Al final todo es repetirse otra vez la historia, con la salvedad de que la anterior vez lo padecimos por un señor que era el máximo accionista y por tanto eso le daba la potestad de tomar todas las decisiones, pero es que… el actual está ahí, evocando cada vez más a su antecesor en el cargo, comportándose como un autárquico, sin tener en cuenta la opinión de los demás, como si fuese el dueño del club y por tanto ello le otorgase esa mencionada potestad, pero es que no es el dueño.
Y yo por ahí no paso, algunos estáis ya demasiado con el pensamiento de lo de que ser levantinista es estar forjado bajo el yunque de la adversidad y con ese pensamiento... parece que ya por ello tengamos que sufrir porque sí, por los desmanes cometidos por el capricho y autarquía de alguien, pues yo digo que ya está bien, en algún momento hay que cambiar el chip.