Este triste forofismo y fanatismo es el que se transmite a los niños en cientos de campos de futbol, luego salen en la tele -y aún en el mismísmo patio del colegio- y muchos se comportan de forma anti-natural, haciendo burdas imitaciones de sus ídolos: imitando caidas, inventando dolor, mostrando una euforia excesiva y desmesurada, o por el contrario llorando como si la vida les fuera en ello, hablando ante los medios como adultos y no como niños, con los tópicos del futbol, en definitiva abandonando el carácter puramente lúdico y recreativo. La culpa no es de ellos, evidentemente. El todo vale, el no aceptar la derrota, el no disfrutar del proceso y sólo del resultado se lo transmiten los adultos. En fin, una vergüenza, ello y ciertos comentarios de los foros.