3 ago 2017, 9:29

Desde que en 2015 el gobierno venezolano perdió la mayoría en el parlamento (que fue a parar a la oposición) las cosas en ese país hermano han ido a peor.

La gresca entre legislativo y ejecutivo ha ido a más. El parlamento (dominado por la coalición opositora Mesa para la Unidad democrática) acusa al partido (PSUV) en el gobierno de haber colocado a la mayoría de los jueces del tribunal supremo nacional entre sus allegados justo antes de cesar su mayoría parlamentaria, para controlar al poder judicial.
El presidente Maduro, harto de que coarten su acción de gobierno, ha convocado a los votantes a crear una "Asamblea constituyente" no recogida en la constitución, para by-pasear al parlamento y hacer una nueva constitución. La elección se ha hecho sin observadores internacionales, y casi nadie reconoce los resultados esta nueva cámara.
El parlamento convocó un refrendum sobre esta votación, que no ha tenido repercusión ni efecto.
las relaciones entre ambos están rotas.

Añádase la grave crisis económica en la que se ha visto sumida el país desde el batacazo en los precios del petróleo: hay un desabastecimiento dramático de medicamentos, y en algunas áreas incluso de alimentos, y el paro se ha disparado. La ineficacia del gobierno para resolver esos problemas le ha quitado muchos apoyos entre partes importantes de la sociedad.
Asimismo, la represión policial de las protestas y huelgas está dejando muertos todas las semanas, con el odio que eso crea entre los afectados.

Mientras Maduro cuenta con el apoyo de Rusia, Cuba y algunos pocos países de la región (como Bolivia); la oposición tiene detrás de sí a Estados Unidos, la Unión Europea y, últimamente, también a la mayoría de los estados de la OEA, que han criticado principalmente la excesiva represión policial a las protestas. El ejército venezolano, por boca de su junta militar, ha cerrado filas con el gobierno. En cambio, algunos diputados del PSUV están formando un grupo propio en el parlamento por disentir de las últimas medidas de Maduro. Los obispos católicos del país, aunque abogan por el diálogo, se muestran más críticos con el gobierno que con la oposición.

Hay muchos otros factores: la retórica beligerante de los discursos de Maduro, los poderosos lobbies que hay detrás de la oposición liberal, con intereses en las riquezas del país (que se permiten contratar a conocidos abogados y políticos, como por ejemplo González y Aznar), los crecientes presos políticos en las cárceles, la fuga de personas y capitales del país, las acusaciones de que los altos cargos del gobierno se lucran generosamente con el narcotráfico. El riesgo evidente de un conflicto civil.

Pues eso, que es noticia candente, y veo que no se ha comentado aquí. ¿Qué opinan vuesas mercedes?