cuando lo sancionen y el mismo Morales "la puta madre, vaya tela, vaya tela"
#VayaTelaConMorales
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¿Menosprecio al árbitro?
¿Se sabe cual era el precio del árbitro?
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http://www.marca.com/futbol/levante/201 ... b461e.html
Haciendo de locutor en Radio Marca
Morales ya muestra cierta soltura y desparpajo ante los micrófonos y ha subido su apuesta: "Si acabamos décimos, repito otra vez el año que viene". El levantinista ha charlado con Koke Vegas, su mejor compañero en el vestuario y con el capitán del filial, Fran Manzanara, al que le ha deseado suerte en la fase de ascenso pero también ha compartido minutos con David Borrás, compañero en sus inicios en el mundo del fútbol, y con Ruth García, jugadora del Barcelona que afronta la final de Copa este fin de semana y a la que le une una gran amistad.
Que Koke sigue, ni se plantea, pues
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Qué es lo que repite? Ración de fabada?
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_"Quizás sea la historia de una irrupción un tanto inesperada. Las consignas estaban claramente establecidas. Juan Luis Mora, en calidad de miembro adscrito a la secretaría técnica del Levante, se desplazó hasta el Estadio de La Aldehuela con la firme intención de seguir las evoluciones de un zaguero vinculado al universo del Fuenlabrada. Volvemos a la temporada 2010-2011. Mora buscaba un defensa central, pero se dio de bruces con el Comandante. El cancerbero del inolvidable ascenso de 2004 quedó cautivado por las evoluciones de un jugador que hacía del descaro y del atrevimiento un procedimiento para manejarse y desenvolverse por el interior de la superficie del verde. El rastro de Morales entró en escena para asociar su estela al imaginario del Levante. Lo hizo de manera silenciosa e insospechada quizás preludiando las coordenadas de una carrera profesional que se distancia de los estándares a tenor de su desarrollo. “Hacía mucho frío aquella mañana en Madrid. El filial necesitaba un central”, rememora Mora cuando echa la vista atrás para explicar con palabras todo lo acontecido.
“Había un defensor del Fuenlabrada que nos interesaba. Por esa razón estaba allí”. Los recuerdos brotan desde su mente. No obstante, el nacimiento del encuentro, que estaba vinculado al marco de la Tercera División, mutó el guion de los acontecimientos. La mirada de Moraquedó posicionada sobre la vanguardia del equipo madrileño. De repente la figura del central pareció difuminarse. Su instinto se puso en alerta. “Me llamó la atención la vistosidad que tenía sobre el campo. Pedía el balón con insistencia, driblaba a los defensores, arrancaba con velocidad y llegaba hasta la línea de fondo para centrar”.
Morales en estado puro podría advertirse en virtud del catálogo de las singularidades que le caracterizan en el tiempo presente. Mora prosigue con la radiografía que efectuó. Las notas se acumulaban en su libreta con Morales como protagonista. “No era un futbolista egoísta. Eso también me llamo la atención. Entraba desde la banda izquierda o partía hacia el área desde la mediapunta. Tenía una zancada muy potente y mucha velocidad. Además, tenía un buen control de balón. Era más un asistente”. Hay futbolista que jamás varían su repertorio. Saltan al verde con la firme intención de brindar con el fútbol a partir de una manera muy particular de entenderlo.
La curiosidad inicial del técnico dio paso a un interés desmesurado. “Era un jugador muy interesante para el filial. Así que traté de indagar más y de acumular más información al margen de la estrictamente deportiva”. Se trata de un protocolo invariable en la recolección de datos. “El aspecto humano nos interesa mucho. La información de su entorno era importante”. Sin embargo, había un hándicap. Los recuerdos no son difusos. “Venía al filial con 24 años. Ya no era Sub’23”. La edad podía ser un problema. Por norma la composición de los filiales acentúa un perfil de jugador muy cercano todavía a la categoría Juvenil. Y no era el caso.
Había que valorar desde la profundidad su aterrizaje. “Había que hacerle un seguimiento muy exhaustivo. Tomé muchas referencias dentro y fuera del campo. Todos los informes eran muy positivos. Me decían que en el vestuario no hablada demasiado”. Sin embargo, esa tendencia hacia la timidez se desvanecía de raíz al anclar las botas al verde. En el campo era impetuoso y descarado. “Volví a Fuenlabrada para verlo de nuevo”. Su comportamiento consolidó su pensamiento. “Me reafirmé en todo lo que había visto”. Dos partidos fueron suficientes para descubrir sus capacidades y aconsejar su fichaje.
Morales aquel curso se hinchó a anotar goles, aunque mantuvo una relación entre el amor y el odio desde el punto de penalti. “No era su mejor especialidad”, acentúa Mora con sorna. “Manolo me dio vía libre para iniciar las negociaciones. Me puse en contacto con él. Quedamos en un hotel de Aranjuez. Yo llevaba el contrato”. Era la primera toma de contacto cara a cara. “Antes de sentarnos para explicarle cómo era el Levante, lo que queríamos de él, su posición, el traslado hacia Valencia… le pregunté si quería algo. Me refería a tomar algo. Me contestó que un boli para firmar”, lanza entre risas. Era su gran oportunidad y Morales lo sabía. El destino le ubicó en el sitio justo en el momento más idóneo.
Forjado a la sombra de las grandes canteras del balompié madrileño, el fútbol le mostraba un nuevo camino que desenmascarar. Mora reflexiona al respecto. “Me sorprendió mucho que no hubiera pasado por algún equipo de Madrid. No te digo el Real Madrid o Atlético, pero sí por Getafe o Leganés. Era un jugador conocido en el ámbito de la Tercera División madrileña. Era el último tren que le pasaba por la proyección que podía tener. Él quería venir a toda costa, aunque tenía que dejar a su familia y su ciudad. Llegaba a un filial con vistas al primer equipo”. En ese sentido la confianza era absoluta. “Siempre que firmas a un jugador para el filial lo haces con la convicción de que puede pasar a formar parte del primer equipo en un futuro no muy lejano”. En este caso había certezas. “Estábamos convencidos que podía dar el salto. Tenía condiciones y seguridad en sí mismo. Nadie le ha regalado nada”. El tiempo lo ha demostrado. El olfato de Mora no falló. La respuesta del Comandante tampoco."_
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@rana baileys:
_"Quizás sea la historia de una irrupción un tanto inesperada. Las consignas estaban claramente establecidas. Juan Luis Mora, en calidad de miembro adscrito a la secretaría técnica del Levante, se desplazó hasta el Estadio de La Aldehuela con la firme intención de seguir las evoluciones de un zaguero vinculado al universo del Fuenlabrada. Volvemos a la temporada 2010-2011. Mora buscaba un defensa central, pero se dio de bruces con el Comandante. El cancerbero del inolvidable ascenso de 2004 quedó cautivado por las evoluciones de un jugador que hacía del descaro y del atrevimiento un procedimiento para manejarse y desenvolverse por el interior de la superficie del verde. El rastro de Morales entró en escena para asociar su estela al imaginario del Levante. Lo hizo de manera silenciosa e insospechada quizás preludiando las coordenadas de una carrera profesional que se distancia de los estándares a tenor de su desarrollo. “Hacía mucho frío aquella mañana en Madrid. El filial necesitaba un central”, rememora Mora cuando echa la vista atrás para explicar con palabras todo lo acontecido.
“Había un defensor del Fuenlabrada que nos interesaba. Por esa razón estaba allí”. Los recuerdos brotan desde su mente. No obstante, el nacimiento del encuentro, que estaba vinculado al marco de la Tercera División, mutó el guion de los acontecimientos. La mirada de Moraquedó posicionada sobre la vanguardia del equipo madrileño. De repente la figura del central pareció difuminarse. Su instinto se puso en alerta. “Me llamó la atención la vistosidad que tenía sobre el campo. Pedía el balón con insistencia, driblaba a los defensores, arrancaba con velocidad y llegaba hasta la línea de fondo para centrar”.
Morales en estado puro podría advertirse en virtud del catálogo de las singularidades que le caracterizan en el tiempo presente. Mora prosigue con la radiografía que efectuó. Las notas se acumulaban en su libreta con Morales como protagonista. “No era un futbolista egoísta. Eso también me llamo la atención. Entraba desde la banda izquierda o partía hacia el área desde la mediapunta. Tenía una zancada muy potente y mucha velocidad. Además, tenía un buen control de balón. Era más un asistente”. Hay futbolista que jamás varían su repertorio. Saltan al verde con la firme intención de brindar con el fútbol a partir de una manera muy particular de entenderlo.
La curiosidad inicial del técnico dio paso a un interés desmesurado. “Era un jugador muy interesante para el filial. Así que traté de indagar más y de acumular más información al margen de la estrictamente deportiva”. Se trata de un protocolo invariable en la recolección de datos. “El aspecto humano nos interesa mucho. La información de su entorno era importante”. Sin embargo, había un hándicap. Los recuerdos no son difusos. “Venía al filial con 24 años. Ya no era Sub’23”. La edad podía ser un problema. Por norma la composición de los filiales acentúa un perfil de jugador muy cercano todavía a la categoría Juvenil. Y no era el caso.
Había que valorar desde la profundidad su aterrizaje. “Había que hacerle un seguimiento muy exhaustivo. Tomé muchas referencias dentro y fuera del campo. Todos los informes eran muy positivos. Me decían que en el vestuario no hablada demasiado”. Sin embargo, esa tendencia hacia la timidez se desvanecía de raíz al anclar las botas al verde. En el campo era impetuoso y descarado. “Volví a Fuenlabrada para verlo de nuevo”. Su comportamiento consolidó su pensamiento. “Me reafirmé en todo lo que había visto”. Dos partidos fueron suficientes para descubrir sus capacidades y aconsejar su fichaje.
Morales aquel curso se hinchó a anotar goles, aunque mantuvo una relación entre el amor y el odio desde el punto de penalti. “No era su mejor especialidad”, acentúa Mora con sorna. “Manolo me dio vía libre para iniciar las negociaciones. Me puse en contacto con él. Quedamos en un hotel de Aranjuez. Yo llevaba el contrato”. Era la primera toma de contacto cara a cara. “Antes de sentarnos para explicarle cómo era el Levante, lo que queríamos de él, su posición, el traslado hacia Valencia… le pregunté si quería algo. Me refería a tomar algo. Me contestó que un boli para firmar”, lanza entre risas. Era su gran oportunidad y Morales lo sabía. El destino le ubicó en el sitio justo en el momento más idóneo.
Forjado a la sombra de las grandes canteras del balompié madrileño, el fútbol le mostraba un nuevo camino que desenmascarar. Mora reflexiona al respecto. “Me sorprendió mucho que no hubiera pasado por algún equipo de Madrid. No te digo el Real Madrid o Atlético, pero sí por Getafe o Leganés. Era un jugador conocido en el ámbito de la Tercera División madrileña. Era el último tren que le pasaba por la proyección que podía tener. Él quería venir a toda costa, aunque tenía que dejar a su familia y su ciudad. Llegaba a un filial con vistas al primer equipo”. En ese sentido la confianza era absoluta. “Siempre que firmas a un jugador para el filial lo haces con la convicción de que puede pasar a formar parte del primer equipo en un futuro no muy lejano”. En este caso había certezas. “Estábamos convencidos que podía dar el salto. Tenía condiciones y seguridad en sí mismo. Nadie le ha regalado nada”. El tiempo lo ha demostrado. El olfato de Mora no falló. La respuesta del Comandante tampoco."_
E. Nadal, jajajaja.
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Iba a intentar leerlo para citar alguna de sus genialidades… pero uff, paso.