¡Quié poca vida le queda al enfermito!
El Burrencia, acaba de vender su alma al diablo (lease clan chino-portugués) por un plato de lentejas. Pero QUE GRANDES BURROS SON. Si no fuera porque nuestro dinero está metido allí, en Bankia, me alegraría un montón la ruina de esta ganadería.
Yo este verano me lo he pasado de chupi con la no-venta al chino. He disfrutado como no podáis imaginaros. Y… lo que nos queda, porque dentro de tres meses, cuando el campió del mon mondial pierda tres partidos seguidos, al Espírito lo tiran, sacan los apñuelos cual borregá y a quien los dirigen. ¿A Salvo? Salvo se va y deja una estela de mierda detrás que ni con 10.000.000 de desodorantes impiden su olor.
Ese día llevaré de cena a toda la familia, bridaré con la botella de cava especial que guardo en la nevera para cuando desaperezca, porque va a desaparecer el equipo campió del mon mondial, y después a dormir.