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Exacto.
Con lo de que los escenarios intimidaban a todos, ¿hablas de los árbitros?
Claro, claro. No lo quiero decir, tampoco me voy a meter ahí, pero sí, claro. Por supuesto, intimidaban a los jugadores y a los árbitros también.
Llegaste a decir que te sentías perseguido por los árbitros.
Hubo un momento donde sí. Hubo un momento donde sí (repite asintiendo). Parecía como que yo era... Y, de hecho, tú fíjate: en las dos expulsiones, tanto del Camp Nou como del Bernabéu, me quitaron las tarjetas en los comités, con las grabaciones. Y me han llegado a expulsar sólo por intentar acercarme, en Bilbao. Pero, además, puesto en el acta: "Por intentar acercarse". Por supuesto, todas esas expulsiones, luego me quitaban las tarjetas. O sacarte una tarjeta amarilla en el Calderón al minuto 10 sólo para que no se le complicara el partido. Situaciones así. Dices: "Esto no es así". Pero creo que le ha pasado a mucha gente. Ellos, de alguna manera, quieren controlar ciertas situaciones. Se genera un ambiente dentro del público, una animadversión hacia ciertos jugadores en algunos momentos, y lo quieren controlar. Es un mundo que es complicado, muy complicado. Y su trabajo es muy complicado, y no se lo ponemos fácil. Tiene de todo.
"Si a Sergio Ramos hubo cosas que no le gustaron, pues como se dice toda la vida: ajo y agua"
Sergio Ballesteros
Exfutbolista
Hablas de los aficionados pero antes hablabas de cómo ciertos futbolistas llegaron a decir que os podíais dedicar a otra cosa. Sergio Ramos, por ejemplo, dijo que te podías dedicar al boxeo. "Si le gusta más el boxeo, que cambie de deporte, que se dedique a eso y no al fútbol".
Sí, eso lo dijo aquí en el Ciutat, un día de calentón. Bueno, ahora me podría dedicar al boxeo, ¿no?, ¿no? (risas). Antes no, antes era jugador de fútbol. Y si hubo ciertas cosas que a él no le gustaron, pues como se dice toda la vida: ajo y agua.
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00:15
Ballesteros, sobre Sergio Ramos.
Con el Levante os medisteis en aquellos años al Real Madrid de Mourinho y se abrieron muchos frentes. El primero, con el propio técnico. En la Copa 2010-11, os ganaron 8-0 en el Bernabéu y en la vuelta tú sentiste que se estaba riendo de vosotros y fuiste a buscar al portugués al vestuario. ¿Qué pasó? ¿Cómo fue aquello?
A ver, no me gusta hablar de estas cosas, porque se quedaron ahí y es absurdo hablar de... Yo te voy a decir que he tenido siempre una cosa muy clara, y en el Levante más, porque es mi casa y es donde me lo han dado todo desde el minuto uno: yo no soy más que nadie, por supuesto, y estaré en el rango de la mitad para abajo en todos los sentidos, pero menos, tampoco. No hay nadie que esté por encima de mí o que venga a pisotearme. Eso lo tengo clarísimo. Entonces, ante cualquiera que lo ha intentado, me he rebelado. Me he rebelado de manera contundente, porque me ha molestado mucho. Me ha molestado mucho que me pisoteen, ya no solo por mí, sino porque representas a muchos aficionados que son tan dignos como los de ellos y que se merecen el mismo respeto como los de ellos. Y eso lo he defendido a muerte siempre.
"No he tenido miedo a jugármela en el campo abierto con cualquiera. Con Cristiano fue una anécdota guapa porque acabó bien"
Sergio Ballesteros
Exfutbolista
Y cómo defendiste el 1-0 de la Copa de la temporada siguiente. Tú ya tenías 36 años y superaste a Cristiano en un sprint que ha quedado grabado en el imaginario colectivo.
Sí, yo siempre he sido muy rápido, lo que pasa es que quizá estéticamente no lo parecía, pero en los tests de velocidad en los equipos siempre estaba entre los tres primeros. Esa era mi realidad. Ese día, seguramente, si hubiésemos echado cien carreras, habría ganado... No sé, no sé el porcentaje, pero estábamos ganando y defendiendo un resultado. Y me he considerado siempre rápido, no he tenido miedo a jugármela en el campo abierto con cualquiera. Pero bueno, salió bien.
En ese caso, ese "cualquiera" era un Cristiano en su momento álgido, ¿eh?
Sí, sí, sí, está claro. Cristiano en su momento importante. Además, con un Madrid en ese momento que tenía unas contras brutales y era un equipo muy explosivo. Sí, fue una anécdota guapa porque acabó bien. Acabó el resultado bien y se disfrutó mucho. Y bueno, ha quedado ahí, que me lo recuerda mucha gente. Está guay.
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Sergio Ballesteros, sobre su rapidez sobre el campo.
Se dijo que tenías rifirrafes con él, pero tengo entendido que teníais buena relación, ¿no? Que era una rivalidad sana.
Sí. Yo tampoco he mantenido muchas conversaciones con él, a lo mejor dos o tres, y cortitas. No he tenido ninguna relación personal, pero siempre le he tenido mucho respeto en lo profesional. Siempre me ha parecido un profesional tremendo, en todos los sentidos, en el campo.
Con Pepe ya fue otra cosa, ¿no? De hecho, las palabras de Ramos y el boxeo fueron después del partido de Liga en el Ciutat, de la 2011-12, en el que David Navarro le hace una brecha a Cristiano y tú vas a la sala de curas a verle después del partido, llegó Pepe, se apagó la luz y aquello acabó… "regular", ¿no? (los golpes se escuchaban desde la sala de prensa.) ¿Nos cuentas tú la escena?
Para hacerte un resumen, porque no te voy a contar nada, estamos hablando de lo mismo, es el respeto que se tiene que tener a un equipo y a una afición. Y muchas veces, cuando se acaban los partidos, hay gente que pierde un poco los papeles, pierde un poco los nervios y se viene un poco arriba. Y a mí eso tampoco me gusta. No me gustó, y más en nuestra casa. Y tú puedes celebrar las victorias, porque ese día perdimos. Perdimos con un gol de Morata. Íbamos empate y nos metieron en el 80 y pico. Y al entrar al vestuario hubo un poco de... pues eso, de celebraciones fuera de tono. Y yo creo que eso no debería pasar, porque al final todos somos profesionales. ¿Y de qué sirve? Lo que se queda ahí en el campo, pues bien, se tiene que quedar ahí, fuera ya es absurdo. Y en tu casa te duele más.
Ballesteros choca contra Cristiano en la temporada 2011-21.
Ballesteros choca contra Cristiano en la temporada 2011-21.
Mejor el enfrentamiento sano con Cristiano, o los que está habiendo ahora entre Militao y Lewandowski o Araujo y Vinicius, como vimos el miércoles en El Clásico. Cuando los ves, ¿se te remueve algo? ¿Cómo vives esos duelos?
A mí me gusta. Y, además, yo soy de los que piensa que, de alguna manera, nos estamos perdiendo algo del fútbol, y ver un partido como ese me da esperanza de que no está todo perdido. En todos los sentidos, en intensidad, en piques sanos. Porque al final son sanos. Un empujoncito, dos palabras... Forma parte de lo que se están jugando cada uno. Entonces, me da esperanza. Me gustó mucho el partido por eso. Y espero que no se pierda todo, que yo creo que nos estamos perdiendo muchas cosas con tanta historia.
¿Qué nos estamos perdiendo?
Nos estamos perdiendo el espectáculo verdadero del fútbol, que es el error del árbitro en directo. Nos lo estamos perdiendo porque ahora los errores son de VAR después de tres minutos. Nos estamos perdiendo las celebraciones del público y de los jugadores. Que ahora se celebran dos veces y es mentira. Nos estamos perdiendo esos piques. Nos estamos perdiendo en jugadores que fingen demasiado en todo momento, intentando sacar provecho porque ahora se penaliza absolutamente todo. Tú no puedes saltar con los brazos… Ves jugadores cómo están en el área y se ponen las manos atrás. Ves cómo saltan de una manera rarísima. Cuando saltas un poquito, alguno se mete por abajo. Y son cosas que han formado siempre parte del fútbol, y yo creo que el fútbol ha ido bien durante muchos años ¿eh? Pero toda esta gente ahora que ha metido tanta historia, si piensan que le están haciendo bien, yo creo que no. Es mi opinión, que se va a quedar aquí y no va a valer para nada, pero bueno...
Con "tanta historia" te refieres a la tecnología, ¿no?. Al mundo VAR...
Al mundo VAR, sí. Estoy en contra 100%, desde el minuto uno, además. En cuanto vi cómo funcionaba dije: "Esto no, esto no". Otra cosa es el gol. Bueno, vale, bien, una tecnología donde delimite que el balón ha entrado o no. En un momento dado que se pueda revisar una agresión lo podría llegar a entender. Vale. Pero todo lo que estamos viendo diariamente no me gusta.
¿Y qué te gusta? ¿Qué central te gusta? Hablábamos de Araujo, de Militao.
Buah, los dos. Los dos son buenísimos. Araujo, la primera parte que hizo, con Vinicius, espectacular. Luego, está claro que ese chico tiene un don. Mantener esos esfuerzos continuados durante tantos minutos, y una vez y otra y otra y esfuerzos tan largos, con tanta habilidad, con tanta precisión. Buah, eso muy difícil de controlar. Y Militao, igual. Es un central que es… Están en lo mejor.
¿Cómo habría controlado Ballesteros a Vinicius con ese don? Confieso que me habría encantado ver ese enfrentamiento.
Pues no lo sé, pero… complicado, ¿eh? Esos jugadores son muy complicados. Muy, muy, muy difíciles, porque son muy habilidosos. También son muy rápidos. Y luego, bueno, para hacer la broma, pero he visto algún partido que lo han intentado intimidar y creo que tampoco. Eso tampoco funciona (risas). Dios mío, aún así. O sea que sería pidiendo ayudas a los compañeros. Sería la única manera. Igual entre dos o tres… Es una alegría. Ver a esos futbolistas es una alegría. Eso es el fútbol. El fútbol de calle, de toda la vida. El fútbol valiente, agresivo. El fútbol de verdad, de jugadores de verdad.
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Ballesteros, sobre Vinicius.
Hablemos de Heynckes. Él te llevó al Tenerife y tú has dicho en alguna ocasión que fue el técnico más importante de tu carrera. ¿Qué te hubiera dicho? ¿Cómo te habría de intentar frenar al brasileño?
Pues mira, en el año 96, que fuimos al Bernabéu, el año de Capello que ganaba LaLiga, él planteó un partido de hombre a hombre a todo el campo. Yo creo que hubiese planteado algo parecido para frenar esas figuras, esos jugadores tan tremendos. Ya no sólo Vinicius, es que el Madrid del Clásico, por ejemplo, son muchos a los que frenar. Pienso que lo hubiese hecho así, un partido feo. Feo, incómodo.
Él es el entrenador que, después de una eliminatoria de Copa, de un Levante-Tenerife, te echa el ojo y te hace pasar de 2ªB a Primera. ¿Qué supuso para ti aquello? ¿Cómo fue esa llamada? Porque fue él quien insistió en ficharte.
Sí. Cuando en el sorteo sale el Tenerife, vienen dos o tres partidos a vernos antes, yo luego me entero allí. Coincide que es que yo estaba muy bien. Estaba jugando, hice dos o tres goles y estaba muy bien. Y los primeros informes que pasaron fueron buenos. En el partido de ida ganamos 1-0 y también hice muy buen partido. Viendo luego la plantilla que había en Tenerife, entendí que pudiese encajar, porque ahí empecé de lateral derecho, de central, de medio centro... Él era muy partidario de plantillas más tirando a cortas que largas y buscando gente joven de cantera. Le gustaba mucho, y yo creo que allí encajé muy bien. Yo le estoy muy agradecido en todos los sentidos, porque él me trató como si fuese alguien muy especial, en cuanto a dar consejos, quedarse contigo después de los entrenamientos, hacer trabajos individuales… Ahora que está muy de moda, pues él ya lo hacía hace 25 años. Tanto él como Ewald Lienen, que estaba de segundo, son personas que me hicieron mucho bien, la verdad.
¿En qué fue en lo que más te ayudó?
Pues mira, él ponía mucho empeño conmigo en el tema de coordinación. Hacíamos trabajos individuales de coordinación, sobre todo, y de golpeo de balón. Era muy meticuloso. Le gustaban los golpeos limpios, tenía que ir siempre el balón raseando el césped, tenía que golpear de una manera concreta. Y la coordinación, igual. Trabajo de carrera, saltos… Me quedo con eso.
¿Y algún consejo que te marcara?
Que tuviese cuidado con los zumos.
¿Con los zumos?
Con los zumos, sí. Me decía que los zumos no. Supongo que sería por el azúcar, que sería por eso… Yo me bebía los zumos uno detrás de otro (risas).
El primo de Zumosol era Ballesteros en aquel momento.
Exacto, sí (risas).
Pues no te fue mal con los zumos porque entrasteis en Europa, fuiste internacional Sub-21 y, no sólo eso, ganasteis la Eurocopa del 98. Míchel Salgado, Morientes… Vaya generación aquella.
Sí, sí, de hecho, de esa Selección todos han hecho carreras importantes en Primera. Fue una Selección importante, la verdad. Hicimos una clasificación buenísima, no perdimos ningún partido y tanto en cuartos, semifinal y final, sin encajar gol. Teníamos un grupo muy bueno. Estaba Valerón ahí, tú fíjate, Valerón. Le dieron el premio a mejor jugador. Y yo tenía en Tenerife de compañeros a Juanele, a Felipe, Chano, Jokanovic, jugadores de nivel de la hostia, pero hostia, Valerón, se veía algo… Cosas que yo no había visto nunca. Y estamos hablando que tenía 20 años o 21, algo así. Y fíjate luego la carrera de Valerón, ha sido tremenda.
Y tú eras el capitán de aquel grupo.
Sí. Yo no había ido a la Selección española nunca, sólo fui a la Sub-21 y enseguida me vieron capitán. Y estuve ahí varios partidos de capitán. Bien. Guay. Mola.
¿Qué te hizo tener esos galones? De no haber ido nunca a la Selección a ser directamente capitán.
Pues no sé, se lo tendrías que preguntar a ellos. Sí que es verdad que en todos los equipos donde he estado, si he estado poco o mucho, da igual, enseguida me han elegido capitán. Creo que no soy yo el que tiene que decirlo, pero supongo, por decir algo, que he sido bastante serio en el día a día, en el trabajo del día a día. Y luego, en los momentos complicados, siempre he estado, he dado la cara. He hablado claro y no me he escondido. Entonces, igual son cosas que importan.
Jupp Heynckes te decía que tuvieras cuidado con los zumos porque siempre has sido corpulento. No sé cuánto has tenido que lidiar o no con los kilos, pero quizá también la envergadura te ha ayudado a proyectar esa imagen de tipo serio y a tener en cuenta que te hacía encabezar los equipos…
Sí, seguramente también. He tenido que luchar siempre con el peso. La tendencia era siempre a dispararse, eso ha sido una lucha siempre. Al final de la carrera ya me costaba más. Me costaba cada vez más y era difícil. Pero sí, la tendencia era esa. Y sí que es verdad que la complexión ancha algo tendría que ver.