Para que digáis que la teología no puede también hacer chistes.
Estaba un día Jesús enseñando en el Templo, cuando un grupo de hombres le trajo a una mujer. Para probarle le dijeron "rabbí, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos ordena apedrearla. ¿Tú qué dices?". Jesús se puso a escribir en el suelo.
Como ellos insistieran, se levantó y, mirándoles a los ojos, les dijo "el que esté libre de pecado que tire la primera piedra".
Entonces se oyó un fiuuuuuu, y un canto rodado le arreó a la pobre adúltera en toda la jeta, que casi le saca un ojo.
Jesús miró de reojo, suspiró y dijo con reconvención "mamaaaaaá, ¿qué te había dicho?"
