Cuarenta años de una dictadura (interesadamente) olvidada.
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Interesante todo lo que comentas.
He leído vuestras aportaciones ..pero claro al final nos estamos quejando de que tienen un dictador que tiene el pueblo en la miseria que llegó con unas elecciones.
Pero cuando eeuuu y demás países meten las narices en los países con dictadores clamamos al cielo.
Entonces que hacemos? Es una lastima que un país hermano que habla castellano este así. (Son graciosos ver los noticieros de este país, están en Youtube)
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@rubimor dijo en Cuarenta años de una dictadura (interesadamente) olvidada.:
Interesante todo lo que comentas.
He leído vuestras aportaciones ..pero claro al final nos estamos quejando de que tienen un dictador que tiene el pueblo en la miseria que llegó con unas elecciones.
Pero cuando eeuuu y demás países meten las narices en los países con dictadores clamamos al cielo.
Entonces que hacemos? Es una lastima que un país hermano que habla castellano este así. (Son graciosos ver los noticieros de este país, están en Youtube)
No @rubimor, el actual dictador llegó al poder por un golpe militar.
Respecto al anterior, creo que he dejado las cosas bastante claras, pero si hace falta lo repito.
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Os paso dos vídeos breves para que otros hablen sobre el siniestro régimen de Guinea.
Este chaval que viene en primer lugar al menos se preocupa por hablar de este tema, sin mucha profundidad pero se le alaba la intención:Éste segundo está mucho más enterado. Se trata de Severo Moto, el considerado líder de la oposición a Obiang desde hace muchos años.
Tuve un día la casual oportunidad de compartir compañía de asiento en un vuelo transcontinental. Fueron como 6 horas de conversación en las que oí más atrocidades que en mucho tiempo. Pongo un ejemplo?
Pues el del ministro de Macías, Anastasio Ndongo, que por orden del genocida perturbado fue tirado por la ventana de un tercer piso. No murió de ello, tampoco de la paliza que le dieron ya en el suelo. El propio Macías, que se encontraba presente dijo que no lo mataran "del todo". En efecto, fue llevado a un lugar en donde permaneció como dos semanas sólo a base de "agua sucia y caliente". La agonía de este hombre fue espeluznante. Unas dos semanas.
Pero atención con Don Severo. Él mismo fue ministro de Macías y conoció al Obiang joven que se encargaba (nada menos) que de ser alcaide general de las prisiones del país y en especial de Playa Negra, más conocida por su nombre inglés, y que fue y es considerada la prisión más siniestra del Mundo, en dónde las atrocidades que se cometen asustarían al torturador más experto.
Pero ya digo, este hombre, al que por ello no dejo de respetar, fue ministro de Macías y colaboró con el Obiang y su clan de Mongomo, por tanto...Seguiré contando más cosas si os interesa el tema.
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@rana-baileys dijo en Cuarenta años de una dictadura (interesadamente) olvidada.:
Seguiré contando más cosas si os interesa el tema.
Sigue contando, por favor (no solo cosas espeluznantes, pero si hace falta, pues también).
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@rana-baileys dijo en Cuarenta años de una dictadura (interesadamente) olvidada.:
@rubimor dijo en Cuarenta años de una dictadura (interesadamente) olvidada.:
Interesante todo lo que comentas.
He leído vuestras aportaciones ..pero claro al final nos estamos quejando de que tienen un dictador que tiene el pueblo en la miseria que llegó con unas elecciones.
Pero cuando eeuuu y demás países meten las narices en los países con dictadores clamamos al cielo.
Entonces que hacemos? Es una lastima que un país hermano que habla castellano este así. (Son graciosos ver los noticieros de este país, están en Youtube)
No @rubimor, el actual dictador llegó al poder por un golpe militar.
Respecto al anterior, creo que he dejado las cosas bastante claras, pero si hace falta lo repito.De hecho en Guinea Ecuatorial nunca ha habido democracia.
Pasaron de Franco a Macia y de este a Obiang.
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Bueno, realmente el período que mejores recuerdos me trae es mis (nuestros) dos años en Ecuador, del que ya hablamos en no sé qué post, incluyendo recorte de prensa, aunque acabara de forma abrupta.
Pues sólo tres meses después ya estábamos inmersos en otra singladura: Guinea Ecuatorial, que con breves paréntesis se desarrolló entre el 88 y el 93.
Se cobra mucho y se trabaja poco, venía a ser el eslogan que desde Exteriores se planteaba a los aspirantes. Y realmente, salvo honrosas excepciones, así era.
España tenía en propiedad varias propiedades inmobiliarias en Malabo. En una de ellas se estableció la zona residencial de cooperantes. Era una especie de finca, pegada al mar, donde pusieron decenas de casas prefabricadas, pero con un relativo confort, más grandes o más chicas en función de las necesidades de los trabajadores, que sin ser diplomáticos, estaban bajo estatus diplomático, lo cual no es baladí si tenemos en cuenta la arbitrariedad de una dictadura, con sus nacionales y sus foráneos.
De hecho a la entrada de esa finca, totalmente vallada, había un cartel bien grande que decía "propiedad del reino de España" de forma que en el ámbito del derecho internacional allí no regía ni la ley ni la soberanía guineana.
Un recinto con gran seguridad, consistente en un guineano con un palo y muchas veces dormido.
Pese a ello nunca hubo ninguna violación, que yo sepa, de ese territorio, en donde aparte de los residentes, sólo accedían las chicas de servicio, y las chicas de "otro tipo de servicio".
Y hablando de esto último, en aquellos años estaba en plena expansión el sida, cuyo diagnóstico venía a equivaler entonces a una sentencia de muerte.
Era curiosa la proliferación de vallas por la ciudad en la que una foto de Obiang "hablaba" a los transeúntes de que utilizar condones era un acto patriótico.
Sin entrar en escabrosidades, la moral sexual práctica era muy laxa. Para un "blanco", ligar era lo más fácil del mundo. Iban con un coche oficial (dato fundamental), se detenían en cualquier lugar de la ciudad, apagaban el motor, y en cuestión de minutos había candidatas a entrar.
Quiero dejar claro que no se trataba de prostitución en el sentido que aquí pensamos. De hecho esa figura no existía en ese país. Las candidatas que eran seleccionada (a veces más de una) no buscaban dinero. Si se les daba algo pues bien, y si no también. Pero claro, había que ser muy rata para no darles un bocadillo.
Sólo cuento lo que había, sin entrar en más consideraciones.
Pero como había blancos que no seguían la recomendación de Obiang, no eran raras las infecciones de transmisión sexual. En el caso de los españoles tenían un lugar claro al que acudir: la misión militar. Eran miembros del ejercito del aire destinados allá (aunque creo que eran voluntarios) cuyo único trabajo era viajar una vez al mes a la isla de Annobón llevando alimentos y medicinas. Era ir y volver en el mismo día con una escala para repostar en Sao Tomé. Los aparatos eran aviocares (avión militar de transporte). Unas horas en esos trastos eran insufribles por el tremendo ruido que se apreciaba en el interior, sin contar el frío que se filtraba. Obviamente no estaban presurizados. A eso se sumaba que la "pista de aterrizaje" de la pequeña isla era de tierra con no pocas piedras. Al tomar tierra parecía que el avión se iba a desarmar en mil pedazos. Cuento todo esto porque tuvimos ocasión de hacer uno de esos viajes.
Bueno, pues como es deducible, en los 29 o 30 días restantes se aburrían soberanamente. Entonces, aparte de salir a cenar y beber por ahí, su gran entretenimiento era follar. Y es por esa razón que como buenos militares estuvieran preparados para las contingencias que pudieran derivarse de ello.
Y también como buenos patriotas, esas contingencias se extendían a toda la misión española.
Había uno de ellos que le llamaban el banderillero, no por su afición al toreo, sino porque ante cada solicitante de ayuda sanitaria, aparecía con dos jeringas gigantescas, una en cada mano, para de una vez insertarlas en los glúteos y así acabar con esos cuerpos extraños que se hubiesen introducido sin permiso.
Ya me adelanto, porque os conozco, que no pienso contestar a mis casos particular, porque esas cosas quedan en el ámbito de la intimidad de cada uno.
Y bien, como dije en otro momento, escribir en un móvil puede ser penoso en largos textos.
Así pues, en otro momento hablaremos sobre otros temas como las condiciones de vida de la gente, el trabajo que tuve el honor de desarrollar o la situación política.
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@rana-baileys Muchas gracias, rana, aunque confieso que esperaba que empezaras con anécdotas laborales o políticas, y no de los bajos comerciales.
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@gimnastico_1909 dijo en Cuarenta años de una dictadura (interesadamente) olvidada.:
@rana-baileys Muchas gracias, rana, aunque confieso que esperaba que empezaras con anécdotas laborales o políticas, y no de los bajos comerciales.
Las narraciones deben ir in crescendo, no al revés
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@rana-baileys dijo en Cuarenta años de una dictadura (interesadamente) olvidada.:
Bueno, realmente el período que mejores recuerdos me trae es mis (nuestros) dos años en Ecuador, del que ya hablamos en no sé qué post, incluyendo recorte de prensa, aunque acabara de forma abrupta.
Pues sólo tres meses después ya estábamos inmersos en otra singladura: Guinea Ecuatorial, que con breves paréntesis se desarrolló entre el 88 y el 93.
Se cobra mucho y se trabaja poco, venía a ser el eslogan que desde Exteriores se planteaba a los aspirantes. Y realmente, salvo honrosas excepciones, así era.
España tenía en propiedad varias propiedades inmobiliarias en Malabo. En una de ellas se estableció la zona residencial de cooperantes. Era una especie de finca, pegada al mar, donde pusieron decenas de casas prefabricadas, pero con un relativo confort, más grandes o más chicas en función de las necesidades de los trabajadores, que sin ser diplomáticos, estaban bajo estatus diplomático, lo cual no es baladí si tenemos en cuenta la arbitrariedad de una dictadura, con sus nacionales y sus foráneos.
De hecho a la entrada de esa finca, totalmente vallada, había un cartel bien grande que decía "propiedad del reino de España" de forma que en el ámbito del derecho internacional allí no regía ni la ley ni la soberanía guineana.
Un recinto con gran seguridad, consistente en un guineano con un palo y muchas veces dormido.
Pese a ello nunca hubo ninguna violación, que yo sepa, de ese territorio, en donde aparte de los residentes, sólo accedían las chicas de servicio, y las chicas de "otro tipo de servicio".
Y hablando de esto último, en aquellos años estaba en plena expansión el sida, cuyo diagnóstico venía a equivaler entonces a una sentencia de muerte.
Era curiosa la proliferación de vallas por la ciudad en la que una foto de Obiang "hablaba" a los transeúntes de que utilizar condones era un acto patriótico.
Sin entrar en escabrosidades, la moral sexual práctica era muy laxa. Para un "blanco", ligar era lo más fácil del mundo. Iban con un coche oficial (dato fundamental), se detenían en cualquier lugar de la ciudad, apagaban el motor, y en cuestión de minutos había candidatas a entrar.
Quiero dejar claro que no se trataba de prostitución en el sentido que aquí pensamos. De hecho esa figura no existía en ese país. Las candidatas que eran seleccionada (a veces más de una) no buscaban dinero. Si se les daba algo pues bien, y si no también. Pero claro, había que ser muy rata para no darles un bocadillo.
Sólo cuento lo que había, sin entrar en más consideraciones.
Pero como había blancos que no seguían la recomendación de Obiang, no eran raras las infecciones de transmisión sexual. En el caso de los españoles tenían un lugar claro al que acudir: la misión militar. Eran miembros del ejercito del aire destinados allá (aunque creo que eran voluntarios) cuyo único trabajo era viajar una vez al mes a la isla de Annobón llevando alimentos y medicinas. Era ir y volver en el mismo día con una escala para repostar en Sao Tomé. Los aparatos eran aviocares (avión militar de transporte). Unas horas en esos trastos eran insufribles por el tremendo ruido que se apreciaba en el interior, sin contar el frío que se filtraba. Obviamente no estaban presurizados. A eso se sumaba que la "pista de aterrizaje" de la pequeña isla era de tierra con no pocas piedras. Al tomar tierra parecía que el avión se iba a desarmar en mil pedazos. Cuento todo esto porque tuvimos ocasión de hacer uno de esos viajes.
Bueno, pues como es deducible, en los 29 o 30 días restantes se aburrían soberanamente. Entonces, aparte de salir a cenar y beber por ahí, su gran entretenimiento era follar. Y es por esa razón que como buenos militares estuvieran preparados para las contingencias que pudieran derivarse de ello.
Y también como buenos patriotas, esas contingencias se extendían a toda la misión española.
Había uno de ellos que le llamaban el banderillero, no por su afición al toreo, sino porque ante cada solicitante de ayuda sanitaria, aparecía con dos jeringas gigantescas, una en cada mano, para de una vez insertarlas en los glúteos y así acabar con esos cuerpos extraños que se hubiesen introducido sin permiso.
Ya me adelanto, porque os conozco, que no pienso contestar a mis casos particular, porque esas cosas quedan en el ámbito de la intimidad de cada uno.
Y bien, como dije en otro momento, escribir en un móvil puede ser penoso en largos textos.
Así pues, en otro momento hablaremos sobre otros temas como las condiciones de vida de la gente, el trabajo que tuve el honor de desarrollar o la situación política.Muchas gracias por el relato Rana. Me ha encantado leer como era la vida entonces en aquel lugar para los españoles que vivían allí, aunque sea sobretodo de una parte que suele ocultarse. Lo cual la hace más interesante de alguien que lo vivió de primera mano. Ne recuerda un poco a las burbujas de extranjeros hoy en día en países del tercer mundo.
Como curiosad, ¿de qué años (o década si no quieres ser tan específico) hablamos?
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@biku dijo en Cuarenta años de una dictadura (interesadamente) olvidada.:
@rana-baileys dijo en Cuarenta años de una dictadura (interesadamente) olvidada.:
Bueno, realmente el período que mejores recuerdos me trae es mis (nuestros) dos años en Ecuador, del que ya hablamos en no sé qué post, incluyendo recorte de prensa, aunque acabara de forma abrupta.
Pues sólo tres meses después ya estábamos inmersos en otra singladura: Guinea Ecuatorial, que con breves paréntesis se desarrolló entre el 88 y el 93.
Se cobra mucho y se trabaja poco, venía a ser el eslogan que desde Exteriores se planteaba a los aspirantes. Y realmente, salvo honrosas excepciones, así era.
España tenía en propiedad varias propiedades inmobiliarias en Malabo. En una de ellas se estableció la zona residencial de cooperantes. Era una especie de finca, pegada al mar, donde pusieron decenas de casas prefabricadas, pero con un relativo confort, más grandes o más chicas en función de las necesidades de los trabajadores, que sin ser diplomáticos, estaban bajo estatus diplomático, lo cual no es baladí si tenemos en cuenta la arbitrariedad de una dictadura, con sus nacionales y sus foráneos.
De hecho a la entrada de esa finca, totalmente vallada, había un cartel bien grande que decía "propiedad del reino de España" de forma que en el ámbito del derecho internacional allí no regía ni la ley ni la soberanía guineana.
Un recinto con gran seguridad, consistente en un guineano con un palo y muchas veces dormido.
Pese a ello nunca hubo ninguna violación, que yo sepa, de ese territorio, en donde aparte de los residentes, sólo accedían las chicas de servicio, y las chicas de "otro tipo de servicio".
Y hablando de esto último, en aquellos años estaba en plena expansión el sida, cuyo diagnóstico venía a equivaler entonces a una sentencia de muerte.
Era curiosa la proliferación de vallas por la ciudad en la que una foto de Obiang "hablaba" a los transeúntes de que utilizar condones era un acto patriótico.
Sin entrar en escabrosidades, la moral sexual práctica era muy laxa. Para un "blanco", ligar era lo más fácil del mundo. Iban con un coche oficial (dato fundamental), se detenían en cualquier lugar de la ciudad, apagaban el motor, y en cuestión de minutos había candidatas a entrar.
Quiero dejar claro que no se trataba de prostitución en el sentido que aquí pensamos. De hecho esa figura no existía en ese país. Las candidatas que eran seleccionada (a veces más de una) no buscaban dinero. Si se les daba algo pues bien, y si no también. Pero claro, había que ser muy rata para no darles un bocadillo.
Sólo cuento lo que había, sin entrar en más consideraciones.
Pero como había blancos que no seguían la recomendación de Obiang, no eran raras las infecciones de transmisión sexual. En el caso de los españoles tenían un lugar claro al que acudir: la misión militar. Eran miembros del ejercito del aire destinados allá (aunque creo que eran voluntarios) cuyo único trabajo era viajar una vez al mes a la isla de Annobón llevando alimentos y medicinas. Era ir y volver en el mismo día con una escala para repostar en Sao Tomé. Los aparatos eran aviocares (avión militar de transporte). Unas horas en esos trastos eran insufribles por el tremendo ruido que se apreciaba en el interior, sin contar el frío que se filtraba. Obviamente no estaban presurizados. A eso se sumaba que la "pista de aterrizaje" de la pequeña isla era de tierra con no pocas piedras. Al tomar tierra parecía que el avión se iba a desarmar en mil pedazos. Cuento todo esto porque tuvimos ocasión de hacer uno de esos viajes.
Bueno, pues como es deducible, en los 29 o 30 días restantes se aburrían soberanamente. Entonces, aparte de salir a cenar y beber por ahí, su gran entretenimiento era follar. Y es por esa razón que como buenos militares estuvieran preparados para las contingencias que pudieran derivarse de ello.
Y también como buenos patriotas, esas contingencias se extendían a toda la misión española.
Había uno de ellos que le llamaban el banderillero, no por su afición al toreo, sino porque ante cada solicitante de ayuda sanitaria, aparecía con dos jeringas gigantescas, una en cada mano, para de una vez insertarlas en los glúteos y así acabar con esos cuerpos extraños que se hubiesen introducido sin permiso.
Ya me adelanto, porque os conozco, que no pienso contestar a mis casos particular, porque esas cosas quedan en el ámbito de la intimidad de cada uno.
Y bien, como dije en otro momento, escribir en un móvil puede ser penoso en largos textos.
Así pues, en otro momento hablaremos sobre otros temas como las condiciones de vida de la gente, el trabajo que tuve el honor de desarrollar o la situación política.Muchas gracias por el relato Rana. Me ha encantado leer como era la vida entonces en aquel lugar para los españoles que vivían allí, aunque sea sobretodo de una parte que suele ocultarse. Lo cual la hace más interesante de alguien que lo vivió de primera mano. Ne recuerda un poco a las burbujas de extranjeros hoy en día en países del tercer mundo.
Como curiosas, ¿de qué años (o década si no quieres ser tan específico) hablamos?
Del 88 al 93
También trataré otros temas
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Pues sigo.
Malabo en las noches era una ciudad completamente oscura. En las pocas veces que se encendía el alumbrado, era insuficiente y sólo alumbraba algunas esquinas del centro colonial. Ya de barrios periféricos ni hablamos.
Sólo los faros de los pocos coches que circulaban daban algo de visibilidad. Todo ello daba un aspecto fantasmagórico que se acentuaba en la época de lluvias.
En esos meses, tanto de noche como de día, el agua estancada hacía imposible distinguir dónde estaban los baches, y la suspensión de los automóviles quedaba muy perjudicada.
Volviendo a la oscuridad, la única excepción a la tónica reinante era la emisora que España puso en marcha con los objetivos de dar contenidos educativos y culturales. Por supuesto nada de política a no ser que fuera para hablar de desastres que evidenciaban lo mal que estaban otros lugares. Algo muy propio de las dictaduras.
La radio, un edificio de dos plantas, sí estaba muy iluminada, quizá hasta en exceso, y ello provocaba atracciones. Por un lado jóvenes estudiantes que se acercaban a focos de luz para leer o estudiar sus apuntes y por otro los insectos que eran auténticas nubes voladoras que pululaban por allí.
Había una época en la que un tipo de bichillos se suicidaban en masa por todos los aledaños del edificio, e incluso en su interior era preciso sacarlos con palas y depositar los restos en auténticas montañas de insectos muertos.
Obvia decir que el suministro eléctrico de la emisora lo proporcionaba un gran grupo electrógeno que se chupaba una gran cantidad de litros de combustible cada día.
Un avión que hubiera sobrevolado Malabo de noche sólo habría captado un edificio con luces en una urbe oscura. Y digo "hubiera" porque no existía la aviación nocturna. El viejo aeropuerto de Malabo no pasaba de ser un barracón en el que los días de actividad se hacinaban los viajeros, que en buen número eran directamente coaccionados por cutres aduaneros en busca de sacar algo. Ni se escondían, lo hacían abiertamente. Y en esa pírrica infraestructura no había torre de control ni nada que se le pareciera. Los aviones (Iberia y poco más) que llegaban sólo podían hacer la aproximación de forma visual. Cuando la visibilidad era escasa se debían buscar la vida, y sólo pocos pilotos estaban capacitados para hacer esa línea.
Malabo se limitaba a ser esa vieja ciudad colonial de Santa Isabel pero con evidente deterioro de las casas y las vías. A partir de ahí, la cuidad crecía en barrios y asentamientos chabolistas, donde por supuesto no había servicio ni luz ni de agua, pero tampoco en el centro es que fuera abundante. Para nada.
La emisora junto a la precaria TV local tenían sus antenas en el pico Basilé, distante unos 20 o 30 kms de la capital, por un camino que pasaba de la vegetación de selva a la de altura, en poco espacio. Ni que decir tiene que el camino era impracticable y suponía horas, que en tiempo de lluvia podía significar de sol a sol, es decir, de 6:30 a 18:30, que como en toda la franja ecuatorial del planeta, supone el día frente a la noche.
Y era precisamente en esos momentos (amanecer y
anochecer) cuando había más riesgo de contraer la malaria, por ser los instantes de mayor actividad del mosquito transmisor, sobre todo en lugares con algo de vegetación, aunque realmente no había ni lugar seguro ni hora segura.
La malaria la pasaban y pasábamos todos, y no una sino varias veces, en función del tiempo de estancia.
Lo único que no hacía "democrática" la enfermedad es que las personas con mejor nivel de vida, podían sobrevivir, lo cual no pasaba en muchas ocasiones con la gran mayoría de la población.
Mortalidad infantil alta e infraestructura sanitaria escasa o nula. También en la misión española había sanitarios, y ellos sí que daban el callo. A destacar la figura de un médico muy querido por los guineanos y amigo personal al que llevé muchas veces a la radio. Un catalán que se convirtió al islam, y era conocido por todos como "doctor pipa" porque era algo que siempre le acompañaba. Cuando iba de vacaciones a Barcelona era fácil localizarle en el Pipa Club que estaba ubicado en la plaza Real, no sé si seguirá allí. Lamentablemente ya falleció.
Bueno, ya me fatigué. Ya seguiré con otros asuntos.
De un reportaje de la visita de Felipe González he sacado una captura para que podáis ver esa radio de la que he hablado.
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Ah bueno y también tenía por ahí una foto de noche.
Es la foto de una postal. Por eso se ve borroso
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@rana-baileys muchísimas gracias. Me parece apasionante esa aventura, aunque entonces te parecería cutre. Pero no hay nada como visitar esos países para entender mejor a esas gentes, y no dejarse llevar por clichés.
Mi experiencia africana es mucho menor que la tuya (apenas once días de voluntariado en el sur de Camerún, no muy lejos de la frontera, precisamente, de Guinea Ecuatorial. De hecho, los nativos eran fang, como los de Río Muni) pero muchas cosas me la recuerdan: las bandadas de mosquitos, la malaria que allí era como una gripe en Europa, los caminos infames, la pobreza general salvo unos pocos... y lo que no has puesto, la gente, que era lo mejor: pacientes, casi siempre sonrientes, pasotas (como decía una monja española: para ellos mañana está muy lejos y pasado mañana no existe), alegres, gritones...Entiendo que trabajabas en la radio de cooperación exterior. El edificio por fuera no parece tan mal, aunque supongo que la construcción sería más cutre que la de España.
Cuando quieras y puedas sigue, por favor.
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Mejor que una novela!!!
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@gimnastico_1909 dijo en Cuarenta años de una dictadura (interesadamente) olvidada.:
@rana-baileys muchísimas gracias. Me parece apasionante esa aventura, aunque entonces te parecería cutre. Pero no hay nada como visitar esos países para entender mejor a esas gentes, y no dejarse llevar por clichés.
Mi experiencia africana es mucho menor que la tuya (apenas once días de voluntariado en el sur de Camerún, no muy lejos de la frontera, precisamente, de Guinea Ecuatorial. De hecho, los nativos eran fang, como los de Río Muni) pero muchas cosas me la recuerdan: las bandadas de mosquitos, la malaria que allí era como una gripe en Europa, los caminos infames, la pobreza general salvo unos pocos... y lo que no has puesto, la gente, que era lo mejor: pacientes, casi siempre sonrientes, pasotas (como decía una monja española: para ellos mañana está muy lejos y pasado mañana no existe), alegres, gritones...Entiendo que trabajabas en la radio de cooperación exterior. El edificio por fuera no parece tan mal, aunque supongo que la construcción sería más cutre que la de España.
Cuando quieras y puedas sigue, por favor.
El edificio no era cutre ni por fuera ni por dentro. De hecho a nivel de equipamiento radiofónico estaba por encima de la mayoría de emisoras españolas.
Se trataba de una edificación colonial que durante la infame tiranía de Macías quedó en un estado lamentable. Bueno, como el país en general.
El gobierno español acometió una reforma integral, de arriba a abajo y quedó niquelado, con el objetivo de convertirlo en la sede de una radio. Y así fue.
No debió ser nada barato ese proyecto, porque tenía de todo lo que se podía esperar, y como digo, muy por encima de muchos centros territoriales de RNE.
Luego la contratación de telecos, técnicos de mantenimiento, operadores de sonido..
Bueno, y el personal local contratado cobraba como el triple de los trabajadores en otros lugares.
En fin, un caramelito al que sólo faltaba al final, alguien que se encargase del proyecto. Y tuve la suerte que me eligieron a mí.
No sorprende por tanto que Felipe González fuera a ver en su viaje, cómo iban yendo las cosas.
Esa visita me pilló en España y casi mejor. Un marrón menos. De lo que no pude escaquearme fue de dar la mano a Obiang cuando el acto de inauguración. Cosas de la vida.
Puede resultar paradójico pero al evocar aquella etapa me viene una idea a la cabeza: frío.
Y es que el aire acondicionado estaba tan fuerte siempre, que a la salida reconfortaba volver a la realidad térmica.
De lo que dices, me pregunto por qué fue tan breve tu estancia. Si uno va a Camerún no se queda once días hombre
Ya hablaré más de esa "alegría" innata que comentas. Lo pongo entrecomillado porque son sentimientos a debatir, aunque debo decir que comparando el gusto por la vida de subsaharianos y afroamericanos, éstos ganan de forma notable.
O al menos eso pienso yo. O mejor, eso pude comprobar.