Todo el mundo ve que la segunda parte creamos mucho más peligro, y que no se materializó porque nuestros DC son una castaña, y también (por qué no decirlo) por mala suerte.
Y nadie parece ver que la diferencia fue que no estaba Campaña, o mejor dicho, que jugamos con un 4-4-2 clásico de toda la vida, sin el maldito triángulo de centrocampistas al que tiene devoción Muñiz. Que dejamos de dar toquecitos en el centro del campo que no van a ninguna parte, y pases horizontales que sólo sirven para perder el balón y regalar oportunidades de peligro, que dejamos de ser previsibles y buscamos el juego directo y la espalda del contrario, poniendo a prueba a la línea defensiva del rival.
Y entonces descubrimos que Ivi y Morales son rápidos y crean peligro (coño, incluso Jason creó algo de peligro en medio de su desmotivación generalizada). De repente, llegamos al área rival una, dos, tres, cuatro veces, con peligro. Y encima no sufrimos atrás más que cualquier otro día. Yo diría que incluso jugando así nos llegaron menos.
¿¿Tan difícil era de entender?? ¿¿Hemos necesitado tirar una vuelta a la basura y estar casi en puestos de descenso para darnos cuenta de que EL SISTEMA TÁCTICO DE MUÑIZ NO ES GANADOR??
Estamos hablando del Celta, un equipo que está en ciertos apuros, pero que es una plantilla de las de media tabla (aunque tiene a Aspas). Y ayer se libraron de la derrota por poco. ¿¿Acaso no es para jugar en casa el 4-4-2 casi todos los partidos??
Lo siento, fuera del puesto de delantero centro, que son unas castañas infumables, en el resto del equipo predominan los jugadores que sí son válidos para primera. Muchos están de los nervios o deprimidos. No son tan malos como parece.
Jo.der Muñiz, pónlos como toca, juega a buscar la espalda del rival, déjate de toquecitos. Juego directo. Somos el Levante. ¿Para qué diablos quieres la posesión si nos vamos a segunda?
Soy partidario de cesar a Muñiz al final de la temporada en cualquier caso. pero si vuelve a insistir en el 4-5-1 lo largaría ya.
Tenemos equipo para permanecer. El entrenador es un lastre.