de Marca.com (José Luis Ruiz)
España está padeciendo una brutal crisis que ha disparado la cifra total de parados por encima de los 4,9 millones. Desde noviembre del año pasado, el desempleo se ha incrementado en un 11%. Lo peor es que la situación va a empeorar. De hecho, algunos analistas vaticinan que la tasa de paro se situará por encima del 28% en los próximos dos años.
Esos datos están ahí, pero no justifican que los campos no se llenen. El impacto de la recesión económica en el mundo del fútbol es importante. Pero los altos precios de las entradas también son un factor a tener muy en cuenta. Con un coste medio que ronda los 56 euros, la Liga española está por delante de la Serie A (52), la Premier inglesa (44) y la Bundesliga (32).
Así es lógico que aquí todos los clubes de Primera dejen huecos libres en las gradas. Por ahora sólo ha habido dos partidos con el campo abarrotado: el Barça-Madrid y el Madrid-Atlético. Pero hubo otros partidos propicios para que se registrase una entrada espectacular y no pasó. El mejor ejemplo es el derbi sevillano, en el que se no se colgó el clásico cartel de ‘No hay billetes’.
Esto contrasta enormemente con lo que sucede en la Bundesliga, donde la ocupación de los estadios es muy superior. Equipos como el Borussia Dortmund o el Bayern de Múnich (ya van 200 llenazos seguidos en el Allianz Arena) enlazan las máximas concurrencias con una naturalidad que resulta sonrojante si se compara con lo que sucede en España.
Y eso que hablamos de Liga, porque si echamos una mirada a competiciones europeas y, sobre todo, a la Copa del Rey nos encontramos con unas cifras ridículas. Al Madrid-Ajax acudieron 57,245 y al Barça-Benfica 50.659.Pero lo peor fue el Getafe-Ponferradina disputado en el Coliseum. En este choque afectó que la eliminatoria estaba muy desnivelada (0-4 en la ida) y el temible frío. Acudieron unos 2.000 espectadores.
Precisamente, José Manuel Mateo, presidente de la Federación de Peñas del Getafe, habla de esas gradas vacías que se ven tanto en el feudo getafense como en otros campos de España. “Influye mucho la crisis económica. Con la que está cayendo, los clubes no están mostrando la sensibilidad necesaria. Es obvio que los precios deberían bajar. Sin una política para atraer a la gente vamos directos a lo que está sucediendo en Italia, donde los estadios están vacíos”.
Polémicos horarios
Y no sólo los precios influyen sobremanera, también está el aspecto de los horarios. “Esto es una locura. Muchos partidos se juegan a horas imposibles. Los dirigentes deben estar mal asesorados porque no se entiende el poco respeto que tienen por los hinchas”, sentencia José Manuel Mateo.
Lo que está claro es cuando se bajan los precios se registran buenas entradas. El que mejor ilustra esto es el Levante. Sus abonos más baratos son de 160 euros y sus localidades van de los 20 a los 40. Así ha conseguido subir un 30% su masa social. Ha pasado de 12.000 a 16.000 abonados. Otro caso que llama la atención es el del Zaragoza. Cuando el equipo estaba desahuciado en la 2011-12, la Directiva puso una oferta de entradas a 5 euros. Ya se sabe que los estadios llenos ganan partidos. El resultado fue que el cuadro maño se salvó de la quema.
Sólo se registran buenas entradas en los equipos que marchan bien (Atlético, Málaga o Levante). O ni eso. Sólo hay que ver el caso del Barça. Es líder, pero su descenso en asistencia al Camp Nou es sintomático.