Post para meditar
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Vamos con otra ración de Kempis
Los deseos sensuales nos llevan a pasatiempos; mas, pasada aquella hora, ¿qué nos queda sino pesadumbre de conciencia y derramamiento de corazón?
La salida alegre causa muchas veces una triste vuelta, y la alegre trasnochada hace triste mañana. Así, todo gozo carnal entra blandamente; mas, al cabo, muerde y mata.
¿Qué puedes ver en otro lugar que aquí no lo veas? Aquí ves el cielo y la tierra y todos los elementos, y de éstos fueron hechas todas las cosas.
¿Qué puedes ver en algún lugar que permanezca mucho tiempo debajo del sol?
¿Piensas, acaso, satisfacer tu apetito? Pues no lo alcanzarás.
Si vieses todas las cosas delante de ti, ¿qué sería sino una vista vana? Alza tus ojos a Dis en el cielo, y ruega por tus pecados y negligencias.
Deja lo vano a los vanos, y tú ten cuidado de lo que te manda Dios.De la imitación de Cristo. Tomás de Kempis. Libro 1, capítulo 20, 7-8.
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El hombre contemporáneo, aunque no sea consciente de ello, vive inmerso en la filosofía de la autonomía del individuo (o autonomía del yo, o de la voluntad, o de la conciencia), de origen liberal. Bajo la premisa de la infalibilidad del criterio propio, se postula que, de las enseñanzas ajenas, uno solo toma aquello que le conviene, le convence o le interesa. Más frecuentemente, en realidad, lo que le apetece. En pocas palabras, que cada uno se crea su moral a medida.
Eso hace que haya un rechazo innato a las filosofías morales que propugnan reglas objetivas porque provienen de Dios por revelación, en nuestro medio sobre todo las de origen cristiano. No es algo nuevo.
De las lecturas del domingo pasado podemos extraer esta de la carta a los Hebreos de san Pablo, en la que reflexiona acerca de un aspecto desgradable de tratar, incluso para los predicadores: cuando Dios reprende a los desobedientes. En resumen, que la reprensión, e incluso el castigo, no es sino por amor, y para que el hombre falible enderece su camino al bien.
"Hermanos:
Habéis olvidado la exhortación paternal que os dieron: «Hijo mío, no rechaces la corrección del Señor, ni te desanimes por su reprensión; porque el Señor reprende a los que ama y castiga a sus hijos preferidos». Soportáis la prueba para vuestra corrección, porque Dios os trata como a hijos, pues ¿qué padre no corrige a sus hijos?
Ninguna corrección resulta agradable, en el momento, sino que duele; pero luego produce fruto apacible de justicia a los ejercitados en ella.
Por eso, fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes, y caminad por una senda llana: así el pie cojo, no se retuerce, sino que se cura". -
@gimnastico_1909 dijo en Post para meditar:
El hombre contemporáneo, aunque no sea consciente de ello, vive inmerso en la filosofía de la autonomía del individuo (o autonomía del yo, o de la voluntad, o de la conciencia), de origen liberal. Bajo la premisa de la infalibilidad del criterio propio, se postula que, de las enseñanzas ajenas, uno solo toma aquello que le conviene, le convence o le interesa. Más frecuentemente, en realidad, lo que le apetece. En pocas palabras, que cada uno se crea su moral a medida.
Eso hace que haya un rechazo innato a las filosofías morales que propugnan reglas objetivas porque provienen de Dios por revelación, en nuestro medio sobre todo las de origen cristiano. No es algo nuevo.
De las lecturas del domingo pasado podemos extraer esta de la carta a los Hebreos de san Pablo, en la que reflexiona acerca de un aspecto desgradable de tratar, incluso para los predicadores: cuando Dios reprende a los desobedientes. En resumen, que la reprensión, e incluso el castigo, no es sino por amor, y para que el hombre falible enderece su camino al bien.
"Hermanos:
Habéis olvidado la exhortación paternal que os dieron: «Hijo mío, no rechaces la corrección del Señor, ni te desanimes por su reprensión; porque el Señor reprende a los que ama y castiga a sus hijos preferidos». Soportáis la prueba para vuestra corrección, porque Dios os trata como a hijos, pues ¿qué padre no corrige a sus hijos?
Ninguna corrección resulta agradable, en el momento, sino que duele; pero luego produce fruto apacible de justicia a los ejercitados en ella.
Por eso, fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes, y caminad por una senda llana: así el pie cojo, no se retuerce, sino que se cura".Interesante reflexión la tuya. A ver si en otro momento, no ahora con este calorazo y un partido en breve, lo podemos comentar.
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"La música sacra es el último recuerdo que nos queda del paraíso perdido"
Santa Hildegarda de Bingen -
@rana-baileys los torpes ecos de los cantos de los coros celestiales a Dios Creador de los Cielos y la Tierra.
Isaias 6, 1-4
Lucas 2, 13-14
Apocalipsis 5, 8-14.
Apocalipsis 14, 2-3
Apocalipsis 19, 1-8 -
De esos textos, me quedo con Lucas y su apelación a la paz en la tierra.
El segundo de Apocalipsis ha dado pie a una interpretación absurda de los Testigos de Jehová.Y aprovechando que el Turia pasa por Pontevedra, quizá sea interesante la lectura de la última encíclica de Juan XXIII "Pacem y Terris" (me ha venido a la mente con lo de Paz en la Tierra).
Se puede leer en una media hora y aporta cuestiones muy interesantes sobre, por ejemplo, la inmigración, el desarme o los derechos humanos. -
@rana-baileys dijo en Post para meditar:
De esos textos, me quedo con Lucas y su apelación a la paz en la tierra.
El segundo de Apocalipsis ha dado pie a una interpretación absurda de los Testigos de Jehová.Y aprovechando que el Turia pasa por Pontevedra, quizá sea interesante la lectura de la última encíclica de Juan XXIII "Pacem y Terris" (me ha venido a la mente con lo de Paz en la Tierra).
Se puede leer en una media hora y aporta cuestiones muy interesantes sobre, por ejemplo, la inmigración, el desarme o los derechos humanos.Los Testigos de Jehová son perfectamente capaces de hacer una interpretación absurda del Apocalipsis entero.
San Juan en general es alegórico, y donde más es en este libro. No puedes hacer una lectura literal y quedarte tan fresco. Por eso hay exégetas especializados para ello.Gracias por la recomendación. A ver cuándo le puedo echar un vistazo.
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@gimnastico_1909 veo que el p. corrector sigue haciendo de las suyas. Anoche con Santa Hildegarda y hoy con la encíclica. Es Pacem in Terris.
Estoy bastante harto de este "mecanismo". -
De las lecturas del día de hoy que propone la Iglesia católica, destaco esta del libro de la Sabiduría, capítulo 6
1. Oíd, pues, reyes, y entended. Aprended, jueces de los confines de la tierra.
2.Estad atentos los que gobernáis multitudes y estáis orgullosos de la muchedumbre de vuestros pueblos.
3.Porque del Señor habéis recibido el poder, del Altísimo, la soberanía; él examinará vuestras obras y sondeará vuestras intenciones.
4.Si, como ministros que sois de su reino, no habéis juzgado rectamente, ni observado la ley, ni caminado siguiendo la voluntad de Dios,
5.terrible y repentino se presentará ante vosotros. Porque un juicio implacable espera a los que están en lo alto;
6.al pequeño, por piedad, se le perdona, pero los poderosos serán poderosamente examinados.
7.Que el Señor de todos ante nadie retrocede, no hay grandeza que se le imponga; al pequeño como al grande él mismo los hizo y de todos tiene igual cuidado,
8.pero una investigación severa aguarda a los que están en el poder.
9.A vosotros, pues, soberanos, se dirigen mis palabras para que aprendaís sabiduría y no faltéis;
10.porque los que guarden santamente las cosas santas, serán reconocidos santos, y los que se dejen instruir en ellas, encontrarán defensa.El libro de la Sabiduría fue escrito en griego por un judío helenizado de Alejandría (donde la comunidad de la diáspora judía era muy numerosa). Probablemente en las décadas anteriores al nacimiento de Jesús, o incluso en vida de este, siendo el último libro (cronológicamente) del Antiguo Testamento. Como su nombre indica, está consagrado a la Sabiduría o Logos, es decir, la acción de Dios en la naturaleza y muy específicamente en el hombre. Así, el varón sabio era lo mismo que el varón piadoso.
No está consignada en el Tanaj o Biblia Hebrea contemporánea, pero sí en la antigua recensión que hicieron los míticos setenta sabios judíos de los libros sagrados judíos en la época de Jesús (la llamada Septuaginta), cuando tradujeron al griego los principales libros de la Torá hebrea para los judíos de la diáspora que no entendían el hebreo o el arameo, razón por la que está incluido en el Antiguo Testamento cristiano.
La Biblia hebráica actual siguió en cambio las llamadas versiones masoréticas, es decir, las hebreas originales, por eso no incluye muchos libros escritos originalmente en griego y considerados por ello no inspirados, como este que nos ocupan. -
@gimnastico_1909 te ha faltado alguna imagen del tema, pero muy bien explicado, mis felicitaciones