Yo parto del punto, que ser levantinista, no implica nada más que ser seguidor del Levante y, por lo tanto nuestros gustos políticos, religiosos, sexuales o gastronómicos, están muy bien y los podemos expresar libremente, pero no dejan de ser algo individual y no nada que nos señale a todos.
A mi me da igual la bandera que tenga el de al lado, siempre y cuando no humille a nadie.
Macho Levante y arriba la libertad!!!