@gimnastico_1909 dijo en José Ballester Gozalvo:
@degàvalència-1 dijo en José Ballester Gozalvo:
@gimnastico_1909 dijo en José Ballester Gozalvo:
@alekgrana dijo en José Ballester Gozalvo:
@gimnastico_1909 dijo en José Ballester Gozalvo:
Todas las ideas políticas caben aquí mientras se limiten al debate, y no sirvan como excusa para enfrentar a unos granotas con otros.
Nuestro fundador pensaba así y no se lo fusilaron porque huyó, que parece que vienes de otro lado...por cierto los monárquicos apoyaban al dictador, que casi se fusila al fundador
En cambio, a nuestro otro fundador, Narciso Basté, lo asesinaron milicianos de la CNT el 15 de octubre de 1936.
No te preocupes, que yo no pediré venganzas ni juraré odio eterno a los herederos intelectuales del anarquismo (que eso sí, no han pedido perdón de nada; como si estar en el bando perdedor te convirtiese de golpe en un ser inmaculado).
Tampoco el padre Basté lo pediría, de hecho, los testigos afirman que estaba bendiciendo a sus asesinos. Seguramente iba a perdonarles.
https://martires.centroeu.com/martir-narciso-baste-patrono-la-juventud-obrera/
El hecho de que tu no quieras ver más que la mitad de la realidad, no la cambia.
En cualquier caso, yo hablaba de nuestro club y de este foro, no de tus obsesiones.
Bf pues ahí sí que entramos en un tema bastante complejo para nuestro club porque si el anarquismo es anticlerical (y está más que demostrado que el clero estuvo detrás del golpe de estado) es porque unde sus raíces en el republicanismo. No hay nada más republicano que ser anticlerical, cristianos sí y los que más, pero anticlericales a muerte.
Lo mismo ocurre con el anarquismo. Ojo! Muchos cristianos y haber quién es el listo que les decía que no! Ja! Precisamente por ello son anticlericales.
Lo que pasa es que muchos se tomaron la justicia por su mano al descubrir que la iglesia era cómplice del golpe, pero las autoridades republicanas no dejaron de intentar controlarlos e incluso la CNT no cesó en su intento de hacerlo. De hecho el decreto de militarización de las milicias es ejemplo de ello, la única milicia anarquista que se negó fué la Columna de Hierro y acabó masacrada y deshecha por los republicanos con la complicidad de la CNT. Asique no esque no pidiesen perdón esque lucharon y mataron a sus propios compañeros anarquistas para tratar de controlarlos. Unos pensaban que primero ganar la guerra y luego la revolución y otros que primero la revolución y luego la guerra.
"y está más que demostrado que el clero estuvo detrás del golpe de estado"
ChatGPT: ¿Qué obispos o cardenales tomaron parte en la conspiración para dar un golpe de estado, dirigida por los generales Sanjurjo y Mola, que provocó la guerra civil española en 1936?
La participación del alto clero en la conspiración que desembocó en la Guerra Civil Española (1936–1939) ha sido objeto de muchos estudios y debates historiográficos. Aunque no se puede afirmar que hubo una implicación directa y formal del episcopado como institución en la conspiración militar liderada por los generales Sanjurjo, Mola y Franco, sí existieron obispos, cardenales y otras figuras eclesiásticas que simpatizaron con la sublevación o incluso colaboraron activamente en su legitimación ideológica o política.¿Hubo obispos o cardenales conspiradores directos?
No hay evidencia sólida ni documentos oficiales que prueben que algún cardenal u obispo español participara directamente en las reuniones de planificación del golpe organizadas por Sanjurjo, Mola o Franco.
Sin embargo, varios miembros del clero de alto rango fueron informados o sabían de los preparativos y no los denunciaron.
No, no hubo participación de la Iglesia católica en el intento fracasado de golpe de estado contra el gobierno del Frente Popular. Y matizo lo del gobierno, porque hasta febrero de 1936 gobernó la república, durante más de dos años y medio, una coalición de conservadores y centristas, y salvo algunos mornáquicos, nadie de derechas conjuró para derribar la república. En realidad, quien conjuró fue el PSOE, cuyas agrupaciones de Cataluña y Asturias se levantaron en armas durante 1934 contra el gobierno republicano. El Cataluña fracasó, pero en Asturias tuvo éxito, dando lugar a la conocida revolución de Asturias, donde PSOE, UGT, CNT y PCE formaron un gobierno que pretendía extender la revolución por toda España.
Esto es lo que dice la IA de Google al respecto de la actitud hacia la Iglesia católica de los revolucionarios astures en 1934.
Durante la Revolución de Asturias de 1934, se produjo una violenta persecución religiosa anticlerical, con la destrucción de iglesias y el asesinato de 34 religiosos, como parte de los sucesos revolucionarios de octubre de 1934. Las iglesias y el patrimonio eclesiástico sufrieron daños severos, incluida la destrucción parcial de la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo.
Eventos y Víctimas
Asesinatos de clérigos:
Treinta y cuatro religiosos fueron asesinados durante los enfrentamientos, siendo el episodio más notorio el asesinato de ocho Hermanos de La Salle y un padre pasionista en el valle de Turón.
Ataques a edificios religiosos:
58 iglesias fueron dañadas o destruidas. La Cámara Santa de la Catedral de Oviedo, un edificio histórico de gran valor, fue gravemente dañada por una explosión.
Pérdida de patrimonio:
Se contabilizó la pérdida del patrimonio documental del seminario, y se produjeron daños en la Universidad de Oviedo.
Esto prueba que los planes revolucionarios de persecución de la Iglesia católica por parte de los partidos y sindicatos socialistas y comunistas (fuesen marxistas o libertarianos) eran anteriores al intento de golpe de estado de Mola, Sanjurjo y Franco.
No haría falta esta prueba, pues tanto el PCE, como el PSOE de Largo Caballero y Prieto, como la CNT-FAI, habian teorizado de muchas maneras la persecución religiosa a imitación de la llevada a cabo por el régimen soviético desde el triunfo de los Bolcheviques, tanto en Rusia como en otros países donde gobernaron. Desde 1920, pero sobre todo en los años más oscuros de Stalin (a partir de 1930)
https://es.wikipedia.org/wiki/Persecución_religiosa_en_la_Unión_Soviética
Todas las pruebas remiten a que el clero español apoyó casi unánimemente a los sublevados DESPUÉS del comienzo de la guerra civil, cuando el gobierno armó a las milicias socialistas y comunistas, y estas implantaron un régimen de comités obreros en cada pueblo y barrio, paralelo e independiente a la organización gubernamental oficial.
otra vez la IA de Google
A partir de julio de 1936, la retaguardia republicana fue testigo de una revolución social profunda y radical que se caracterizó por la colectivización de la tierra y las fábricas, la formación de milicias y comités de defensa, y un fuerte anticlericalismo y autoritarismo desde abajo, especialmente en Cataluña, Aragón y partes del Levante. Este proceso revolucionario, impulsado por el fracaso parcial del golpe de Estado militar y la respuesta armada de los movimientos obreros, buscaba transformar la economía y la sociedad española según los principios del anarcosindicalismo, el comunismo libertario y el marxismo.
Ante el temor a los golpistas y la falta de autoridad estatal, sindicatos como la CNT y la UGT pidieron y obtuvieron armas para la población civil, lo que desencadenó una insurrección popular y revolucionaria.
Esos comités ejercieron una represión violenta y en ocasiones cruel de los considerados "enemigos de la república" (valdría decir del Frente Popular, pues ello incluyó a muchos diputados republicanos de derechas que fueron encarcelados, perseguidos, depurados y a veces asesinados, pese a que eran tan republicanos, salvo los explícitamente monárquicos, como los de izquierdas). El ejemplo más extremo eran las tristemente conocidas como "checas", unas cárceles del pueblo donde se torturaba a los enemigos políticos (reales o supuestos), y a las bandas de milicianos que imponían su dominio sobre todo en los pueblos y los barrios marginales de las ciudades. Ese llamado "terror rojo", era tan "espontáneo y desorganizado" como el "terror blanco" llevado a cabo en el bando sublevado.
Te dejo una cita de una persona poco sospechosa, a mi juicio: Simone Weil, una de las anarquistas libertarias más famosas. Una mujer idealista, que se consagró a la lucha contra el hambre y la explotación laboral. Un alma fundamentalmente buena, que creía en la revolución pacífica de los trabajadores.
Se unió a las columnas anarquistas que combatían en el frente de Aragón (donde, por cierto, la CNT organizó en varias comarcas una verdadera revolución libertaria). después de ver los horrores que cometían aquellos que consideraba sus compañeros de ideales, escribió:
"Me tumbo de espaldas, miro las hojas, el cielo azul. Es un día precioso. Si caigo presa, me matarán...Pero lo tengo merecido. Los nuestros han vertido sangre de sobra. Soy moralmente cómplice. Se están produciendo formas de control y casos de inhumanidad absolutamente contrarios al ideal libertario."
Simone no tenía razón. Ella no merecía que la mataran, como ninguno de los represaliados de aquella horrible guerra.
A mi juicio, en este país se ha contado la historia de la guerra civil como un cuento de buenos y malos. Durante 40 años, los buenos fueron los vencedores, y los malos los vencidos. Desde hace un cuarto de siglo, es a la inversa.
Una guerra entre hermanos es la peor de todas las guerras, porque salen todos los odios, las envidias y los motivos personales para cometer las mayores injusticias y crueldades. Y creo que hasta que no nos demos cuenta de que en aquella, como en cualquier otra lucha fratricida, el verdadero enemigo no es "el orto", sino el odio, que hace que nos convirtamos en pequeños psicópatas que dejamos de considerar ser humano al semejante únicamente porque profesa las ideas o la fe "incorrectas", no tendremos remedio como sociedad.
Un saludo cordial.
Pues como bien dice la IA: La participación del alto clero en la conspiración que desembocó en la Guerra Civil Española (1936–1939) ha sido objeto de muchos estudios y debates historiográficos. Aunque no se puede afirmar que hubo una implicación directa y formal del episcopado como institución en la conspiración militar liderada por los generales Sanjurjo, Mola y Franco, sí existieron obispos, cardenales y otras figuras eclesiásticas que simpatizaron con la sublevación o incluso colaboraron activamente en su legitimación ideológica o política.
Recuerdo también que solo un años después y en plena guerra se firma La carta colectiva del obispado español sobre la guerra donde se pretende: "contrarrestar la condena hecha por amplios sectores del catolicismo europeo y americano más avanzado de los asesinatos cometidos por los sublevados de diecisiete sacerdotes en el País Vasco y de miles de obreros y campesinos en toda la zona sublevada" vaya por Dios los malvados anarquistas matando obispos...
Aquí te dejo una lista de los firmantes que puedes encontrar en una búsqueda rápida a la Wikipedia:
Cardenal Isidro Gomá y Tomás, entonces arzobispo de Toledo. Doctor en Filosofía, en Sagrada Teología y en Derecho canónico.
Cardenal Eustaquio Ilundain y Esteban, entonces arzobispo de Sevilla. Doctor en Sagrada Teología.
Prudencio Melo y Alcalde, entonces arzobispo de Valencia. Doctor en Sagrada Teología y en Derecho.
Manuel de Castro Alonso, entonces arzobispo de Burgos. Doctor en Sagrada Teología, en Derecho canónico y en Derecho.
Rigoberto Doménech Valls, entonces arzobispo de Zaragoza. Doctor en Sagrada Teología y en Derecho canónico.
Tomás Muñiz Pablos, entonces arzobispo de Santiago de Compostela. Doctor en Sagrada Teología, en Filosofía y en Derecho canónico.
Agustín Parrado García, entonces arzobispo de Granada y administrador apostólico de Almería, Guadix y Jaén. Doctor en Sagrada Teología. Fue creado cardenal en 1946.
Adolfo Pérez Muñoz, entonces obispo de Córdoba y administrador apostólico del Obispado Priorato de Ciudad Real. Doctor en Sagrada Teología y en Derecho canónico.
Josep Miralles i Sbert, entonces obispo de Mallorca. Licenciado en Magisterio y doctor en Sagrada Teología, en Derecho canónico y en Filosofía.
Leopoldo Eijo y Garay, entonces obispo de Madrid-Alcalá. Doctor en Filosofía, en Sagrada Teología y en Derecho canónico.
Beato Manuel González García, entonces obispo de Palencia. Doctor en Sagrada Teología y licenciado en Derecho canónico.
Enrique Plá y Deniel, entonces obispo de Salamanca. Doctor en Filosofía, en Sagrada Teología y en Derecho canónico. Fue creado cardenal en 1946.
Valentín Comellas Santamaría, entonces obispo de Solsona. Doctor en Sagrada Teología.
Justí Guitart Vilardebó, entonces obispo de Urgel. Licenciado en Derecho y doctor en Sagrada Teología.
Miguel de los Santos Díaz Gomara, entonces obispo de Cartagena. Doctor en Sagrada Teología, en Derecho, en Derecho canónico y en Filosofía.
Fidel García Martínez, entonces obispo de Calahorra. Doctor en Filosofía, en Sagrada Teología y en Derecho canónico.
Florencio Cerviño González, entonces obispo de Orense. Doctor en Sagrada Teología y licenciado en Derecho canónico.
Rafael Balanzá y Navarro, entonces obispo de Lugo. Doctor en Sagrada Teología y en Derecho canónico.
Félix Bilbao Ugarriza, entonces obispo de Tortosa. Doctor en Sagrada Teología.
Fr. Albino González Menéndez-Reigada, O.P., entonces obispo de Tenerife. Doctor en Filosofía, en Sagrada Teología y en Derecho.
Juan Villar y Sanz, entonces obispo de Jaca. Doctor en Sagrada Teología y licenciado en Derecho canónico.
Juan Perelló Pou, M.SS.CC., entonces obispo de Vich.
Nicanor Javier Mutiloa Irurita, C.Ss.R., entonces obispo de Tarazona y administrador apostólico de Tudela.
José Eguino y Trecu, entonces obispo de Santander. Doctor en Sagrada Teología y en Derecho.
Feliciano Rocha Pizarro, entonces obispo de Plasencia. Graduado en Sagrada Teología y licenciado en Derecho canónico.
Antonio Cardona Riera, entonces administrador apostólico de Ibiza.
Luciano Pérez Platero, entonces obispo de Segovia. Doctor en Sagrada Teología y en Derecho canónico, y licenciado en Derecho.
Manuel Arce y Ochotorena, entonces obispo de Zamora. Doctor en Sagrada Teología, en Filosofía y en Derecho canónico. Fue creado cardenal en 1946.
Manuel López Arana, entonces administrador apostólico de Ciudad Rodrigo.
Lino Rodrigo Ruesca, entonces obispo de Huesca.
Antonio García y García, entonces obispo de Tuy. Doctor en Filosofía, en Sagrada Teología y en Derecho canónico.
José María Alcaraz y Alenda, entonces obispo de Badajoz. Doctor en Filosofía y en Sagrada Teología.
Josep Cartañà Inglés, entonces obispo de Girona.
Justo Antonino Echeguren y Aldama, entonces obispo de Oviedo.
Fr. Francisco Barbado Viejo, O.P., entonces obispo de Coria. Doctor en Sagrada Teología y licenciado en Sagrada Escritura.
Benjamín de Arriba y Castro, entonces obispo de Mondoñedo. Doctor en Filosofía y en Sagrada Teología, y licenciado en Derecho canónico. Fue creado cardenal en 1953.
Tomás Gutiérrez Díez, entonces obispo de Osma.
Beato Anselmo Polanco y Fontecha, O.S.A., entonces obispo de Teruel y administrador apostólico de Albarracín. Fue asesinado el 7 de febrero de 1939 por las fuerzas del bando republicado.
Santos Moro Briz, entonces obispo de Ávila. Doctor en Filosofía, en Sagrada Teología y en Derecho canónico.
Balbino Santos Olivera, entonces obispo de Málaga. Doctor en Filosofía y en Sagrada Teología, y licenciado en Sagrada Escritura.
Marcelino Olaechea Loizaga, S.D.B., entonces obispo de Pamplona.
Antonio Pildáin Zapiáin, entonces obispo de Canarias. Doctor en Sagrada Teología.
Hilario Yaben, entonces vicario capitular de Sigüenza. Doctor en Sagrada Teología y licenciado en Derecho.
Eugenio Domaica, entonces vicario capitular de Cádiz.
Emilio F. García, entonces vicario capitular de Ceuta.
Fernando Álvarez Rodríguez, entonces vicario capitular de León. Doctor en Derecho canónico.
José Zurita, entonces vicario capitular de Valladolid.
Por cierto, me alegro que cites a Simone Weil una verdadera anarquista, puesto que te voy a citar a otro nada sospechoso de no serlo, Buenaventura Durruti quién tras salvar a Jesús Arnal (un cura) de un potencial fusilamiento por un juicio popular en su pueblo, se unió a la columna Durruti como su hombre más cercano y de confianza en el frente de Aragón. Estamos hablando de Buenaventura Durruti que a día de hoy sigue siendo un ejemplo para todo el anarquismo español e incluso un referente mundial.
Por último me remito a una cita del gran Ricardo Flores Magón sin ningún ánimo de ofenderte, ya que créeme, no es nada personal: "solamente los anarquistas sabrán que somos anarquistas y les aconsejamos que no se llamen así para no asustar a los imbéciles".
La carta colectiva es de 1 de julio de 1937, cuando ya eran miles y miles los sacerdotes y religiosos asesinados por las milicias del frente popular (sin contar laicos asesinados únicamente por ser católicos practicantes).
Esa carta, evidentemente, no prueba ninguna participación del clero católico español en la conspiración para el golpe de estado. Lo único que prueba es que los obispos y sacerdotes españoles apoyaban a los que les defendían y condenaban a los que les asesinaban. Una reacción bastante lógica. Lo sorprendente es que tantos se sorprendan.
Pretender que esta carta "justifica" la persecución desatada contra ellos ya tres años antes, durante la revolución de Asturias, y desembozada y cruelmente desde hacía casi un año, no es otra cosa que culpabilizar a la víctima.
El odio a la Iglesia católica, tanto entre los comunistas y socialistas, como entre los liberales progresistas (aunque estos durante la guerra no practicaron crímenes contra católicos, si bien miraron hacia otro lado) era muy antiguo. Tenía muchas décadas atrás. En el caso de los liberales desde el régimen del Terror jacobino. En el de los comunistas, como ya he dicho, desde el mismo triunfo de los bolcheviques. Ejemplos los hay abundantísimos.
El ejemplo del cura salvado por Durruti (por cierto, salvado de los suyos, así que en el fondo, confirmando la persecución), como el de otros ejemplos, no es sino la excepción que confirma la regla, y la demostración de que incluso en los peores momentos del género humano, hay personas que no pierden su compasión por el prójimo. También hubo falangistas y carlistas que salvaron la vida a republicanos a los que se iba a ajusticiar.
Esos luminosos ejemplos no desmienten que existieron crueles represalias en ambas retaguardias.