Las citas del moro
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Con vuestro permiso, abro un espacio para escribir citas de los últimos libros que me he leído.
Se da la posibilidad porque ante la falta de la libreta donde las apunto, no me queda otra que "copiarlas y pegarlas" en una de estas aplicaciones de "notas" a la espera de poder escribirlas cuando vuelva a tener la libreta en mi poder.
Digo este dato porque aunque la falta de interés en el propio hilo pueda ser lo que acabe sumiéndolo en las profundidades de este subforo, pase esto o no, acabará haciéndolo porque es finito el hecho de recopilar las citas de forma "virtual" (y por tanto accesible para ponerlas aquí fácilmente), como ya he comentado.Tras este rollo, allá van:
EN EL ENJAMBRE- Así, hoy es posible una explotación sin dominación.
- El medio del espíritu es el silencio. Sin duda, la comunicación digital destruye el silencio. Lo aditivo, que engendra el ruido comunicativo, no es el modo de andar del espíritu.
- La parte verbal de la comunicación es muy escasa. El núcleo de la comunicación está constituido por las formas no verbales, tales como los gestos, la expresión de la cara, el lenguaje corporal. Esas formas confieren a la comunicación su carácter táctil. Con la dimensión táctil no nos referimos al contacto corporal, sino a la pluralidad de dimensiones y estratos en la percepción humana, que no se reduce a lo visual, sino que implica también la participación de otros sentidos. El medio digital despoja la comunicación de su carácter táctil y corporal. Por la eficiencia y comodidad de la comunicación digital evitamos cada vez más el contacto directo con las personas reales, es más, con lo real en general. El medio digital hace que desaparezca el enfrente real. Lo registra como resistencia. Así pues, la comunicación digital carece de cuerpo y de rostro.
- El mero vivir, que hemos de prolongar a todo precio, carece de nacimiento y de muerte. El tiempo de lo digital es una época posnatal y posmortal.
- El imperativo neoliberal del rendimiento trasforma el tiempo en tiempo de trabajo. Totaliza el tiempo de trabajo. La pausa es solamente una fase del tiempo de trabajo. Hoy no tenemos otro tiempo que el del trabajo. Y así lo llevamos con nosotros también a las vacaciones, e incluso al sueño. Por eso hoy dormimos inquietos. Los agotados sujetos del rendimiento duermen de la misma manera que se duerme la pierna. Y la relajación no es más que un modo de trabajo, en la medida en que sirve para la regeneración de la fuerza laboral. La diversión no es lo otro del trabajo, sino su producto.
- La palabra «digital» refiere al dedo (digitas), que ante todo cuenta. La cultura digital descansa en los dedos que cuentan. Historia, en cambio, es narración. Ella no cuenta. Contar es una categoría poshistórica. Ni los tweets ni las informaciones se cuentan para dar lugar a una narración. Tampoco la timeline (línea del tiempo) narra ninguna historia de la vida, ninguna biografía. Es aditiva y no narrativa. El hombre digital digita en el sentido de que cuenta y calcula constantemente. Lo digital absolutiza el número y el contar. También los amigos de Facebook son, ante todo, contados. La amistad, por el contrario, es una narración. La época digital totaliza lo aditivo, el contar y lo numerable. Incluso las inclinaciones se cuentan en forma de «me gusta». Lo narrativo pierde importancia considerablemente. Hoy todo se hace numerable, para poder transformarlo en el lenguaje del rendimiento y de la eficiencia. Así, hoy deja de ser todo lo que no puede contarse numéricamente. La información es acumulativa y aditiva, mientras que la verdad es exclusiva y selectiva. En contraposición a la información, no se amontona. En efecto, no la encontramos con frecuencia. No hay ninguna masa de verdad. En cambio, hay masa de información. Sin negatividad se llega a una masificación de lo positivo. La información, en virtud de su positividad, se distingue también del saber. El saber no está patente ante nosotros sin más. No lo hallamos de antemano, a diferencia de la información. Al saber lo precede con frecuencia una larga experiencia. Su temporalidad es completamente distinta de la que corresponde a la información, que es breve y tiene muy corta duración. La información es explícita, mientras que el saber adopta a menudo una forma implícita.
- Gracias a las gafas de datos, la percepción
humana alcanza una eficiencia total. Se hace presa no solo con cada clic, sino también con cada mirada. Ver el mundo coincide con captar el mundo. Las Google Glass totalizan la óptica de los cazadores, que ofusca todo lo que no es una presa, es decir, lo que no permite ninguna información. Pero, en el fondo, la dicha más profunda de la percepción, de ver, consiste en la carencia de eficiencia. Brota de la mirada larga, que se demora en las cosas sin explotarlas. - La compra no presupone ningún discurso. El consumidor compra lo que le gusta. Sigue sus inclinaciones individuales. Su divisa es me gusta. No es ningún ciudadano. La responsabilidad por la comunidad caracteriza al ciudadano. Pero el consumidor no tiene esa responsabilidad. En el ágora digital, donde coinciden el local electoral y el mercado, la polis y la economía, los electores se comportan como consumidores.
Puede preverse que internet pronto sustituirá al local electoral. Entonces las elecciones y la compra, lo mismo que en QUBE, tendrían lugar en la misma pantalla gráfica, es decir, en el mismo plano de conciencia. La propaganda electoral se mezclaría con la propaganda comercial. También el acto de gobernar se acerca al marketing. Las encuestas políticas equivalen a una prospección del mercado. Los votos electorales son explorados mediante data mining (exploración de datos). Los votos negativos son eliminados mediante nuevas ofertas atractivas. Aquí ya no somos agentes activos, no somos ciudadanos, sino consumidores pasivos. - La teoría es un constructo, un medio auxiliar, que compensa la falta de datos. Cuando disponemos de suficientes datos, la teoría es superflua. La posibilidad de sacar modelos de conducta de las masas a partir de grandes datos marca el comienzo de la psicopolítica digital.
LA EXPULSIÓN DE LO DISTINTO
- Hoy vivimos en un sistema neoliberal que elimina estructuras estables en el
tiempo, que para incrementar la productividad fragmenta el tiempo de vida y hace que lo vinculante y obligatorio se vuelva obsoleto. Esta política temporal neoliberal genera miedo e inseguridad. Y el neoliberalismo individualiza al hombre convirtiéndolo en un aislado empresario de sí mismo. La individualización que acompaña a la pérdida de solidaridad y a la competencia total provoca miedo. La pérfida lógica del neoliberalismo reza: el miedo incrementa la productividad. - El silencio es lenguaje, mientras que el ruido de la comunicación no lo es.
- (Marx): Cuanto más confía el hombre en Dios tanto menos se guarda para sí mismo. El trabajador consagra su vida al objeto, pero entonces resulta que su vida ya no le pertenece a él, sino al objeto. Cuanto mayor sea esta
actividad, tanta menos razón de ser tendrá el trabajador. Lo que es producto de su trabajo, él mismo no lo es. Es decir, cuanto mayor sea el producto, tanto menos será él. - Vivimos en una época posmarxista. En el régimen neoliberal la explotación ya no se produce como alienación y desrealización de sí mismo, sino como libertad, como autorrealización y autooptimización. Aquí ya no existe el otro como explotador que me fuerza a trabajar y me aliena de mí mismo. Más bien, yo me exploto a mí mismo voluntariamente creyendo que me estoy realizando. Esta es la pérfida lógica del neoliberalismo. Así es también la primera fase de euforia del proceso de burnout o «síndrome del trabajador quemado». Me lanzo eufórico a trabajar, hasta que al final me derrumbo. Me mato a realizarme. Me mato a optimizarme. Tras el espejismo de la libertad se esconde el dominio neoliberal. El dominio se consuma en el momencto en que coincide con la libertad. Esta sensación de libertad resulta fatídica en la medida en que vuelve imposible toda resistencia, toda revolución. ¿Contra qué debería dirigirse la revolución? Al fin y al cabo, no existen otros de quienes provenga una represión.
- El «me gusta» es el grado absolutamente nulo de la percepción.
- El amor presupone siempre una alteridad, pero no solo la alteridad del otro, sino también la alteridad de uno mismo. La dualidad de la persona es constitutiva del amor a sí mismo:
¿En qué consiste el amor si no en entender y alegrarse de que haya otro que viva, actúe y sienta de forma distinta e incluso opuesta a como lo hacemos nosotros? Para que el amor franquee las oposiciones valiéndose
de la alegría es necesario que no las elimine, que no las niegue. Incluso el amor a sí mismo implica como condición previa la dualidad (o pluralidad) no miscible en una misma persona. Cuando toda dualidad se ha extinguido uno se ahoga en sí mismo. Cuando falta toda dualidad uno se fusiona consigo mismo. Esta fusión nuclear narcisista resulta mortal. - Escuchar no es un acto pasivo. Se caracteriza por una actividad peculiar. Primero tengo que dar la bienvenida al otro, es decir, tengo que afirmar al otro en su alteridad. Luego atiendo a lo que dice. Escuchar es un prestar, un dar, un don. Es lo único que le ayuda al otro a hablar. No sigue pasivamente el discurso del otro. En cierto sentido, la escucha antecede al habla. Escuchar es lo único que hace que el otro hable. Yo ya escucho antes de que el otro hable, o escucho para que el otro hable. La escucha invita al otro a hablar, liberándolo para su alteridad. El oyente es una caja de resonancia en la que el otro se libera hablando. Así, escuchar puede tener para el otro salutíferos.
Ambos libros son de Byung-Chul Han y el segundo ya lo comento (en un hilo que él mismo creó) Lev en su día.
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Muy buenos textos, especialmente los que se refieren al neoliberalismo.
La cita de Marx, excepto la primera frase, muy atinada.
Espero nuevas entregas.
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LA PESTE
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Sin duda, nada es más natural hoy día que ver
a las gentes trabajar de la mañana a la noche y en seguida elegir, entre el café, el juego y la charla, el modo de perder el tiempo que les queda por vivir. Pero hay ciudades y países donde las gentes tienen, de cuando en cuando, la sospecha de que existe otra cosa. En general, esto no hace cambiar sus vidas, pero al menos han tenido la sospecha y eso es su ganancia. Oran, por el contrario, es en apariencia una ciudad sin ninguna sospecha, es decir, una ciudad enteramente moderna. Por lo tanto, no es necesario especificar la manera de amar que se estila. Los hombres y mujeres o bien se devoran rápidamente en eso que se llama el acto del amor, o bien se crean el compromiso de una larga costumbre a dúo. Entre estos dos extremos no hay término medio. Eso tampoco es original. En Oran, como en otras partes, por falta de tiempo y de reflexión, se ve uno obligado a amar sin darse cuenta. -
La prensa, tan habladora en el asunto de las ratas, no decía nada. Porque las ratas mueren en la calle y los hombres en sus cuartos y los periódicos sólo se ocupan de la calle.
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Cuando estalla una guerra las gentes se dicen: "Esto no puede durar, es demasiado estúpido." Y sin duda una guerra es evidentemente demasiado estúpida, pero eso no impide que dure. La estupidez insiste siempre, uno se daría cuenta de ello si uno no pensara siempre en sí
mismo. -
Mirando por la ventana su ciudad que no había cambiado, apenas si el doctor sentía nacer en él ese ligero descorazonamiento ante el porvenir que se llama inquietud. Procuraba reunir en su memoria todo lo que sabía sobre esta enfermedad. Ciertas cifras flotaban en su
recuerdo y se decía que la treintena de grandes pestes que la historia ha conocido había causado cerca de cien millones de muertos. Pero ¿qué son cien millones de muertos? Cuando se ha hecho la guerra apenas sabe ya nadie lo que es un muerto. Y además un hombre muerto solamente tiene peso cuando le ha visto uno muerto; cien millones de cadáveres, sembrados a través de la historia, no son más que humo en la imaginación. El doctor recordaba la peste de Constantinopla que según Procopio había hecho diez mil víctimas en un día. Diez mil muertos hacen cinco veces el público de un gran cine. Esto es lo que hay que hacer. Reunir a las gentes a la salida de cinco cines, conducirlas a una playa de la ciudad y hacerlas morir en montón para
ver las cosas claras. Además habría que poner algunas caras conocidas por encima de ese amontonamiento anónimo. Pero naturalmente esto es imposible de realizar, y además ¿quién conoce diez mil caras? Por lo demás, esas gentes como Procopio no sabían contar; es cosa sabida. En Cantón hace setenta años cuarenta mil ratas murieron de la peste antes de que la plaga se interesase por los habitantes. Pero en 1871 no hubo manera de contar las ratas. Se hizo un cálculo aproximado, con probabilidades de error. Y sin embargo, si una rata tiene treinta centímetros de largo,
cuarenta mil ratas puestas una detrás de otra harían… -
El resto de la historia, según Grand, era muy simple. Es lo mismo para todos: la gente se casa, se quiere todavía un poco de tiempo, trabaja. Trabaja tanto que se olvida de quererse.
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Sí, la peste, como la abstracción, era monótona.
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EL ÁMBITO DEL ZEN
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"No dependais de mi, es decir, no dependais de los otros, pues lo que los otros pueden hacer por vosotros es suyo, no vuestro."
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"La felicidad supone la existencia de algo que no lleva del todo a la felicidad, por ejemplo, la felicidad siempre se presenta junto con la infelicidad. Es relativa. Anhelamos la felicidad, pero cuando la tenemos no estamos satisfechos con ella, y encontramos que esa felicidad no es, después de todo, tan feliz; y entonces pensamos en algo más feliz. Eso es lo que nos impulsa continuamente. Por lo tanto, si el Paraíso se materializara no sabríamos que hacer. ¡Padeceríamos aburrimiento y desearíamos regresar al infierno! El infierno es más interesante, y siempre tiene un cierto estímulo, pues aunque padecemos dolor queremos librarnos de él. Pero si todo ocurriera placenteramente, ¿de qué serviría vivir? La vida siempre significa estímulo, el dolor es sumamente necesario. Hablamos acerca de la paz absoluta o la libertad absoluta, pero si tuviéramos una libertad absoluta nos gustaría tener esa libertad restringida. La libertad absoluta no es un estado en el que podamos vivir. Por ello mientras estemos vivos debemos tener algo que contradiga nuestro principio de vida; es decir, la vida, el devenir, el mundo."
*Estas dos las he encontrado perdidas en el "bloc de notas", una pena que por aquel entonces no las guardase.
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EL AROMA DEL TIEMPO
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La palabra "industria" proviene originalmente de la expresión latina industria, que significa "laboriosidad". El término inglés industry sigue manteniendo hoy en día el significado de "laboriosidad" y "actividad". Industrial school significa, maás o menos, "correccional". La industrialización no solo supone la maquinización del mundo, sino también la disciplinación del hombre. No solo instala máquinas sino también dispositivos que intentan optimizar los comportamientos humanos, incluso corporales, a nivel temporal y económico-laboral [...]
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La industrialización como maquinización acerca el tiempo humano al tiempo de las máquinas. El dispositivo industrial es un imperativo económico-temporal, que forma al hombre de acuerdo al ritmo de las máquinas. Iguala la vida humana al proceso de trabajo y al funcionamiento de las máquinas. La vida guiada por el trabajo es una vida activa, que está absolutamente apartada de la vita contemplativa. Si el hombre pierde toda capacidad contemplativa se rebaja a animal laborans. La vida que se equipara al proceso de trabajo de las máquinas solo conoce pausas, entretiempos libres de trabajo que sirven para recuperarse del mismo, para poder ponerse otra vez a disposición del proceso de trabajo. De ahí que la "relajación" o "desconexión" no supongan ningún contrapeso al trabajo. También están involucradas en el proceso de trabajo, puesto que, ante todo, sirven para recuperar la capacidad laboral.
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La llamada sociedad del tiempo ibre y del consumo comporta, en relación al trabajo, ningún cambio sustancial. No es ajena al imperativo del trabajo. El impulso ya no procede de las necesidades de la vida, sino del propio trabajo [...], la sociedad del trabajo es una sociedad en la que el trabajo en sí está separado de las necesidades de la vida, se ha independizado y se ha convertido en un fin en sí mismo absoluto. El trabajo se totaliza de tal modo, que más allá del tiempo laboral, solo queda matar el tiempo. La totalización del trabajo anula otras fromas y proyectos de vida [...]
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La sociedad del consumo y del tiempo libre presenta una temporalidad particular. El tiempo sobrante, que se debe a un aumento de la productividad, se llena con acontecimientos y vivencias superficiales y fugaces. Puesto que nada ata el tiempo de manera duradera, parece que este transcure muy deprisa o de que todo se acelera. El consumo y la duración se contradicen. Los bienes no duran. Llevan inscrita la fecha de caducidad como elemento constitutivo. El ciclo de aparición y desaparición de las cosas es cada vez más breve. El imperativo capitalista del crecimiento lleva consigo que las cosas se produzcan y se consuman en un lapso de tiempo cada vez más corto. La presión del consumo es inmanente al sistema de producción. El crecimiento económico depende del consumo y el uso vertiginoso de las cosas. La economía basada en el consumo sucumbiría si de pronto la gente empezara a embellecer las cosas, a protegerlas frente a la caducidad, a ayudarlas a lograr una duración.
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En la sociedad del consumo se pierde el demorarse. Los objetos de consumo no dan lugar a ninguna contemplación. Se usan y se consumen lo más rápido posible, para dejar lugar a nuevos productos y necesidades. La demora contemplativa presupone que las cosas tienen una duración. La presión del consumo, sin embargo, suprime la duración [...] El tiempo del trabajo, el tiempo como trabajo, no tiene duración. Consume el tiempo produciendo. La perdurabilidad y el sosiego rehuyen el uso y el consumo. Crean una duración. La vita contemplativa es una praxis de la duración. Genera otro tiempo al interrumpir el tiempo del trabajo.
*Mismo caso que las anteriores, no son libros que haya leído recientemente sino hace casi un año, he topado por casualidad con ellas.
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Gracias @Nabil-El-Zhar. Las he visto por encima pero mañana las leeré como Dios manda.
Uno de esos libros me lo tuve que leer en francés.
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@Nabil-El-Zhar, ya leído. Muy interesante.
Voy a dar dos apuntes
Efectivamente, Orán era una ciudad muy "liberal" en aquellos tiempos. Y lo digo porque tuve familiares viviendo allí. Una chica de unos 20 años volvió a España a principios de los 70 y escandalizaba a algunos por sus costumbres.
En cuanto a la felicidad, disiento. Existe para mi un "tope razonable" a partir del cual das como bueno el resultado e intentas mantenerlo.
Es lo que tiene ser forofo de un equipo sufridor. Se te hace extensivo a otros ámbitos de la vida.
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LA CAÍDA - Camus
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¿Advirtió usted que sólo la muerte despierta
nuestros sentimientos? ¡Cómo queremos a los amigos que acaban de abandonarnos!
¿No le parece? ¡Cómo admiramos a los maestros que ya no hablan y que tienen la
boca llena de tierra! El homenaje nace entonces con toda espontaneidad, ese homenaje que, tal vez, ellos habían estado esperando que les rindiéramos durante toda su vida. Pero ¿sabe usted por qué somos siempre más justos y más generosos con los muertos? La razón es sencilla. Con ellos no tenemos obligación alguna. Nos dejan en libertad, podemos disponer de nuestro tiempo, rendir el homenaje entre un cocktail y una cita galante; en suma, a ratos perdidos. Si nos obligaran a algo, nos
obligarían en la memoria, y lo cierto es que tenemos la memoria breve. No, en nuestros amigos, al que amamos es al muerto reciente, al muerto doloroso; es decir, nuestra emoción, o sea, ¡a nosotros mismos, en suma! -
¡Es menester que pase algo en nuestra vida!
Aquí tiene usted la explicación de la mayor parte de los compromisos humanos.
Es menester que pase algo, aunque sea el sometimiento sin amor, aunque sea la
guerra o la muerte. ¡Vivan, pues, los entierros! -
Casa deliciosa, ¿no? Las dos cabezas que ve usted allí son de esclavos negros. Se trata de un anuncio. La casa pertenecía a un vendedor de esclavos. ¡Ah!, en aquellos tiempos nadie escondía su juego. Tenían estómago, decían: "Vaya, tengo riquezas, trafico con esclavos, vendido carne negra." ¿Se imagina usted hoy a alguien que hiciera conocer así públicamente que ése es su oficio? ¡Qué escándalo! Ya me parece oír a mis conciudadanos parisienses; es que ellos son irreductibles en este punto. No
vacilarían en lanzar dos o tres manifiestos; y tal vez más. Y, pensándolo bien, yo agregaría mi firma a las de ellos. La esclavitud, ¡ah! Pero no; estamos contra ella. Que nos veamos obligados a instalarla en nuestra casa o en las fábricas, pase. Eso está en el orden de las cosas. ¡Pero, vanagloriarse de ello es el colmo! -
Ya sé que no podemos prescindir de dominar o de que nos sirvan. Cada ser humano tiene necesidad de esclavos como el aire puro. Mandar es respirar. ¿También usted es de la misma opinión? Y hasta los más desheredados consiguen respirar. El último en la escala social tiene todavía a su cónyuge o a su hijo; si es soltero, a un perro. En suma, que lo esencial es poder enojarse sin que el otro tenga derecho a
responder. "No se le responde al padre." ¿Conoce usted la fórmula? En cierto sentido
es bien singular, porque, ¿a quién habíamos de responder en este mundo, sino a los que amamos? Pero, en otro sentido, es convincente. Alguien tiene que tener, al fin de cuentas, la última palabra. Porque a toda razón puede oponérsele otra, y así no se terminaría nunca. El poder, en cambio, lo decide todo terminantemente. Hemos tardado, pero al fin lo comprendimos. Por ejemplo, y usted debe de haberlo notado, nuestra vieja Europa filosofa por fin corno es debido. Ya no decimos, como en épocas ingenuas: "Yo pienso así, ¿cuáles son sus objeciones?" Ahora hemos adquirido
lucidez; reemplazamos el diálogo por el comunicado.
"Nosotros decirnos que ésta es la verdad. Vosotros siempre podréis discutirla. Eso
no nos interesa.
Pero, dentro de ayunos años, la policía os mostrará que yo tengo razón." -
Ya se lo dije a usted: se trata de sustraerse al juicio. Como es difícil sustraerse a él, y como es cosa delicada hacer admirar y al mismo tiempo excusar su propia naturaleza, todos procuran ser ricos. ¿Por qué? ¿Se lo preguntó usted? Por el poder que la riqueza tiene, desde luego. Pero, sobre todo, porque la riqueza nos sustrae al juicio inmediato, nos separa de las multitudes del subterráneo para meternos en una carrocería niquelada. Nos aísla en vastos parques bien cuidados, en coches dormitorios, en cabinas de lujo. La riqueza, querido amigo, no es todavía el sobreseimiento definitivo, pero sí la concesión de la libertad provisional, que nunca viene mal...
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Albert Camus siempre fue en mi opinión un puto amo.
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Gracias @Nabil-El-Zhar 🖒
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Hay una frase de Camus que no es de sus libros, y es (cito de memoria): yo sería conservador si lo que hay que conservar mereciera la pena.
La vida fue cruel con él.
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Algunas de las citas están muy bien, Nabil. Gracias y a seguir.
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DEL INCONVENIENTE DE HABER NACIDO - Ciorán
No hago nada, es cierto. Pero veo pasar las horas -lo cual vale más que tratar de llenarlas-.
El verdadero contacto entre los seres sólo se establece en la presencia muda, en la aparente no-comunicación, en el intercambio misterioso y sin palabras que se asemeja a la plegaria interior.
Todo es; nada es. Una y otra fórmula aportan igual serenidad. El ansioso, para su desgracia, se queda entre las dos, tembloroso y perplejo, siempre a merced de un matiz, incapaz de establecerse en la seguridad del ser o de la ausencia de ser.
Extraordinario y nulo; estos adjetivos se aplican a un cierto acto y, en consecuencia, a todo lo que de él resulta: a la vida en primer lugar.
La salud es un bien, cierto; pero a los que la poseen les ha sido negada la suerte de saberlo, pues una salud consciente de sí misma es una salud en peligro o a punto de estarlo.
Durante bastante tiempo viví con la idea de ser el hombre más normal del mundo. Esta idea me proporcionaba la afición, o mejor, la pasión por la improductividad; ¿qué sentido tiene sobresalir en un mundo de locos, hundido en la estupidez o el delirio? ¿Para quién prodigarse y con qué fin¿ Queda por saber si me he liberado enteramente de esta certeza, salvadora en lo absoluto, ruinosa en lo inmediato.
Sólo tienen éxito las filosofías y las religiones que nos estimulan, ya sea en nombre del progreso o del infierno. Condenado o no, el hombre experimenta una necesidad absoluta de estar en el centro de todo. Incluso por esta única razón es hombre, se hizo hombre. Si un día no sintiera ya esa necesidad, tendría que eclipsarse e favor de otro animal más orgulloso y más loco.
Le repugnaban las verdades objetivas, el trabajo de la argumentación, los razonamientos sostenidos. No le gustaba demostrar, no le importaba convencer a nadie. El otro es una invención del dialecto.
Siendo joven se tiene cierto gusto por los padecimientos ¡Parecen tan nuevos, tan magníficos! Con la edad ya no sorprenden, pues se los conoce demasiado. Ahora buen, si no fuera por su punto de imprevisibilidad, no valdría la pena soportarlos.
La vejez es la autocrítica de la naturaleza.
Si a medida que uno envejece hurga cada vez más en su pasado, a expensas de los "problemas", es sin duda porque es más fácil remover recuerdos que ideas.
Sólo acostados se puede pensar en la eternidad. Durante un período considerable esta fue la preocupación principal de los orientales: ¿y acaso no preferían la posición horizontal?
En cuanto uno se recuesta, el tiempo deja de fluir y de tener importancia. La historia es el producto de una especie en pie.
En tanto que animal vertical, el hombre tuvo que acostumbrarse a mirar hacia delante, no sólo en el espacio sino también en el tiempo. ¡A qué mediocre origen se remonta el porvenir!Nadie es responsable de lo que es, ni siquiera de lo que hace. Eso es evidente y todo el mundo está más o menos de acuerdo con ello. ¿Por qué entonces exaltar o denigrar? Porque existir equivale a evaluar, a emitir juicios, y a la abstención, cuando no es producto de la apatía o de la cobardía, exige un esfuerzo que nadie quiere hacer.
Por muy desengañados que estemos, s imposible vivir sin alguna esperanza. Siempre conservamos una, a pesar nuestro, y esa esperanza inconsciente compensa todas las demás, explícitas, que hemos rechazado o agotado.
Todo pensamiento deriva de una sensación contrariada.
El mayor servicio que se le puede brindar a un escritor es prohibirle trabajar durante cierto tiempo. Serían necesarias tiranías de corta duración que e dedicaran a suspender cualquier actividad intelectual. La libertad de expresión sin ninguna interrupción expone el talento a un peligro mortal, lo obliga a gastarse más allá de sus recursos y le impide acumular sensaciones y experiencias. La libertad sin límites es un atentado contra el espíritu.
No podemos perdonar a quienes hemos alabado, estamos impacientes por romper con ellos, por partir la cadena más delicada que existe: la de la admiración…Y no por insolencia, sino por aspiración a ser libre, a ser de nuevo uno mismo. Esto sólo se consigue mediante un acto de injusticia.
El problema de la responsabilidad sólo tendría sentido si nos hubiesen consultado antes de nuestro nacimiento y hubiésemos aceptado ser precisamente ese que somos.
Existir sería una empresa absolutamente impracticable si dejáramos de darle importancia a lo que no la tiene.
Solo tiene convicciones quien no ha profundizado en nada.
Con el tiempo, nada es ya bueno ni malo. El historiador que se pone a juzgar el pasado, hace periodismo en otro siglo.
Todo lo que perseguimos es por una necesidad de tormento. La búsqueda de salvación es en sí misma un tormento, el más sutil y el mejor disfrazado de todos.
A causa de la palabra, los hombres producen la ilusión de ser libres, si hiciesen lo que hacen sin decir una sola palabra, se les tomaría por autómatas. Al hablar se engañan a sí mismos igual que engañan a los demás: si anuncian lo que van a llevar a cabo, ¿Cómo pensar que no son dueños de sus actos?
No es posible prescindir de la idea de progreso, y sin embargo, no merece la pena. Es como el "sentido" de la vida. Es necesario que la vida tenga uno. ¿Acaso existe uno solo que, examinado, no se revele irrisorio?
Pensar es socavar, es socavarse. Actuar implica menos riesgos porque la acción lleva el intervalo entre las cosas y nosotros, en tanto que la reflexión la amplía peligrosamente.
Un zoólogo que en África observó de cerca a los gorilas se asombra ante la uniformidad de su vida y de su gran ocio. Horas y horas sin hacer nada…¿no conocen el aburrimiento?
Esta es la típica pregunta de un hombre, de un mono ocupado. Lejos de huir de la monotonía, los animales la buscan y lo que más temen es que cesen. Pues solo cesa por el miedo, causante de toda actividad.
La inacción es divina. No obstante, el hombre se rebeló contra ella. En la naturaleza, sólo él es incapaz de soportar la monotonía, solo él quiere a todo costa que algo suceda, sea lo que sea.
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@Nabil-El-Zhar eres cruel, muy cruel. Eso no se hace con un amigo.
Acabas de lanzar como una ráfaga de metralleta, decenas de proposiciones, de ideas, de aseveraciones, sobre las que quisiera profundizar en 100 páginas a cada una de ellas.
Morito, y qué hago?
Esto es como presentarme a una infinidad de veinteañeras exuberantes y pretender que me las folle..a todas.
Cómo. A la vez? Imposible. Por orden de atractivo vaginal?.
Perdón, me he venido arriba (nunca mejor dicho).
Seré más correcto. Quieres meter a mi niño interior en una inmensa tienda de golosinas. Y decirme: endavant nen!!
Pobre de mí.
Las convicciones, la existencia, el tiempo...ala, todo de golpe.
Eres cruel moro, muy cruel
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Pues poco a poco rana, que tenemos tiempo de sobra jaja.
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@rana-baileys ¿qué es muy útil como lubricante, l'oli o Malcontent?
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L' oli amic. Tú eres mucho más que eso.
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Por cierto @Nabil-El-Zhar hacemos una cosa?
Vas "troceando" el texto y lo analizamos...ok?
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@rana-baileys Vale, la loncha de a cuánto la quieres, de dos o tres aforismos y medio?
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@Nabil-El-Zhar dijo en Las citas del moro:
@rana-baileys Vale, la loncha de a cuánto la quieres, de dos o tres aforismos y medio?
De dos por favor. Y que sean fresquitos.
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A mandar!
*No hago nada, es cierto. Pero veo pasar las horas -lo cual vale más que tratar de llenarlas-.
El verdadero contacto entre los seres sólo se establece en la presencia muda, en la aparente no-comunicación, en el intercambio misterioso y sin palabras que se asemeja a la plegaria interior.*
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@Nabil-El-Zhar dijo en Las citas del moro:
A mandar!
*No hago nada, es cierto. Pero veo pasar las horas -lo cual vale más que tratar de llenarlas-.
El verdadero contacto entre los seres sólo se establece en la presencia muda, en la aparente no-comunicación, en el intercambio misterioso y sin palabras que se asemeja a la plegaria interior.*
Uii, eso me toca la fibra. Uno de mis temas preferidas.
La comunicación y sus límites. Y también sobre eso escribí hace justo 40 años mi primer trabajo serio. Vestía hábitos.
En el, llevando al límite los principios del nominalismo medieval, llegaba a la conclusión de que es imposible la comunicación en tanto si no existen los universales, y hablando cada cual desde un subjetivismo radical, lo que tu ves es diferente de lo que otros ven y se le llama igual, sin serlo.
Bueno, eso resumiendo todo en 4 líneas, o sea mal.
Creo que ya he hablado de esto antes en el foro, pero ni idea de en qué hilo ni cuando.
Era un extremista filosófico. En el fondo he sido un extremista en todo. Porque si algo te lo tomas en plan suave, vives menos y peor.
Y lo sigo siendo, a Dios gracias. Ha tenido a bien mantenerme así, reconocible para mi yo de 21 años.
Creo que eso es bueno. Hay que apasionarse por "lo tuyo". Si no lo haces tú, quién lo va a hacer?
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@Nabil-El-Zhar, en este hilo hablamos sobre el asunto y te puede interesar. El tema era Hipercor, pero se fue diversificando.
https://granotas.net/topic/60193/30-años-después-la-verdad-sobre-hipercor/32
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@rana-baileys dijo en Las citas del moro:
@Malcontent dijo en Las citas del moro:
Me faltó una coma...
¿Dónde exactamente?
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@Malcontent dijo en Las citas del moro:
@rana-baileys dijo en Las citas del moro:
@Malcontent dijo en Las citas del moro:
Me faltó una coma...
¿Dónde exactamente?
Entre @Malcontent y "como lubricante".
Cambia por completo el sentido de la frase.
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@rana-baileys ah no me había dado cuenta, como me lo dicen tanto...