27 ago 2019, 11:50

@rana-baileys dijo en Post para meditar:

Poco antes de su asesinato, el poeta Federico García Lorca comenzó a golpear la puerta del calabozo. Pedía desesperadamente que fuera un sacerdote.
El soldado que custodiaba la puerta entró y le dijo que a esa hora era imposible.
Lorca se derrumbó. En ese momento el soldado le dijo: no hace falta un cura, basta con que se arrepienta de corazón de sus pecados y Dios le acogerá en su seno.
Y así me salvaré?, exclamó el poeta?
Claro, ahora rece conmigo una oración.
Ambos hincaron su rodilla en tierra y comenzó a orar. Lorca oraba con él, pero tras el primer versículo rompió en llanto: si yo la sabía, la aprendí de pequeño pero...la he olvidado !!!!
Tranquilo. Yo rezo y usted repite conmigo.
Y así lo hicieron.
Al acabar la oración el soldado se despidió de él dándole fuerza y esperanza.
Poco después llegó el pelotón de fusilamiento.

La oración era ésta:

Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero,
Creador, Padre, Redentor mío,
por ser vos quien sois, bondad infinita
y por que os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberos ofendido,
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Animado con tu divina gracia,
propongo firmemente
nunca mas pecar, confesarme
y cumplir la penitencia que me fuera impuesta,
para el perdón de mis pecados.
Amen

Nunca se supo el nombre de ese soldado y los restos del poeta nunca fueron encontrados.

Esa anécdota siempre me ha conmovido. Incluso en medio de una maldad tan evidente como la represión política de la retaguardia en nuestra guerra, es hermoso ver que también hay humanidad. Gracias por traerla.