ETERNO ECHEGARAY
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Antes (1881)
¡Nada!… ¡Imposible!... Esto es luchar con lo imposible. La idea está aquí: bajo mi ardorosa frente se agita; yo la siento; a veces luz interna la ilumina, y la veo... La veo con su forma flotante, con sus vagos contornos, y de repente suenan en sus ocultos senos voces que la animan, gritos de dolor, amorosos suspiros, carcajadas sardónicas... ¡todo un mundo de pasiones que viven y luchan!... ¡y fuera de mí se lanzan, y a mi alrededor se extienden, y los aires llenan! Entonces, entonces me digo a mí mismo: -«Este es el instante,»- y tomo la pluma, y con la mirada fija en el espacio, con el oído atento, conteniendo los latidos del corazón, sobre el papel me inclino..
Ahora (2018):
Los focos le iluminaron quizás en uno de los escenarios más relevantes del balompié español. La heráldica marca el paso del Estadio San Mamés, heredero de una tradición futbolística que hunde sus raíces en la profunda noche de los tiempos. En ese espacio se expresó Bardhi. Lo hizo con contundencia y con convicción. El internacional por Macedonia era uno de los futbolistas más buscados a la conclusión de una victoria con abolengo que acerca a la escuadra azulgrana al desafío que significa abrazar la permanencia en el marco de LaLiga Santander. Sus reflexiones tenían consideración después de lo acontecido durante la evolución del duelo. Fue un doblete venenoso. Fueron dos minutos de unos efectos devastadores por las consecuencias de los dos zarpazos protagonizados por el futbolista de origen balcánico. Era el crepúsculo del primer capítulo del juego. El ejercicio de perseverancia y de certidumbre transmitido por el colectivo granota obtenía su recompensa.
Bardhi mutó la naturaleza de un partido que germinó borroso tras la diana obtenida por Raúl García. El encuentro parecía estar marcado por la envergadura de los goles conquistados por los rivales. Enis Bardhi respondió con clarividencia al futbolista rojiblanco para aniquilar la portería defendida por Kepa. El tiempo se desvaneció a su alrededor para difuminar las distintas variables que caracterizan su habitual mediación. En realidad, el tiempo quedó aletargado como la mirada del cancerbero vasco tratando de descodificar dos mensajes mortales por su contenido. Los dos minutos que distanciaron las sendas detonaciones del centrocampista azulgrana fueron el presagio de una pesadilla para Kepa. Nunca dos minutos escondieron semejante trascendencia. La huella de los dos goles ya es imborrable. Posiblemente permanezca en la mente de Bardhi y forme parte de la selectiva memoria colectiva del levantinismo.
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Emilio Nadal ?
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¡Canta, oh diosa, la gloria del certero Bardhi, destructor de las pétreas murallas de losSanmamesios!
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¡Canta, oh diosa, la gloria del certero Bardhi, destructor de las pétreas murallas de los sanmamesios!
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Pese a ser un hombre polifacético, un auténtico renacentista fuera de época, Echegaray ha pasado al imaginario español con ese dicho de "montar un drama de Echegaray"
Una persona que nunca fue realmente reconocida en toda su valía, pese al Nobel que recibió…de los suecos.
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Falta el "pasto"