"El jarrón chino ha vuelto a chirriar quejumbroso esta semana. Cada cierto tiempo se le pone uno de los múltiples micrófonos de los medios que le rinden pelitesía para que marque el camino al PSOE descarriado. La última vez que lo intentó, con el golpe palaciego de la brunete de pana, narró sus propias "tertulias de Madrid" en una entrevista en la SER que marcó el momento a sus huestes para que comenzaran el desaolojo de Pedro Sánchez de la secretaría general. El ego henchido de nuestro todopoderoso lomo plateado no ha digerido cómo un mindundi le devolvió el golpe hasta tumbarle en la lona, a él, y a Prisa.
El problema para Felipe González no es que el Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos sea el camarote de los Hermanos Marx, sino que para el hombre que mató el legado del barbudo en Suresnes es un peligro que el otro Marx, Carlos, esté presente en la cultura política del vicepresidente del Gobierno y la ministra de Trabajo.
Isidoro no soporta haber perdido esa aura de izquierda clandestina que le construyeron los marcos de Flick desde la Fundación Ebert para que pareciera tan de izquierdas como para pararle los pies al pujante Partido Comunista de la transición. Ahora se sabe cuáles son sus prioridades, el ralato de la transición ya no nubla el discernimiento. Para Felipe lo prioritario es un gobierno liberal en lo económico que tenga a las oligarquías como punto fundamental de sus políticas y que en lo internacional sirva a los intereses de sus amigos empresarios allende los mares. De Venezuela a México, pasando por Colombia, Felipe González siempre estará del lado de las élites. Lo social siempre como extravangancia pintoresca que le permita hacer negocio e influir desde los puestos de poder que nunca ha perdido.
Estos días se están moviendo piezas en el sector de la comunicación y Felipe González está maniobrando para perjudicar al gobierno de PSOE con Unidas Podemos. El oligarca escondido durante décadas tras una chaqueta de pana quiere por todos los medios, por uno en particular, influir para echar a Pablo Iglesias de la vicepresidencia y volver a cobrarse la afrenta de Pedro Sánchez de ganarle la partida a ojos de toda España. El felipismo sigue teniendo peso en la cultura política de Ferraz, pero hasta cuándo aguantará a un quintacolumnista que trabaja para la oposición intentando desbancar a su gobierno. Ya va siendo hora de matar al padre."
Antonio Maestre